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VALENCIA. Días atrás, este periódico publicaba el estado de la deuda, en muchas ocasiones astronómica, de diversas localidades importantes de la Comunitat Valenciana. Desde la Federación Valenciana de Municipios y Provincias (FVMP) ya han alertado de que, además de las grandes ciudades, el drama está sobrevolando a un nutrido grupo de pequeños municipios valencianos.
Es el caso de Albaida. Esta pequeña localidad, gobernada actualmente por un tripartito conformado por PSPV, Bloc y un partido independiente (UCiD), ha levantado la mano en señal de ahogo: la situación es insostenible, de quiebra absoluta.
El estado de las cuentas del municipio de la Vall es tan apocalíptico que los responsables de gobierno local, han remitido un SOS, una súplica a través del servicio postal, al propio ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, y al presidente de la Generalitat, Alberto Fabra.
En ambas cartas, se describe la situación actual de las arcas del consistorio, gobernado por el PP en las dos anteriores legislaturas. La misiva desglosa a grandes rasgos las cuentas del ayuntamiento tras el informe que encargó el nuevo gobierno a una consultora: los resultados son desastrosos. Una deuda que supera los 17 millones de euros.
El socialista Josep Bodí lo explica con claridad: "Los ingresos mensuales del consistorio se sitúan en 200.000 euros, y los gastos rondan los 400.000. Aumentando los ingresos al máximo y reduciendo los gastos al mínimo podríamos recuperar un millón de euros cada cuatro años: es insuficiente, no llegamos a poder afrontar la deuda".
El callejón sin salida acaecido en Albaida es de tal magnitud que se ha adoptado una medida sorprendente en estos casos. El pasado fin de semana, el equipo de gobierno citó en el cine del municipio a los ciudadanos para exponer la desesperada situación que vive el consistorio.
En torno a 500 personas se reunieron en el Odeón para escuchar y opinar sobre el destino del municipio. Intervino el alcalde, Josep Antoni Albert y posteriormente el regidor de Hacienda, Joan Antoni Juan Perona, quien expuso que el remanente de tesorería negativo de ocho millones de euros indicaba la gran cantidad de facturas por pagar a los proveedores. Tras la reunión, se propuso la creación de un foro ciudadano para buscar soluciones.
En cuanto al PP de Albaida, en el último boletín municipal, apelan a la unidad frente a la crisis. Recuerdan que pese a ganar las elecciones, se han visto fuera del gobierno por el ‘tripartito' y puntualizan que no es momento "de lucha sino de consenso, de mirar hacia delante" y trabajar "ante una crisis económica que ha afectado a todas las administraciones públicas".
Entre las causas del hundimiento económico del municipio, el equipo de gobierno actual apunta a la gestión del anterior ejecutivo, especialmente en el impulso de la empresa pública Gestiona, cuya actividad en la construcción de viviendas resultó un agujero negro.
Mientras en Albaida buscan la luz al final del túnel en forma de rescate ministerial o valenciano, esta localidad de 6.200 habitantes seguirá manteniendo una deuda per cápita de 3.000 euros. Un triste ejemplo de un pequeño municipio valenciano arruinado tras la época de las ‘vacas gordas'.
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