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¿Crisis del PSPV-PSOE o crisis de la socialdemocracia? /7

PSOE: el principio del fin

JORDI PALAFOX (*). 29/01/2012 Quienes se han apropiado del PSPV, como del PSOE, se han pasado años defendiendo que los líderes eran irrelevantes frente a las siglas. Ahora, ante el descalabro, buscan desesperadamente uno. No les será fácil recuperar el apoyo ciudadano. Como institución endógena en que se ha transformado el partido, su futuro más probable es un lento pero inexorable declive

VALENCIA. "Lo señalaron algunos antes que él y muchos después que él. Pero es a J.M. Keynes a quien le corresponde haber expuesto con mayor claridad al introducir su Teoría General la dificultad de abandonar las viejas ideas "que entran rondando hasta el último pliegue del entendimiento de quienes se han educado en ellas, como la mayoría de nosotros".

Porque sin pretender, como es obvio, comparación alguna con su genial aportación, también parece posible aplicar su constatación a los razonamientos, más bien brochazos, que siguen sobre la situación y perspectivas del PSOE como organización relevante en el marco político español.

El problema para explicar dónde nos encontramos, en el PSPV y en el PSOE, no es sólo de mantener o utilizar viejas ideas. En mi opinión la dificultad reside en que el deseo de lo que nos gustaría que fuera, impide analizar con rigor la realidad de lo que es. En este sentido, la influencia de la politología europea, de Bobbio a Judt pasando por el irrelevante, excepto en España, Lakoff, es negativa. No por sus planteamientos, sugestivos, sino por estar contagiadas de ese virus de confundir deseos con realidades, o lo que debiera ser con lo que es. Ello la hace poco útil a la hora de buscar diagnóstico adecuado.

Para encontrar una explicación a lo que viene ocurriendo desde hace ya años, una relectura a las aportaciones de los académicos del otro lado del Atlántico puede tener gran interés. Para entender dónde estamos, y sobre todo para saber hacia dónde vamos. En todo caso, quiero explicitar que en modo alguno soy experto en el tema, sino sólo lector apasionado. También que los dos aspectos que menciono a continuación son simples ejemplos de un buen número de planteamientos que podrán ser de gran ayuda para entender la situación a la que se enfrenta el PSPV y, también, el PSOE.

Una alternativa al enfoque de los párrafos que siguen hubiera sido abordar el análisis con las herramientas de la denominada teoría de la agencia. A partir de ella José María Maravall (J.M. Maravall, 2003) realizó hace algunos años aportaciones fácilmente trasladables al funcionamiento del PSOE. Este enfoque ha realizado aportaciones muy relevantes, por ejemplo a la comprensión de Jordi Palafoxlas relaciones entre accionistas -propietarios- de una empresa y su estructura ejecutiva -gestores- no siempre proclives ante la falta de incentivos a anteponer los intereses de la empresa -partido político en nuestro caso- a los suyos propios. No he optado por esta alternativa por resultar, pienso, más compleja de sintetizar en un espacio razonable.

El PSOE como institución endógena

Hace años John Aldrich (J.H. Aldrich, 1995) publicó un influyente libro, reeditado en 2011, en el que defendía que los dos grandes partidos de los Estados Unidos, organizaciones centrales en su sistema político, se habían convertido en unas instituciones endógenas al servicio de los políticos profesionales, ambiciosos buscadores del cargo público (ambitious office seekers). Porque reconociéndoles una diversidad de objetivos, lo básico era, y es "tener una larga y exitosa trayectoria en un gobierno".

No se piense que su aproximación consideraba a los políticos profesionales como agentes egoístas interesados sólo en su futuro, y aislados del deseo de mejorar la situación de los electores (a los que necesitan para ser elegidos). Su consideración de los partidos y de los políticos era compatible que con la defensa de ideas o valores diferenciados en sus profesionales y con la convicción del autor de que los partidos son una pieza fundamental del sistema político democrático. La cuestión en lo que se refiere a la aplicación de sus planteamientos a la situación española y valenciana es que dentro de una función de objetivos múltiples, el decisivo para los políticos (y los beneficiados de su victoria como asesores, liberados, cargos de libre designación, etc.) es llegar a gobernar y mantenerse en el gobierno.

Con la aproximación de Aldrich es posible explicar mucho de lo acaecido en el interior de la organización socialista española, al menos desde hace quince años, simplemente sustituyendo el objetivo de gobernar por la de disfrutar de un cargo público, como forma de obtener ingresos y gozar de status social. Aunque éste sea sólo dentro de los que están en la misma situación, aspiran a estarlo o dependen de las decisiones de quienes lo están para mejorar sus ingresos.

Y a partir de ahí, analizar las estrategias seguidas dentro del socialismo por sus dirigentes más destacados. O del PSPV que resulta más próximo, en absoluto excepcional aunque vaya un paso por delante. Los ejemplos posibles serían al menos un centenar, pero basten dos que no son los más estridentes en los que los nombres son fácilmente sustituibles por muchos otros. Uno: ¿Cómo puede explicarse sin esta función de objetivos definida por Aldrich la posición actual de Joaquín Puig? al lado ahora de la candidata Carme Chacón que defiende -en teoría al menos- todo lo contrario de lo que ha sido la trayectoria de quien no ha abandonado el cargo público desde que fuera jefe de gabinete de Joan Lerma. Dos: ¿Cómo la de Francesc Romeu?: renovador dícese impertérrito, y que sin embargo, pacta tanto una alianza contra lo que decía combatir en el XI Congreso del PSPV como un posterior ascenso a una dirección general de RENFE como favor político, pretendiendo después de todo ello seguir manteniendo un discurso innovador creíble.

Todo ello, sin una idea conocida acerca de qué ofrecer tanto a los propios militantes como a los votantes. Los cuales como agentes racionales de una sociedad avanzada con una cualificación educativa media elevada, acaban hartos de slogans vacios, interminables listados de medidas sin relación unas con otras como sucedáneos de programas políticos y de la primacía de estos intereses personales sobre sus problemas. Y ante todo ello deciden abandonar el apoyo a la organización. No está de más recordar que el "tu xiquet sempre de esquerres" es la principal aportación teórica del más que probable próximo secretario general del PSPV o que el mantra "el cambio" de Jorge Alarte ha resultado ser "quítate tu y los tuyos para que me ponga yo y los míos" y única idea del mismo. Comportamientos todos ellos, y son simples ejemplos, que ha acabado hundiendo, y no es seguro que de manera involuntaria, el número de afiliados de la organización y, por supuesto, el número de votos conseguidos.

Salida frente a voz y lealtad

Precisamente el segundo aspecto que deseo esbozar se relaciona con este sostenido descenso del apoyo, electoral y de militancia al PSPV y al PSOE (en un sistema político con posiciones de oligopolio por la actuación de los partidos mayoritarios actuando como instituciones endógenas). La idea no es otra que la diferenciación entre salida, voz y lealtad establecida por germano estadounidense Albert O. Hirschman hace más de cuarenta años (A.O. Hirshman, 1977:1970). El punto de partida, como sucede en el mercado político español, tanto interno como externo al PSOE, es que no hay una situación de competencia perfecta en que todos los potenciales intervinientes estén en situación de igualdad. Ante ello, surgen mecanismos que permitan hacer eficiente al sistema, entre ellos los de salida, voz y lealtad.

El ejemplo más sencillo para explicar en qué consisten éstos es considerar el comportamiento de un consumidor pero los conceptos son de inmediato aplicables a la opción de la permanencia en una organización política o del voto a la misma. Así, imaginemos una empresa que ofrece un bien o un servicio, y la calidad del mismo disminuye o su precio aumenta, alterando negativamente el bienestar del consumidor. Ante ello, éste tomará una de estas dos opciones: o bien dejar de comprarlo, sería ejercer la opción de salida, o bien expresar como consumidor su insatisfacción a la empresa para tratar de cambiar la situación. En otras palabras, ejercer la opción de voz. Si ante ello, la empresa reacciona y logra que se quede como cliente y le ayude a corregir la disfuncionalidad, surge la opción de lealtad.

Es obvio, pero importante destacarlo, que el coste para el consumidor, o para el militante o votante, de una u otra opción no es el mismo. La voz implica un esfuerzo mucho mayor que la salida por lo que es razonable asociar el primero la exigencia de recibir mayor compensación. No es difícil entender, por tanto, que cuando el equilibrio entre ambas se rompe, o la compensación probable es mucho menor que el esfuerzo, en tiempo o en coste de oportunidad, para ejercer esta opción de la voz, la tendencia creciente por parte de los individuos sea decantarse por la de salida.

El previsible futuro

Ante ello, ¿puede la organización afectada reaccionar para intentar recuperar a quienes han ejercido la opción de salida? Sin duda y algo de eso sucedió en el congreso extraordinario del PSOE que siguió al XVIII Congreso de 1979 con el abandono del marxismo. Pero no debe ignorarse que todas las fuerzas internas de una institución endógena, en especial en ausencia de un liderazgo fuerte que pueda contrarrestar la búsqueda de los propios intereses por parte de los "office seekers", presionan en la dirección contraria: aislarse cada vez.

La razón no es otra que la concesión de mayores compensaciones a los "clientes internos" (los militantes) implican aumentos en la dificultad de cumplir el objetivo básico de los "office seekers", simples "public position seekers" en el caso del PSPV y su cohorte de proveedores y escuderos ("benefit seekers")": gozar de un cargo público durante el mayor tiempo posible. Por tanto, el resultado más esperable es que las proclamas de los aspirantes a líderes para gozar del apoyo de los cada menos militantes no se vean acompañadas de medidas, modestas pero trascendentales, una vez conseguido el puesto para que la situación se modifique un ápice. Es exactamente lo que ha venido sucediendo en el PSPV que, por una vez, se ha convertido en el espejo dónde el PSOE puede ver la imagen de su propio futuro".
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(** Jordi palafox es catedrático de Historia e Instituciones Económicas en la Universidad de Valencia

Referencias citadas:
Aldrich, J. H. (1995) Why Parties? : Origin and Transformation of Political Parties in America, University of Chicago Press.

Hirshman, A.O. (1977), Salida, voz y lealtad: respuestas al deterioro de empresas, organizaciones y Estados, Fondo de Cultura Económica (primera edición en inglés Harvard University Press, 1970)

Maravall, J.Mª, (2003) El control de los políticos, Taurus.
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ARTÍCULOS PUBLICADOS:

- Más allá de los intereses orgánicos (por Mercedes Cabrera)

- PSOE-PSPV 2012: ¿Un congreso más o la madre de todos los congresos? (por Manuel López Estornell)

- No és un problema de noms (por Joan del Alcázar)

- ¿Socialisme és llibertat? Algunes reflexions (por Ana Aguado)

- Los 6 problemas de los socialistas valencianos (por Anselm Bodoque)

- ¿Imparcialidad o inanidad? (por Carmen García Monerris)

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8 comentarios

Pepe Reig escribió
07/02/2013 12:36

Excelente disección del mecanismo "endógeno" que nos conduce a la irrelevancia. Con un aparato centrado en la conservación del statu quo, una militancia volcada al interior y desconectada de las pulsiones sociales, es imposible que floten en el partido aquellos militantes que basan su política y su fuerza en el liderazgo ciudadano. Lo que flota es el trepa, experto en lidiar con clientes y aparatos. Nadie puede creer a Ximo Puig porque se ha apoyado en todas partes en lo más conservador y endógeno e, incluso, como en Alicante, en lo más corrupto.

Manuel escribió
30/01/2012 19:11

El texto explica una realidad clara, la del PSPV, pero para mí explica todavía mejor la del PSOE. Que haya militantes que sean hombres de estado no cambia nada. La FSM lleva años dando espectáculos propios de un circo, y no precisamente de la calidad de un Cirque du Soleil, y el PSA empieza a mostrar sus vergüenzas tras tantos años confundiendo la administración de la Junta con su casa. Ya se verá con lo que sale a partir de marzo. La cuestión es que sólo ahora es evidente todo ello porque la prepotencia de Aznar -y la inestimable ayuda de Blair y Busch- permitió ganar dos legislaturas. Dos legislaturas con un líder que señaló con claridad la tesis de ALdrich. Firmó sin vergüenza que ideología y política eran no compatibles aceptando el texto que le escribió Jordi Sevilla para el prologo que firmó en su libro. Textualmente “Ideología significa idea lógica y en política no hay ideas lógicas, hay ideas sujetas a debate que se aceptan en un proceso deliberativo, pero nunca por la evidencia de una deducción lógica". Hay que subrayar el nunca porque es la vinculación de lo que señalo con el texto de Palafox: se acepta que los políticos tienen reglas diferentes al resto de los ciudadanos y que la deducción lógica no se aplica, se aplica la lógica de mantenerse en el poder. Y así estamos, con ese partido (ZP, Pajín, Fdez, de la Vega, Chacón y Rubalcaba) el PP. Todavía peor los conservadores, han ganado la hegemonía de las ideas. Y eso ya no tiene solución. El último –y ya somos bien pocos- que cierre la puerta (y pague el crédito hipotecario de Blanquerías).

Cartesius escribió
30/01/2012 18:47

Me ha parecido un artículo documentado,ágil y claro.Pero demasiado pesimista. El PSOE y también el PSPV-PSOE, son la única alternativa de gobierno. Por una parte por su enorme capital humano -aunque tenga presencias latentes o distanciadas circunstancialmente-: tiene militantes y simpatizantes en todos los sectores de la realidad social, es interclasista, intergeneracional,reúne a hombres y mujeres en términos de auténtica igualdad... Posee experiencia de gobierno, cuadros y potencial (es verdad que la circulación de las elites deja mucho que desear).Está socialmente enraizado, su MARCA es muy conocida en el "mercado". Tiene capacidad de movilización. Es identificado como la mayor fuerza democrática de la izquierda,y por tanto está en condiciones de reunir a otras a su alrededor.Es un partido con una horquilla de votantes que se mantiene en los últimos años entre los casi siete y los once millones, que no está nada mal, y ,estadísticamente, está muy por encima, y prácticamente inalcanzable, con respecto a las formaciones que le siguen en votos. Todo esto no merma la validez de las críticas. Simplemento son elementos que hay que añadir a la conclusión sobre su estado actual.

RR escribió
30/01/2012 07:59

La aplicación al caso valenciano de las tesis es muy clarificadora. Podría objetarse que el resultado es demoledor, demasiado negro, pero si es así mejor decirlo de una vez. Sin embargo, resulta precipitado aplicado al PSOE estatal. El PSOE como resultado de las baronías autonómicas sí que es eso, pero tomado de forma más amplia encontraríamos gente distinta. Me parece que tipos a lo Rubalcaba no entran en la casilla de buscadores de beneficios y clientelas. Han sido gente con pasión política y preparación intelectual. Para los problemas del PSOE estatal mejor un planteamiento general sobre el declive de la socialdemocracia.

Berta Chulvi escribió
29/01/2012 22:49

Muy buen análisis. Me afilie al pspv tras leer el control de los políticos, de j.m Maravall. Me lo recomendó el maestro de maestros, Gonzalo Anaya. Y lo hice con voluntad de ejercer la voz, puedo dar fe de que el partido tiene mecanismos muy complejos, que te indican donde está la salida...

ACM escribió
29/01/2012 09:46

El argumento de que "sólo se preocupan por ellos mismos y les da lo mismo lo que pensemos nosotros" es atractivo para aplicarlo al PSPV, aunque parece prematuro y ad-hoc para elevarlo a explicación de lo que puede ocurrirle al PSOE. Más interesante parece el argumento de Hirschmann, que explicaría por qué la falta de atención a las clases medias ha provocado la pérdida de todas las grandes ciudades en las últimas elecciones municipales: después de tanto tiempo intentando hacer oír su voz, han optado por la salida como opción electoral. El reto del PSOE, y de ello dependerá su futuro y nuestras esperanzas, es hacer un análisis correcto de la situación y plantear ideas y propuestas atractivas. Pero no sé si de eso anda muy sobrada la izquierda europea. Y menos los socialistas valencianos. Un ejemplo más de que no se enteran: en Twitter soy seguidor del PSPV y de Compromis. Compromís inunda la red con mensajes de todas las actividades que hacen (la última: hacer un mapa de los institutos que no tienen calefacción; luego tienen la media de edad de la gente en la sede la noche electoral y de su asistencia a los mítines en torno a los 30 años, con independencia de lo que pensemos de ellos); La renovación (también) tiene que ser generacional.

Antonio escribió
29/01/2012 09:25

La tesis de la endogeneidad del PSOE es interesante, y Palafox ya la ha expuesto en otras ocasiones de forma menos estructurada, pero me parece forzada. El argumento para ser robusto debiera ser válido para todos los partidos, no exclusivo para los de izquierda o explicar por qué hay diferencias. Y desde luego no se cumple en nuestro partido de derechas que perdió el poder y lo ha recuperado. Por exponerlo con mayor rigor: el argumento dice que cuando un partido pierde el poder se enfrenta a dos alternativas: A) cambiar para ganar nuevos electores (cambiar porque si ha perdido es por no haber convencido a un suficiente número de votantes) y así recuperar el gobierno con lo que aumenta el número de cargos a su disposición o B) enrocarse en sus posiciones para repartir los cargos que quedan sin embarcarse en proyectos que pueden terminar con la sustitución de los dirigentes. Pero la elección de la segunda no lleva siempre a la desaparición o la insignificancia porque una vez se ha elegido esta aparecen dos opciones: persistir en la endogeneidad porque los cargos son cada vez menos y la lucha en el interior es más cruenta, pero también puede aparecer una tendencia al cambio para ampliar el número de prebendas a repartir (¿las primarias en el Partido Socialista francés como ejemplo de cambio ante una situación estancada?). La opción del autor no es por tanto la única. Y hay más ejemplos de la contraria que de la suya. En el último párrafo del texto Jordi Palafox apunta un elemento que no he visto presente en textos previos: la ausencia de un liderazgo fuerte como factor que puede frenar la presencia de la tendencia endogeneizadora de un partido. Quizá sea cierto, pero los liderazgos fuertes surgen cuando se ganan las elecciones o cuando se ve que se pueden ganar, no antes. Y desde mi punto de vista este segundo argumento está poco integrado con la primera parte.

Eva escribió
29/01/2012 09:11

Últimamente están muy de moda las predicciones apocalípticas (quizá influencia de la profecía maya sobre el fin del mundo en el 2012) y el texto se apunta a ella. Asociar una derrota electoral con el principio del fin de un partido político me parece un poco exagerado. Es cierto que el PSPV también empezó perdiendo unas elecciones y está donde está pero también hay contraejemplos para equilibrar la balanza: el PP en Andalucía lleva más años en la oposición y está a punto de ganar hasta por mayoría absoluta.

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