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EL DOMINGO SE ELIGE EL SECRETARIO GENERAL DEL PSOE

Cinco motivos de preocupación para Puig ante la elección en el PSOE

X. AGUAR. 11/07/2014 Los partidarios del líder del PSPV temen la pérdida de la confianza ganada con las primarias abiertas

VALENCIA. Solo tres meses han pasado desde que el secretario general del PSPV, Ximo Puig, celebrara una jornada histórica en la sede del partido en Blanquerías al vencer en las primeras elecciones abiertas de la historia de España. El proceso, en el que votaron unas 58.000 personas, casi cuatro veces más que el número de militantes, otorgó una importante proyección incluso de carácter nacional al líder de los socialistas valencianos. Además, Puig solventó la cita en las urnas con un holgado 68% de respaldo frente al 32% de su rival, Toni Gaspar, en la pugna por convertirse en el próximo candidato del PSPV-PSOE a la Generalitat Valenciana.

Sin embargo, el impulso de la acertada maniobra emprendida por Puig se ha frenado. Primero, por los flojos resultados en las elecciones europeas y, en segundo lugar, por el delicado proceso abierto con la votación del nuevo secretario general del PSOE y el consiguiente congreso extraordinario del partido que se celebrará en las próximas semanas.

CINCO FACTORES QUE PREOCUPAN EN EL PSPV Y PUEDEN PASAR FACTURA A PUIG

-Cansancio de la militancia por la acumulación de procesos y peligro de baja participación. La movilización para las primarias abiertas celebradas en el PSPV fue especialmente costosa: todos los cargos del partido e incluso muchos afiliados rasos se emplearon a fondo para sumar simpatizantes de cara a este proceso. El éxito de participación se debió, precisamente, a la implicación de todos los estratos del partido para conseguir atraer y convencer a personas de fuera del PSPV para que se inscribieran y votaran en las primarias.

Tras ese esfuerzo, y con apenas dos meses de margen, los diferentes cuadros del partido se vieron inmersos en otro proceso de envergadura: las elecciones europeas. Unos comicios que resultaron decepcionantes tanto para el PSOE como para el PSPV. Ahora, solo unas semanas después, los socialistas valencianos han abordado su tercer proceso cuatro meses con recogida de avales, movilización para el voto el próximo domingo, elección de delegados para el congreso y cónclave federal a finales de julio. La militancia está cansada.

-El problema de la marca PSOE. La elección de celebrar un congreso extraordinario del partido en vez de un adelanto de primarias como pedían muchas voces en el partido apunta a convertirse en un grave error firmado por Alfredo Pérez Rubalcaba, más aún teniendo en cuenta el mes en el que va a tener lugar. El proceso -y se entiende que sus candidatos- no termina de suscitar una ilusión o interés especial en la militancia. Los 76.000 avales recogidos (de los en torno a 200.000 afiliados que tiene el partido) no invita a un excesivo optimismo.

Uno de los temores principales entre los socialistas valencianos es la posición en la que puede quedar la marca PSOE tras el proceso. A diez meses de las elecciones locales y autonómicas de 2015, uno de los factores con los que cuenta el PSPV para apretar la diferencia con el PPCV es que el partido en el ámbito nacional deje de suponer un lastre y empiece a ofrecer una imagen de renovación que beneficie a una federación valenciana que necesita un pequeño empujón si quiere sacar a los 'populares' de la Generalitat.

Susana Díaz y Ximo Puig

-El error inicial del posicionamiento. El líder del PSPV, Ximo Puig, fue el primero en dar un paso al frente para inclinarse por una hipotética candidatura de su homóloga andaluza, Susana Díaz. Pese al respaldo público de otros barones regionales, la máxima responsable del PSOE-A prefirió centrarse en su autonomía y no afrontar el desgaste de presentarse al examen ante la militancia. Esta situación dejó en fuera de juego a Puig, que decidió mostrar "neutralidad" ante los aspirantes. Sin embargo, el fuerte respaldo en la sombra acordado por Susana Díaz hacia Pedro Sánchez, también influyó en que el líder valenciano y su cúpula hayan movilizado a los suyos en favor del madrileño. 

-El aparato en marcha: las viejas maneras. En este proceso, se ha interpretado que Eduardo Madina ha sido respaldado por parte de Ferraz y el entorno de Alfredo Pérez Rubalcaba. Sánchez, por su parte, está cubierto por el potente aparato andaluz, además de diversas cúpulas regionales, y apoyado por referentes como José Blanco y José Bono, así como por personas del entorno de Carme Chacón. El tercer candidato, José Antonio Pérez Tapias, cuenta con la simpatía de la corriente Izquierda Socialista.

Pedro Sánchez junto a José Luis Ábalos

En cuanto al dibujo dentro del PSPV, Sánchez recibe apoyo por parte de la dirección del partido así como de las estructuras provinciales -a excepción de Alicante- y buena parte de las locales. Esta preferencia desde las cúpulas orgánicas ha hecho aflorar, según señalan distintas fuentes socialistas, diversas prácticas de presión que tampoco son desconocidas en la candidatura de Madina. Un proceso, en definitiva, que ha enrarecido el ambiente puesto que, al margen de los críticos con Puig, existen grupos y dirigentes -Alicante es un buen ejemplo- que le apoyaron en las primarias pero que ahora se han posicionado con Madina en vez de con Sánchez.

No son pocos los que piensan que Puig y su entorno deberían haber planteado una neutralidad real y lavarse las manos en el proceso dado que, fuera cual fuera el vencedor resultante, se debería haber entendido igualmente -como ya hizo Rubalcaba-  con una federación potente como la valenciana. Ahora ya es tarde, y a Blanquerías solo le vale una victoria clara de Sánchez.

Eduardo Madina y Alfredo Pérez Rubalcaba

-Reacción de los críticos y apertura de viejas heridas. El rápido posicionamiento público de Puig con Díaz y, posteriormente, de su entorno con Sánchez, ha provocado la movilización de los críticos con el secretario general del PSPV, que habían quedado silenciados tras su clara victoria en las primarias. El nuevo proceso abierto ha revitalizado a los descontentos, que en unos casos por sintonía con Madina y en otros por jugar a la contra, se han lanzado a recabar apoyos por el candidato vasco como si de una revancha de las primarias se tratara. Esta situación ha provocado que si vence Madina en la Comunitat la dirección del PSPV y por consiguiente el propio Puig, quedarán en evidencia. Si este triunfo es también en el ámbito nacional, el líder de los socialistas valencianos habrá dado la sensación de que no termina de controlar la federación y saldrá debilitado ante los críticos. Una situación nada deseable para Puig a menos de un año para las elecciones autonómicas de 2015.

 

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