VALENCIA. El teléfono de Luis Rosado Bretón (Madrid, 1957) sonó a principios de julio de 2007. La llamada del recién nombrado conseller de Sanidad, Manuel Cervera, implicaba la incorporación al Gobierno valenciano del entonces gerente del departamento de salud del Hospital General de Alicante. Su nuevo destino, la secretaría autonómica de Sanidad y la jefatura de la Agencia Valenciana de la Salud (AVS). El número dos del conseller.
Tras la salida de Cervera el pasado año, el entonces presidente de la Generalitat, Francisco Camps, otorgó a Rosado los galones de 'primer oficial' de la conselleria: la cualidades de este doctor especialista en Medicina Intensiva pasan por su perfecto conocimiento del funcionamiento de los centros hospitalarios y una experiencia notable en la gestión de los mismos. El ya exjefe del Consell se inclinó, ante la marcha de Cervera, por un perfil sereno y continuista. Un técnico de carácter dialogante.
Sin embargo, el punto débil de Rosado -que llega incluso a generar dudas en el Palau sobre su continuidad a medio plazo- es su escaso perfil político, algo que contrasta precisamente con sus predecesores en el cargo. Serafín Castellano, Rafael Blasco, Vicente Rambla -ninguno de ellos médico- y Manuel Cervera, hicieron gala en su día de una mayor potencia de imagen comunicativa y de una importante explotación mediática del cargo de conseller de Sanidad, una cartera que está dotada con cerca del 40% del presupuesto total de la Generalitat.
El pasado 5 de enero, el vicepresidente del Consell, José Císcar, debutaba como portavoz con el anuncio del decreto que contenía importantes ajustes en el área de Educación y Sanidad. En esa rueda de prensa, como ya informó este diario, se visualizó la ‘troika' que en los siguientes meses iba a llevar el peso de las decisiones difíciles. En la cita, pese a las fuertes medidas en materia de sanidad, no estuvo Rosado.
Días después de que la ministra de Sanidad, Ana Mato, anunciara tras el Consejo de Ministros el copago farmacéutico, el pleno del Consell del pasado viernes dio a conocer el plan de Reequilibrio 2012-14 de la Generalitat para cumplir con las exigencias del Gobierno de Mariano Rajoy. Unas medidas que, no obstante, pasaron a segundo plano al anunciarse, en una rueda de prensa en la que tampoco participó Rosado, la ampliación de la gestión privada en la sanidad pública.
Císcar, quien compareció junto al conseller de Hacienda, José Manuel Vela, fue el encargado de poner sobre el tapete la decisión más importante en la historia reciente de la sanidad valenciana. Una iniciativa en la que el titular de Sanidad parece erigirse como un actor secundario. Al día siguiente del anuncio, el vicepresidente escoltó a Rosado a la presentación en Denia de la nueva flota de transporte ecológico del centro, momento en el que el vicepresidente, y también entonces el conseller, ampliaron sus explicaciones sobre la revolucionaria medida.
'MARCAJE' SOBRE SANIDAD
En los últimos meses, el área de Sanidad ha estado permanentemente en el ojo del huracán. El ya establecido copago farmacéutico, tras semanas de especulaciones sobre las combinaciones posibles, ha sido uno de los asuntos 'estrella' en la agenda informativa. Sin embargo, otro de los que llevó 'de cráneo' a Presidencia fue la recopilación de facturas pendientes de pago a los proveedores para ser incluidas en el 'Plan Monotoro'.
Más de medio millón de facturas, gran parte del departamento sanitario, por valor de 4.069 millones de euros (1.850 de facturas en el cajón incluidas), recogidas desde 2007 hasta ahora. Un volumen y práctica que, Rosado, como número dos de la conselleria debía conocer y que, semanas atrás, desató todas las alarmas en el Palau de la Generalitat.
UNA AMPLIA TRAYECTORIA EN LA GESTIÓN HOSPITALARIA
La trayectoria del conseller Luis Rosado refleja una intensa experiencia en el ámbito de la gestión hospitalaria. Licenciado en la Universidad Complutense de Madrid, terminó la especialidad de Medicina Intensiva en el Hospital General de Alicante en 1987. Posteriormente, obtuvo plaza en el Hospital de Villajoyosa, en la Ribera Baixa. Terminó como jefe de la unidad de cuidados intensivos.
En 1995, dio el salto a responsabilidades de gerencia con la subdirección del citado hospital. A partir de ahí, Rosado fue creciendo profesionalmente: ocupó la dirección médica del Hospital de San Juan para luego incorporarse al mismo cargo en el Hospital General de Alicante. Regresaría al primero para ser gerente y, posteriormente, al segundo para situarse al frente del departamento de salud. Tras esa trayectoria, el siguiente paso fue la secretaría autonómica de la Conselleria de Sanidad en 2007.
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