VALENCIA. La constructora y promotora Luis Batalla, SA dejará de llevar el nombre y apellido de su fundador. El proceso de transformación de la compañía, que incluye el lavado de una imagen salpicada por polémicas, como la sentencia por fraude fiscal y falsedad documental que a punto estuvo de acabar con el empresario en la cárcel, o su supuesta implicación en el caso Gürtel, está a punto de culminar con el rebautizo de la empresa con el nuevo nombre de Durantia Infraestructuras.
Según publicó ayer el Boletín Oficial del Registro Mercantil, Luis Batalla SA ha aprobado un cambio de denominación social, junto con otros cambios en los estatutos de la empresa. Igualmente, se ha optado por suprimir el consejo de administración de la compañía, que a partir de ahora pasará a tener un administrador único, la antigua Invernumber (patrimonial de la familia), y que ya fue rebautizada igualmente como Obinesa Grupo Empresarial.
La reestructuración del grupo se inició con la retirada de Luis Batalla de la primera línea de la empresa tras sus problemas con Hacienda (pagó una multa de 4,4 millones para evitar la prisión). Tomó el relevó en los órganos de gobierno la segunda generación, y una de las primeras medidas que tomó fue crear una sociedad holding, Obinesa, bajo la cual se organizaban todas las participaciones familiares: Lubasa, Saloni, un vasto negocio de concesionarios de automóviles, y otras participaciones, como el grupo de materiales de construcción Origen, en el que estaba la cementera que recientemente vendió de forma parcial a Lafarge.
La parte de construcción está aglutinada en la filial Becsa, encargada fundamentalmente de las grandes obras públicas. La empresa familiar cuenta además con varias filiales dedicadas al negocio inmobiliario, ya sea en el apartado de promociones como en el de concesiones. De momento, al registro únicamente se ha dado cuenta del cambio de nombre de la empresa origen del grupo, mientras que siguen existiendo otras que utilizan el nombre Lubasa seguido del sector al que se dedican.
Este periódico intentó ayer conocer los motivos del cambio así como la estructura final del grupo Obinesa. La empresa declinó hacer declaraciones.
Lubasa ha atravesado varios momentos convulsos en los últimos años. Tras la salida de su fundador, la compañía logró refinanciar hace ahora justo dos años la deuda de 1.100 millones de euros que mantenía con los bancos. Las riendas de la compañía quedaron en manos de uno de los hijos de Luis Batalla, Gabriel Batalla.
Sin embargo, su gestión no fue aprobada por el resto de accionistas, su hermano Luis Enrique, que ahora dirige la compañía, y su herman Otilia. "El grupo de empresas de la familia Batalla está cumpliendo con los objetivos que se marcaron en el plan de negocio entregado a las entidades financieras y que posibilitó la refinanciación de 1.100 millones de euros en 2009", aseguraron a final de 2010 fuentes de la compañía a Valenciaplaza.com.
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