VALENCIA. La Generalitat Valenciana ha iniciado un proceso de saneamiento de los balances de sus empresas públicas que tiene como consecuencia directa la desaparición de centenares -quizá miles, dependiendo del alcance de la reorganización económica- de millones de euros del capital social que han ido acumulando estas sociedades.
Se trata de operaciones de reducción de capital tendentes a reequilibrar la situación patrimonial de estas sociedades, la mayoría de las cuales están o han estado en situación de liquidación a consecuencia de las elevadas pérdidas acumuladas. En este tipo de operaciones, el capital social sirve para enjugar los resultados negativos de ejercicios precedentes, devolviendo el balance a una situación de empresa en funcionamiento.
Estas reducciones de capital, ordenadas por la Generalitat dentro del proceso de reordenación del sector público empresarial que dirige Bruno Broseta, se traducen en que el dinero que la Generalitat ha ido aportando año tras año a estas empresas con sucesivas ampliaciones de capital se volatiliza, es decir, deja de constar en los balances. Aunque formalmente ese dinero ya se ha gastado, ya que con las ampliaciones de capital lo que se hace es inyectar dinero para que se utilice en la empresa, lo cierto es que su supresión de las cuentas supone la constación formal de que no se va a recuperar jamás.
El caso más importante es el de Ràdio Televisió Valenciana (RTVV). A finales del pasado mes de marzo, el Consell aprobó una operación acordeón tanto en TVV como en RAV (las empresas de la tele y la radio). Entre las dos, se enjugaron 1.500 millones de euros de pérdidas acumuladas con una reducción de capital por ese importe. Además, y para reestrablecer el equilibriio patrimonial de las dos sociedades que se han fusionado, también fue necesario hacer una nueva inyección de capital por más de 170 millones de euros.
Precisamente la obligación de la Generalitat de inyectar dinero en las empresas públicas para cubrir las pérdidas recurrentes acabó siendo uno de los problemas del Consell con su sector público. Cada año era necesario realizar costosas ampliaciones de capital hasta que llegó el punto, como se reconocía en varios informes de auditoría, de que la falta de liquidez de la Generalitat ponía en duda su capacidad para depositar ese dinero y, por tanto, la viabilidad de las empresas.
Además de en RTVV, esta operación de absorción de péridas también se ha realizado ya en Ciegsa, la empresa que se dedicó a la construcción de colegios en la última década, por valor de 183 millones de euros, y en el Instituto Valenciano de la Vivienda, sociedad inmobiliaria, por 85 millones.
CACSA, CIUDAD DE LA LUZ O SPTCV, PENDIENTES
De mantenerse esta dinámica, el Consell debería aplicar también el enjugue de pérdidas en otras empresas públicas que siguen acumulando en sus balances abultados resultados negativos de todos sus años de existencia.
Una de la que mayores pérdidas arrastra es Ciudad de las Artes y de las Ciencias (Cacsa). En las cuentas de 2011, últimas disponibles, se reconocen pérdidas de 376 millones más 55 millones de ese año, con un capital social de 797 millones de euros. En este caso, al menos teóricamente, el capital sería suficiente para absorber esas pérdidas.
No es el caso, por ejemplo Sociedad Proyectos Temáticos de la Comunitat Valenciana, que tiene unas pérdidas acumuladas de más de 150 millones de euros y su capital social es de 104 millones,
Otras como la tenedora Sociedad de Proyectos Temáticos de la Comunitat Vlaenciana, acumula más de 204 millones de euros y su capital es de 138,99 millones. Algo similar ocurre con su participada Ciudad de la Luz, con 152 millones en pérdidas y, en este caso, el capital social. En ambos casos la Generalitat debería realizar una inyección económica notable para reestrablecer el equilibrio patrimonial, puesto que tiene fondos propios negativos.
Si las operaciones de reducción de capital formalmente no suponen un nuevo gasto, ya que el dinero que se inyectó en su día ya está gastado con las pérdidas acumuladas, en la mayoría de los casos éstas deben acompañarse con nuevas ampliaciones, lo que se conoce como una operación acordeón. Procesos de saneamiento obligados más cuando la Generalitat quiere vender estas sociedades, porque la alternativa es la liquidación.
¿Pero no eran las empresas con "gestión privada", superando las rigideces de administración pública e ineptitud de funcionarios, lo que tenía que sacarnos de la miseria?
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