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VALENCIA. La intensa presencia del ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo, en la Comunitat Valenciana en las últimas semanas no ha pasado desapercibida dentro del Partido Popular. Al margen de visitas oficiales pertinentes con su vitola de ministro ‘valenciano' -aunque en realidad es natural de Madrid-, como la realizada en la inauguración del AVE de Alicante el pasado mes de junio, el ministro ha concurrido recientemente en diversos actos de partido y gobierno.

Sin ir más lejos, en los últimos 10 días estuvo presente en la cena de verano organizada por el PP provincial de Valencia que preside Alfonso Rus; posteriormente lideró el macroacto de la ‘Marca España' al que acudieron seis ministros además de él mismo, y este fin de semana también figuraba en su agenda clausurar la Escuela de Verano del PP organizada por la Fundación Vives en Jávea, jornadas convocadas desde el sector democristiano del partido que controla en Valencia el presidente de Les Corts, Juan Cotino.

En su día, el nombramiento de Margallo como ministro fue ‘vendido' desde Presidencia y partido como un guiño al PPCV. Pese a que el exeurodiputado no nació en la Comunitat, sí ha figurado en las listas valencianas al Congreso en anteriores legislaturas. No obstante, la presencia de Margallo en la Comunitat no había sido tan visible en los primeros compases del mandato de Mariano Rajoy, un hecho que ha variado en los últimos tiempos coincidiendo con los problemas de liderazgo del presidente de la Generalitat, Alberto Fabra.

Sin duda, uno de los actos para mayor lucimiento del ministro ha sido la jornada acerca de la ‘Marca España' celebrada la pasada semana en Valencia. Un evento creado por Margallo en el que asumió buenas dosis de protagonismo siendo el responsable de desembarco de ministros en el Cap i Casal.

En cuanto a esta asiduidad del ministro en tierras valencianas, dentro de las filas populares hay quien apunta a una misión de control de lo que ocurre en la Comunitat, que en los últimos tiempos ha vivido situaciones convulsas a raíz de los presuntos casos de corrupción y de los problemas orgánicos que han socavado el liderazgo del presidente Fabra.

Una tarea que, además, serviría al ministro para ganar puntos e influencia en una región donde la estabilidad orgánica no termina de estar asegurada y donde precisamente el sector democristiano del partido, al que también pertenece Margallo, ha sufrido cierto desplazamiento por parte del presidente de la Generalitat.

Esta coyuntura supone, indudablemente, un momento propicio para que el veterano ministro haya visto ‘hueco' para incrementar su presencia territorial. Como ya informó este diario, Margallo ha compartido en privado la buena impresión que le causa de cara al futuro de la consellera de Educación, María José Catalá, una sintonía que coincide con su interés creciente en pisar tierras valencianas.

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