El Gobierno valenciano y las universidades públicas alcanza un acuerdo sobre el mapa de titulaciones para frenar la proliferación de postgrados sin demanda
VALENCIA. La Generalitat y las cinco universidades públicas de la Comunitat Valenciana han alcanzado un acuerdo para dibujar un nuevo mapa de titulaciones que ponga coto a la burbuja que se ha generado en los últimos años en el sistema de educación superior especialmente en la proliferación de estudios de postgrado fruto de la entrada en vigor de la normativa europea conocida como Plan Bolonia.
El pacto, presentado este miércoles en el Palau de la Generalitat con la presencia de los rectores de las universidades públicas, los presidentes de los consejos sociales, la consellera de Educación, María José Catalá y el presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, persigue una racionalización de la oferta docente de las cinco instituciones universitarias tanto en los estudios de grado como en los másteres más en un momento en que la crisis económica de la Generalitat le obliga a recortar gastos en todas las áreas.
El efecto práctico de este acuerdo es que, en un plazo de dos años, y con el horizonte en el curso 2015-2016, el número de titulaciones de las cinco universidades públicas se reducirá de 407 a 188. Esto supondrá que, dentro del proceso de adaptación a Bolonia y a medida que vayan concluyendo las diplomaturas, licenciaturas y segundos ciclos que aún existen, vayan suprimiéndose sin crear nuevas titulaciones que las sistituyan. Se mantendrán, por tanto, los 188 grados que se ofertarán para le próximo curso y que, según el director general de Universidades, José Miguel Saval, incluyen todo el material curricular que ofrecían las antiguas carreras.
Pero la mayor novedad es que, a partir de ahora (el acuerdo entrará en vigor cuando sea ratificado este viernes por el pleno del Consell), los nuevos grados que se quieran crear en las universidades públicas valencianas tendrán que cumplir una serie de requisitos que persiguen, por una parte, la viabilidad económica y, por otra, el retorno social.
Así, para que la Generalitat dé el visto bueno a nuevos grados deberá haber un mínimo de demanda de alumnos, estimado en 50 prematriculados. Además no se permitirá una duplicidad de grado en una misma provincia. Es decir, si el programa que se propone ya lo ofrece otra universidad en la misma provincia no se aprobará, salvo que esté justificado por la demanda.
Esta última medida, que afecta a la Universitat d'Alacant con la Miguel Hernández y a la de València con la Politècnica, pretende evitar casos como el máster de Administración y Dirección de Empresas (ADE) que generó una fuerte polémica en su día entre las dos universidades de Valencia y que hoy en día ofrecen ambas.
Las universidades también se comprometen a elaborar una relación de grados "que favorezcan la demanda del tejido productivo y la empleabilidad" de quiene las cursen.
Estas medidas no afectarán a la actual oferta de grados de las universidades públicas valencianas, que se mantendrán mientras lo consideren las propias instituciones. De hecho, los estidios de grado no registran en la actualidad un problema de falta de demanda. En todo el sistema público de la Comunitat Valenciana, hay una decena de grados que no cumplen con el ratio de 50 alumnos matriculados y en estos casos se considera que la peculiaridad de los estudios justifica su existencia. Sin embargo, con la nueva norma ahora pactada con las universidades no se podrán estas situaciones.
LA EXPLOSIÓN DE LOS MÁSTERES
Pero donde está la mayor burbuja es en los estudios de postgrado. Con la aplicación del Plan Bolonia las universidades de toda España se lanzaron a ofertar másteres con unos criterios discutibles. Saval, en la presentación de este miércoles, aseguró que el problema de la proliferación excesiva y poco ajustada a la demanda de estos estudios se debió a que se hizo antes de la puesta en marcha de los grados, lo que impidió ajustar la demanda de los graduados a los estudios de postgrado. En resumen: se creó la oferta antes que la demanda.
Fuentes del mundo universitario, sin embargo, reconocen en privado que buena parte de la oferta de másteres se generó por parte de los propios departamentos para evitar que el personal docente se quedara sin funciones al haberse reducido el número de horas lectivas con la redicción del número de horas que propició la converisión de las licenciaturas (5 años) en grados (4 años).
Sea cual sea la razón, lo cierto es que el panorama de los másteres en las universidades públicas valencianas merece una reflexión. En total se ofrecen 294 másteres, de los que 49 tienen menos de 25 alumnos matriculados y 45, menos de 12.
El ratio de másteres por grados se va a situar a partir de ahora en un máximo de 1,5 (actualmente se acerca al 1,6, aunque el director general de Universidades lo estimó en 1,8). Eso supondrá la desaparición de una decena de los actuales postgrados si las universidades cumplen con el mapa de titulaciones acordado con el Consell.
Este límite tiene una traducción económica: la Generalitat no pagará más másteres de los que entren dentro de ese ratio. De hecho, en el acuerdo se introducen elementos para incentivar la participación de empresas en la financiación de los postgrados. Aquellos másteres que tengan al menos un 50% de financiación privada no contabilizarán para el límite máximo. Tampoco lo harán aquellos que se realicen conjuntamente con las universidades extranjeras y los que sean entre universidades valencianas contabilizarán menos.
Los másteres obligatorios para el ejercicio profesional (abogados, médicos, profesores de secundaria, algunas ingenierías...) no entrarán en este cómputo y la posible puesta en marcha de nuevos en universidades que no los tengan deberán cumplir los criterios de los grados tanto de demanda mínima de alumnos como de no duplicidad provincial.
Pero más allá de los criterios puramente económicos, que no son menores en una época de crisis y con las tensiones permanentes en la financiación de las universidades públicas, denunciadas por los rectores incluso en el acto de este miércoles, el nuevo mapa de titulaciones, y en especial en el terreno de los postgrados se persigue acercar más las materias al tejido producitivo, buscando una transferencia que actualmente es una de las principales deficiencias del sistema público universitario.
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RADIOGRAFÍA DE LAS UNIVERSIDADES PÚBLICAS VALENCIANAS
1 / Doble gasto por el mismo número de alumnos
2 / Una plantilla de 10.883 profesores que ha crecido un 25%
3 / La transferencia a las empresas, la asignatura pendiente de la investigación universitaria
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