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 El Consell traza una extraña estrategia en la que combina la mano tendida hacia Cataluña y, al mismo tiempo, recupera la batalla de las señas de identidad como herramienta fijadora de votos

VALENCIA. Días atrás, ValenciaPlaza.com analizaba las relaciones entre Madrid y Valencia atendiendo, de forma especial, a la situación delicada que atraviesa el PP en ambas comunidades autónomas. Sin embargo, en los últimos días, el foco de la actualidad se ha posado sobre otra conexión que, históricamente, ha significado un arma política de alto calibre para los ‘populares' valencianos: las relaciones con Cataluña.

El Consell ha trazado una extraña estrategia en la que combina la mano tendida con Cataluña y, al mismo tiempo, el valencianismo a menudo acomplejado del PPCV basado en una defensa de las señas de identidad como herramienta captadora de votos. Así, Cataluña es un aliado natural con el que los ‘populares' valencianos se sienten incómodos, dado que los ataques dirigidos hacia el norte siempre les han resultado provechosos en las urnas.

Este último se evidencia con el ‘culebrón', que ya dura más de un lustro, sobre las emisiones de TV3 en la Comunitat Valenciana: algo que el Consell impidió en la etapa de Francisco Camps como presidente y que, ahora, con Alberto Fabra al mando, podría recuperarse.

No obstante, como ya advirtió este martes el secretario general del PPCV y conseller de Gobernación y Justicia, Serafín Castellano, "cualquier acuerdo que no respete nuestras señas de identidad se romperá porque para estar en la Comunitat y hablar de ella es indispensable respetarla". Una máxima que se refiere, por ejemplo, al uso del término País Valencià en TV3.

En esta línea, el PP presentó este martes en Les Corts una proposición no de ley en la que exigen que las instituciones o el propio Consell no tramiten las iniciativas parlamentarias u otros escritos que en su contenido "no respeten la denominación oficial de la Comunitat Valenciana o la sustituya por otra".

Una forma evidente de poner contra la espada en la pared a la oposición, cuyas siglas, en el caso de PSPV y EUPV, ya incluyen el término ‘prohibido'. Un término que, cabe recordar, se encuentra negro sobre blanco en el preámbulo del Estatuto de Autonomía pactado por PP y PSPV-PSOE. En esta iniciativa parecen llevar la voz cantante el portavoz en Les Corts, Jorge Bellver; el diputado Rafael Maluenda, que defenderá la misma, y el ya citado Serafín Castellano.

Esta proposición busca reactivar el debate artificial que los ‘populares' valencianos generan cíclicamente tanto en campaña como en determinados periodos pre-electorales. En este caso, no obstante, la caída del PPCV en las encuestas y la difícil situación económica han llevado a la dirección del partido a resucitar con mucha antelación a la gallina de los huevos de oro electorales. La ‘percha' para ello: el miedo al ‘tripartito'.

DÉFICIT Y FINANCIACIÓN: DOS CAUSAS COMUNES 

Pero más allá de esta estrategia de cohesión -un uso muy militar- de inventar un enemigo común para fomentar el cierre de filas y reforzar la identidad, la Comunitat Valenciana y Cataluña tienen diversas causas conjuntas sobre la mesa. 

Hay dos asuntos de vital importancia en los que ambas autonomías defienden los mismos intereses: el déficit asimétrico y la reforma del sistema de financiación. En el primer caso, tanto Cataluña como la Comunitat Valenciana incumplieron el objetivo marcado del 1,5%, dejándolo en el 2% y el 3,4% respectivamente. Por el momento, el Ministerio de Hacienda ha apuntado que el objetivo del déficit para las CCAA será del 1,2%, si bien podrían flexibilizarse para algunas regiones, algo por lo que luchan desde Valencia y Barcelona.

En cuanto al segundo, ambas autonomías han reivindicado de forma urgente un cambio en el modelo por el que salen perjudicadas. De hecho, en Cataluña reivindican un sistema de concierto como el del País Vasco y Navarra, una posibilidad que ciertos responsables del Gobierno de Mariano Rajoy como el ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo, han contemplado para todas las comunidades autónomas.

No son los únicos asuntos en común que tienen Cataluña y la Comunitat Valenciana. Las sinergias en infraestructuras, con la pelea por la implantación del Corredor Mediterráneo como principal argumento, también han propiciado fotografías conjuntas entre Artur Mas y Alberto Fabra.

En esta línea, también está sobre la mesa la alternancia de la Fórmula 1 entre Barcelona y Valencia. De momento, las negociaciones entre ambos gobiernos autonómicos han progresado para este reparto, si bien todavía no está sellado el pacto ni cerradas las condiciones del mismo.

BANCOS Y TEJIDO PRODUCTIVO

Pero si políticamente las vinculaciones entre ambas comunidades autónomas han ido aproximándose pr el diseño del sistema autonómico, en el caso de la economía ese acercamiento ha sido más brusco y reciente. Aunque tradicionalmente las relaciones empresariales entre la Comunitat Valenciana y Cataluña han sido más que relevantes, en especial por complementariedad de varios de sus tejidos productivos, la crisis financiera ha acabado por situar en Barcelona buena parte de las decisiones del extinto sistema bancario local.

Con la antigua CAM en manos de Sabadell y el Banco de Valencia controlado por La Caixa, tanto las empresas valencianas como el propio Consell, necesitado del apoyo de los bancos ante sus apremiantes necesidades de liquidez, tienen que mirar a la Diagonal de Barcelona. Unas buenas relaciones imprescindibles que chocan con la tirantez que demuestra el vetusto discurso anticatalanista que blanden algunos dirigentes locales y que han causado molestia entre dirigentes de las entidades financieras ahora referentes.  

LAS SEÑAS DE IDENTIDAD: UN ARMA LISTA PARA SER DISPARADA

Sin embargo, y pese a los asuntos en liza en los que las buenas relaciones entre Cataluña y la Comunitat Valenciana son vitales para llegar a un buen puerto, el PPCV debe mantener intacta la posibilidad de argumentar la defensa de sus señas de identidad como arma electoral cuando llegue el momento.

La estrategia del PPCV conocida como "envolverse en la señera" ha sido una tónica de las últimas citas electorales, donde se ha señalado a la oposición como ‘catalanista' y contraria a las señas de identidad valencianas. Cabe recordar que los ‘populares' fagocitaron en su día al partido regionalista de mayor tirón, Unio Valenciana, atrayendo a buena parte de los cargos de esta formación a las filas del PPCV hasta reducirla a la mínima expresión.