VALENCIA. El presidente de Bancaja, José Luis Olivas, se enfrenta a unas horas decisivas para su futuro al frente de la entidad financiera. El conflicto latente en el seno de Banco Financiero y de Ahorros (BFA), con el Banco de Valencia como elemento de discordia, sigue sin una solución que desde varios de los frentes en disputa ven pasar de forma inexcusable por la salida del que fuera vicepresidente de Bankia.
En las últimas horas los rumores sobre una posible dimisión inminente de Olivas fueron tomando cuerpo en los corrillos económicos y políticos de Valencia. Varios medios de comunicación incluso apuntaron a una inminente salida del presidente de Bancaja, que habría cedido a las presiones que de la Generalitat.
Sin embargo, las fuentes consultadas por ValenciaPlaza.com tanto en el entorno de la Presidencia del Consell como del máximo dirigente de Bancaja no apuntaban a una resolución tan inmediata como se especulaba. Desde la Generalitat se negaron presiones para forzar la salida de Olivas, mientras que desde la alta dirección de entidad financiera se apuntó que el presidente no tiene pensado dimitir y que no se siente cuestionado por el Consell.
CON LA MIRADA EN EL CONSEJO DEL VIERNES
La clave que señalaba a una dimisión que podía llegar en la tarde del miércoles o durante la jornada de este jueves está en la cita que tiene Bancaja para el último día de la semana y, también, el último laboral del mes: este viernes hay consejo de administración. Es una cita ordinaria, como las que celebra tradicionalmente el último jueves de cada mes Bancaja, aplazado esta vez para no coincidir con la jornada de huelga.
Si hace dos meses la posición de Olivas ante su consejo era tan delicada que se daba por seguro que en un corto plazo de tiempo acabaría cediendo, lo ocurrido en ese tiempo ha cambiado el orden de las cosas.
La decisión de Banco Financiero y de Ahorros de encargar una auditoría para retasar el Banco de Valencia con el visto bueno de los consejeros nombrados a propuesta de Bancaja creó una situación tensa en la última reunión del órgano de gobierno de la caja valenciana del pasado febrero. Olivas lideró la reprobación de los consejeros valencianos y, de tener una posición débil en el consejo, de repente se aupó como defensor de los intereses de Bancaja en BFA-Bankia.
Sin embargo, la posición de Olivas continúa siendo delicada. La quiebra del Banco de Valencia y las consecuencias que se pueden derivar -de momento tendrá que acudir a declarar en calidad de imputado, como el resto del consejo y directivos del banco, ante el juez que ha aceptado la querella de unos pequeños accionistas- hacen que su futuro al frente de Bancaja siga siendo cuestionable.
EL CONSELL QUIERE UNA SALIDA NO TRAUMÁTICA
Aunque el Consell considera que la mejor salida para cerrar el conflicto entre Bancaja y sus socios en BFA-Bankia, en especial con Caja Madrid y su presidente Rodrigo Rato, pasa por ‘entregar la cabeza' de Olivas, es decir, por su salida de la presidencia de Bancaja, lo cierto es que en los últimos meses no ha realizado ningún movimiento notable para reclamar la dimisión.
La intención del ejecutivo que preside Alberto Fabra de no forzar una solución traumática a la crisis, en todo caso, tiene otras lecturas, especialmente desde el ámbito político. Pese a que en las últimas horas del miércoles se presumía con que las presiones de la Generalitat podrían dado el fruto perseguido, lo cierto es que según todas las fuentes consultadas por este periódico coincidían en que Olivas sigue fuerte en su puesto.
La clave, además, es que en estos momentos el presidente de Bancaja mantiene un cargo por derecho y porque no hay en el Consell, responsable final de los nombramientos de los consejeros de la entidad, ningún ascendente sobre Olivas con el poder suficiente para convencerle -o incluso para convencer a los consejeros que podrían forzar la salida- de que debe abandonar su cargo.
Con ese escenario, Olivas está dispuesto a aguantar tanto como le sea posible. Aunque algunas personas de su entorno le han llegado a aconsejar que deje el puesto, en este momento el expresidente de la Generalitat no tiene pensado abandonar, e incluso para algunos, casi es mejor que se mantenga, vista la escasa defensa de los intereses de Bancaja que realizaron los representantes valencianos en BFA-Bankia en el caso de Banco de Valencia y el papel aún por desvelar, y ya ha pasado tiempo, el que ha sido sus sustituto en la vicepresidencia del banco común, Francisco Pons.
Aunque todo es susceptible de cambiar en horas, de momento Olivas está listo para aguantar otra noche de cuchillos largos como la que vivió el pasado mes de noviembre.
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