Algunos consejeros que asistieron impasibles durante los últimos años a la ruina de las cajas de ahorro valencianas exigen su continuidad en las futuras fundaciones de carácter especial
VALENCIA. Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM) será la primera caja de ahorros que se transformará en una fundación de carácter especial tras haber perdido su negocio bancario, ahora traspasado a Banco CAM, controlado por el Sabadell. La histórica entidad financiera de Alicante ha convocado la asamblea decisiva para su disolución y transformación el próximo 9 de julio. Pero CAM no llega a esa cita con los cabos atados, pese a que hace tiempo que sabía que debía recorrer este camino. Es más, a estas alturas existe una importante incertidumbre sobre su futuro.
La transformación de las cajas de ahorros en fundaciones -ahora es la CAM, pero Bancaja también está comenzando a recorrer el mismo camino- arranca arrastrando viejos problemas, los mismos que han llevado a estas entidades financieras a la quiebra. Según fuentes de ambas cajas consultadas por ValenciaPlaza.com, la futura composición de los órganos de gobierno de las fundaciones está desvelándose como un nuevo campo de batalla en el que algunos sectores de consejeros -ya sea como colectivo con representación estatutaria (de la Generalitat o los ayuntamientos, las asociaciones de impositores o los sindicatos), o a título personal- están movlizándose con el objetivo de mantener sus cargos y, con ellos, su capacidad de influencia en la gestión de los futuros patronatos.
Una pretensión amparada legalmente por la propia Ley de Cajas y, en concreto, con la modificación que realizó la Generalitat a finales del año pasado cuando introdujo la obligación de que la composición del patronato, así como el procedimiento de designación, renovación y provisión de vacantes de sus miembros debía "respetar el principio de representación de los intereses sociales y colectivos inherentes a los órganos de gobierno de las cajas de ahorros".
Tal y como publicó ValenciaPlaza.com, esta modificación, introducida por el Consell, implica que el patronato de las futuras fundaciones de Bancaja y CAM deberá ser elegido por la misma vía que en la actualidad: Les Corts proponen al 25% de los consejeros generales que representan a la Generalitat; los ayuntamientos, otro 25%; los sindicatos, un 12% y los impositores, a través de asociaciones de usuarios, sobre un 35%. El resto corresponde a las entidades fundadoras (un 5% en Bancaja, algo menos de un 2% en CAM).
"Alguno de estos grupos ya está maniobrando para mantener su cuota en las futuras fundaciones pese a que su presencia no tiene sentido", coinciden varias fuentes distintas del entorno de ambas cajas. El argumento es aplastante: "Ninguna entidad financiera se prestará a financiar estas fundaciones en semejantes circunstancias, ya que no tiene sentido aportar fondos a una entidad controlada por los mismos que la hundieron y en la que no pueden ejercer el control a pesar de ser quien financia la entidad", afirman las mismas fuentes.
El caso más evidente y próximo es el de CAM. En menos de 20 días la asamblea pondrá en marcha la constitución de la fundación heredera de la antigua caja de ahorros. El FROB, que ha gestionado la entidad durante el último año tras su intervención, ha dejado listo un plan de viabilidad para los próximos tres ejercicios. Pero para el futuro de la Fundación CAM es esencial la participación financiera de Banco Sabadell, la entidad que se ha quedado el negocio financiero (la única vía por la que la caja recibía ingresos) y que se ha mostrado dispuesta a aportar financiación a la fundación para que siga ejerciendo la obra social. Pero con condiciones (quien paga, manda).
En Sabadell esperan un movimiento de la Generalitat que impida la politización de la entidad con un patronato copado por los exvocales de la caja u otros nuevos en representación de las cuotas institucionales. Fuentes del Consell aseguraron a ValenciaPlaza.com que se han mantenido contactos tanto con el FROB como con el Sabadell para salvar la situación. El proceso de transformación está tutelado por el Instituto Valenciano de Finanzas (IVF) e incluso la ley otorga una representación especial a la Consejería de Economía, que dirige Máximo Buch, en el patronato de las fundaciones.
Sin embargo, en el entorno el banco que preside Josep Oliu se mantiene el escepticismo. "Si no se cambia esa situación, Sabadell puede optar por realizar su obra social de forma directa o a través de su propia fundación. Lo que está claro es que no aportará financiación a un organismo que no controle", explican desde ese entorno.
PRIMERAS RESISTENCIAS EN BANCAJA
En el caso de Bancaja, si bien la situación se halla en estado embrionaro y pendiente de conocerse el final de Banco Financiero y de Ahorros (BFA), matriz de Bankia, lo cierto es que ya se han percibido movimientos para mantener el sillón en el futuro patronato por parte de algunos consejeros.
En la caja de Pintor Sorolla se manejan varios escenarios para el futuro. Aunque Bancaja cuenta con fondos propios suficientes para financiar la actual Fundación al menos durante tres años, la intención de la cúpula de la caja que ahora preside José María Mas Millet es intentar cerrar un modelo de obra social y cultural que acabe con la vieja etapa de cuotas políticas y conceda un mayor protagonismo a los futuros patronos.
Esta reforma sería una de las condiciones de Bankia para alcanzar un acuerdo con las siete cajas de ahorros que la crearon. Aunque está descartado que las cajas mantengan ninguna participación en el banco ni en su matriz una vez se nacionalicen con la inyección de fondos públicos, unjo de los objetivos de Bancaja es tratar de arrancar un compromiso a José Ignacio Goirigolzarri para que, en el supuesto de que el banco se recupere en el futuro, considere a las fundaciones de las siete cajas como ejes de sus políticas de responsabilidad social corporativa.
En Bankia, centrados en el plan de saneamiento, no se plantean aún este escenario. "Es una opción de futuro, pero no lo será si lo que nace es una fundación politizada y con los mismos vicios que las viejas cajas de ahorros", explican las fuentes de la entidad en Madrid consultadas por este periódico.
Una opción que, como en el caso de CAM, necesita un cambio de la ley de cajas que evite la obligación de mantener las cuotas políticas en el patronato, opción que se encuentra en manos de la Generalitat quien, de momento, guarda silencio.
Actualmente no hay comentarios para esta noticia.
Si quieres dejarnos un comentario rellena el siguiente formulario con tu nombre, tu dirección de correo electrónico y tu comentario.
Tu email nunca será publicado o compartido. Los campos con * son obligatorios. Los comentarios deben ser aprobados por el administrador antes de ser publicados.