VALENCIA. La decisión tomada el pasado viernes por el presidente Alberto Fabra de reestructurar el segundo escalón de la Generalitat ha marcado el fin de semana dentro del Partido Popular. No era difícil cruzarse mensajes de whatsapp o llamadas con responsables de la formación, que seguían con avidez las informaciones publicadas en los medios para calibrar la resonancia de la iniciativa adoptada por el también líder del PPCV.
El jefe del Consell tomó la determinación de cesar a los delegados del Consell en las tres provincias y elevar al rango de secretaria autonómica a Esther Pastor, directora general de Coordinación de la Generalitat y la colaboradora -llevan una década trabajando juntos- en la que más confía dentro del Gobierno valenciano. Una decisión que ha erosionado en cierta medida los lazos con las direcciones provinciales: ya casi nadie recuerda las palabras de Mariano Rajoy de apoyo a Fabra hace unos días en Peñíscola y tal vez deba repetirlas este lunes en el acto de inauguración del AVE en Alicante.
Desde que tomara posesión, Fabra ha tejido en el Palau una organización diferente a la que Francisco Camps mantuvo en su época dorada. El actual máximo responsable autonómico no había depositado plenos poderes en un jefe de Gabinete como hiciera su predecesor. En su día, Ana Michavila era la autoridad más destacada en el Palau de la Generalitat, ejerciendo un control férreo de la organización interna y, esto es señalado como una de sus mayores virtudes, con galones para telefonear a Madrid y conseguir atención inmediata.
En cambio, hasta ahora, Fabra no había entregado una confianza de ese tipo en el actual jefe de Gabinete, Jesús Lecha, más ocupado en solventar trabajo de despacho especialmente en lo referido a reuniones en nombre de Presidencia. Así, la figura más visible de cara al exterior es la secretaria autonómica de Comunicación, Paula Meseguer, mientras Esther Pastor, pese a que en el Consell conocían que era una de las personas con más capacidad para influir en el presidente, se encontraba un peldaño por debajo como directora general.
Ahora, con este ascenso, Fabra señala públicamente a Pastor como una pieza fundamental en el funcionamiento del Ejecutivo, evidenciando que aunque el rango sea el mismo que el de Lecha y Meseguer, existe un plus de confianza con la nueva secretaria autonómica.
TOQUE DE ATENCIÓN A RUS Y A CÍSCAR
Fabra decidió este nombramiento y los otros ceses sin contar con los afectados o con sus ‘padrinos' políticos. La combinación de estas destituciones con el ascenso de Pastor ha tenido, en privado, adjetivos muy variopintos en las filas populares. Algunos lo han tildado de "kafkiano", otros de "inoportuno" y, en general, de "sorprendente".
Diversas fuentes populares coinciden en que el presidente ha querido lanzar un aviso. El líder provincial del partido y presidente de la Diputación de Valencia, Alfonso Rus, viene realizando en público manifestaciones reivindicativas, sobre todo en materia de financiación, que debilitan el discurso más pausado de Fabra. Además, Rus también ha cuestionado la estrategia del presidente de la Generalitat sobre los imputados, especialmente en lo que se refiere al exconseller Rafael Blasco, con el que siempre ha mantenido una buena relación.
Así, la decisión de Fabra de prescindir del delegado del Consell en Valencia, Rafael Soler, muy próximo a Rus, ha sonado a ‘vendetta' dentro de la dirección provincial del partido. Más aún cuando tras el congreso regional en el que Fabra se proclamó presidente del PPCV, Rus se opuso al nombramiento como secretario general del PPCV de Serafín Castellano, su máximo rival histórico. Tras el congreso, a raíz del pulso vivido en el mismo, Fabra y Rus se reunieron en el Palau para discutir sobre lo ocurrido en el cónclave y, precisamente, el jefe del Consell afeó la postura adoptada por Rus y su entorno, citando expresamente a Rafael Soler, delegado del propio Gobierno valenciano que él dirige.
Para esta misma semana Rus ha convocado una Junta Directiva Provincial. Si bien fuentes de su entorno señalan que esta reunión debía celebrarse ya hace días pero fue pospuesta, el encuentro del líder provincial con su núcleo duro no apunta a ser una cita tan rutinaria como sería en cualquier otro momento.
Por otro lado, tampoco el cese de Juan de Dios Navarro como delegado del Consell en Alicante fue agradable para el vicepresidente y líder provincial, José Císcar, dado que al margen de la afinidad personal con el destituido, éste considera que el puesto es relevante para la coordinación entre el Ejecutivo y la provincia.
Aunque en el entorno del vicepresidente y líder del PP provincial se mostraron más cautos en sus valoraciones, sí evidenciaron malestar y sorpresa por la decisión de Fabra, más aún cuando el ascenso de Esther Pastor podría restarle -todavía no se han definido sus competencias- cierto poder a Císcar en lo que se refiere a organización y control de las consellerias.
Por otro lado, fuentes del PP alicantino apuntaron a que Juan de Dios Navarro podría entrar este mismo año en Les Corts, dado que se encuentra a dos puestos de obtener acta de diputado y podría producirse alguna salida de los parlamentarios por Alicante que se encuentran imputados.
MUESTRA DE LIDERAZGO: 'AQUÍ MANDO YO'
En cualquier caso, la designación ha levantado polvo. El liderazgo del presidente, como ha ido informando este diario, ha sido cuestionado últimamente desde diversos sectores del partido. La contratación por parte de la Generalitat de un ‘coach' -firmada por Pastor y anulada tras hacerse pública- ha desatado en las últimas semanas los murmullos acerca, precisamente, de uno de los puntos flacos que le achacan al presidente desde su propio partido.
En este sentido, otra de las características del jefe del Consell que señalan muchos referentes del partido es su carácter poco confiado. Tal vez por ello haya decidido priorizar la confianza que tiene en Pastor para ascenderla y, probablemente, dotarle de cierta capacidad para el control interno de las consellerias.
Además, fuentes populares consideran que el presidente ha querido "de paso" dar un puñetazo en la mesa y mostrar al resto de pesos pesados del partido quién manda. Cabe recordar que no es la primera ocasión que se observa una decisión de estas características en Fabra: en el congreso regional en el que fue elegido presidente, impuso como número dos del PPCV a Serafín Castellano, cuando otros referentes del partido como Rus o Rita Barberá se posicionaron en contra de esa designación.
LA JERARQUÍA DEL PP: ¿TROPA VS APOYO DE MADRID?
La decisión adoptada por Fabra ha elevado un debate interno sostenido por muchos. ¿Quién apoya realmente al presidente?
Por regla general, el PP es un partido disciplinado y muy acentuado jerárquicamente: si Madrid coloca a un ‘jefe', la estructura y militancia autonómica lo asume y lo respalda. Así pues, una buena sujeción en Génova permite sobrevivir a un presidente regional casi en cualquier escenario.
No obstante, en la situación actual, con tremendas dudas de cómo puede irle al PP en las próximas elecciones, decisiones como la del viernes contribuyen de forma sensible a la inestabilidad del partido.
Rus tiene un porcentaje de dominio en la provincia, a día de hoy, consistente, y prueba de ello son los resultados en congresos comarcales y locales, que han sido incontestables. En el Congreso que elegía a Fabra, hubo un 18% de voto en blanco para Fabra, auspiciado en gran parte por Rus. A día de hoy, no parece que esos votos en blanco hayan cambiado de opinión.
A juicio de diversos sectores del partido, la imposición de Serafín Castellano como secretario general del PPCV, uno de los problemas originarios, tampoco ha sido una buena opción para el partido a la vista de los resultados. De hecho, ya no es una cuestión solo de Rus, los ciscaristas, que dominan la dirección provincial de Alicante, tampoco están conformes con la gestión del número dos de Fabra.
Con este escenario, habrá que esperar para ver cómo evolucionan los acontecimientos en los próximos días y si la tensión sigue ‘in crescendo' o si, por el contrario, los diferentes sectores del partido asumen con la tradicional disciplina del PP las últimas decisiones del presidente.
¿Qué mira Pastor en la foto?.... y en plena romería.
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