VALENCIA. Si la industria cultural representa alrededor del 3,4% del PIB en España, el sector del libro representaría directamente entre el 0,7% y el 1% del PIB, incluyendo prensa. Las editoriales españolas siguen teniendo una gran potencia en el mercado interior, una fuerte presencia en el exterior y siguen siendo referencia para buena parte de la cultura en América Latina, gracias a un idioma en expansión como el español.
El volumen de negocio que genera hace que su estabilidad en los vaivenes económicos de la crisis sea una cuestión prioritaria. De ahí que por ejemplo el libro fuera uno de los productos que mantuviera un IVA superreducido (4%), mientras que el Gobierno aumentó el IVA cultural hasta un sangrante 21% en 2012, cuya rebaja es mera especulación en este final de legislatura.
Sin embargo, el mantenimiento del IVA superreducido no impidió que la facturación de la industria editorial en España acumulara cinco ejercicios de pérdidas desde 2008, y además con números dramáticos. La facturación pasó de 3.185 millones de euros en 2008 a 2.182 millones de euros en 2013 solo en el mercado interior, es decir, una diferencia de más de mil millones de euros en pérdidas. El año 2014 la tendencia se invirtió, subiendo un 0,6% hasta un volumen de 2.195 millones de euros, crecimiento que se confirmaba con la subida del 3% de las exportaciones, hasta alcanzar los 541,8 millones de euros en comercio exterior del libro.
Las causas del hundimiento en el negocio editorial van desde las más generales, como la caída del consumo o la contracción general de la actividad económica, hasta las más específicas, como la bajada de índices de lectura, la piratería, la desaparición de editoriales o librerías, etc. Ahora bien, la mayor parte del comercio editorial en España lo representa la edición y comercialización de libros de texto (34,1%), por lo que cualquier variable en el sector educativo tiene severas consecuencias para una de las industrias más fuertes en nuestro país.
¿Por qué son tan caros los libros de texto? ¿Libro nuevo o libro reciclado? ¿Cambio de Ley de educación y cambio de libro? ¿Préstamo en el centro escolar o bono-libro? ¿Educación digital? Estas son algunas de las cuestiones que determinan el mercado editorial
VOLUMEN DE NEGOCIO
Uno de cada tres libros vendidos en España es un libro de texto; el 34,1% de la facturación total corresponde a estas publicaciones. Muy por encima del libro literario (facturación en 2013 de 468,8 millones de euros). La caída del sector del libro se produjo en parte por la caída del libro de texto: entre 2008 y 2013 pasó de 898,3 millones de euros a 726,3, un total de 172 millones menos, casi un 20%. La recuperación en el último año situó el volumen de negocio en 748,64 millones.
Como es lógico, cualquier medida derivada de los departamentos autonómicos de educación influirán en el mercado. Cualquier novedad en la adquisición por parte de centros o de asociaciones de madres y padres, también.
MODELOS DE GRATUIDAD
Este principio de curso nos ha traído la feliz noticia de que el Presidente Ximo Puig y el Conseller d'Educació Vicent Marzà han decidido reactivar las ayudas a la compra de libros de texto para las familias, que el Consell de Fabra anuló en 2013 hasta que no se pagaran las facturas de las ayudas de años anteriores. La suma de hasta 200 euros por estudiante supone un récord con respecto a años anteriores, e implica a administraciones como ayuntamientos o diputaciones.
Sin embargo, mucho se ha discutido sobre este modelo de gratuidad. La Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos (CEAPA) no se muestra tan favorable a él porque entiende que un modelo alternativo de préstamo de libros, cuya propiedad y cuya gestión la mantendría el centro escolar, y cuyos materiales retornarían al centro a final de curso.
Según la CEAPA este modelo de préstamo ayudaría a educar en el respeto, en la solidaridad, en el cuidado del material como un bien colectivo y compartible, etc. La Confederación Católica Nacional de Padres de Familia y Padres de Alumnos (CONCAPA), en cambio, se muestra a favor de las ayudas directas a las familias a través de bono-libros, de cheques o simplemente mediante el reembolso de las facturas a principio de curso.
¿Existe conciliación entre modelos? Difícilmente. ¿Cuál es mejor? Si se piensa en el sistema, puede que el modelo de préstamo y reciclaje sea más austero: los datos proporcionados por la Asociación Nacional de Editores de Libros y material de Enseñanza (ANELE) muestran un ahorro del 10% en las partidas globales. Si se piensa, en cambio, en el proceso de aprendizaje, la propiedad del libro asegura una convivencia con el material escolar más allá del año académico, la formación de una biblioteca personal, el archivo de material de consulta para años posteriores. ¿Influye un sistema u otro en la calidad educativa? Esta pregunta sería determinante para determinar qué modelo es mejor. En cualquier caso, a nivel económico, el modelo de gratuidad directa no es mucho más caro que el de préstamos.
POR NIVELES
¿Por qué los contenidos no cambian pero cada año hay que comprar libros nuevos? Esa es una de las preguntas clave en cada familia. La respuesta es relativamente fácil: la mayor parte de los libros de texto se dirigen a un alumnado de Educación Primaria (2.899.957 alumnos en el curso 2014/2015) y de Educación Infantil (1.837.804 alumnos), y estos manuales contienen fichas, actividades y material fungible difícilmente reciclable.
En el caso de Educación Secundaria (1.846.632 alumnos), Bachillerato (705.231) o Formación Profesional (793.034), los contenidos estarían sujetos a priori a menos cambios y se podrían introducir fórmulas de reutilización de libros. Es aquí donde entran en juego los cambios de diseño y variación de contenidos de las editoriales de año en año.
GASTO POR ALUMNO
El gasto por alumno en los diferentes niveles es otro de los factores que influye en el mantenimiento del negocio editorial. Mientras que el gasto medio de un niño/a de Educación Infantil es de 66,78 euros, el de un estudiante de Primaria es de 111,59 euros. Por su lado, el gasto medio en Educación Secundaria es de 85,57 euros por estudiante, en Bachillerato 79,02 euros, y en FP de tan solo 22,75 al no tener tantas asignaturas diferentes.
La Educación Primaria mueve un total de 323,61 millones de euros, más del doble que la Educación Secundaria: 158,02 millones. Naturalmente, gran parte del negocio no tiene nada que ver con la continuidad o no de los contenidos, sino con la metodología docente.
LIBRO DIGITAL
¿El libro digital abarataría los costes para las familias y para las administraciones públicas? De manera incomprensible, el libro digital tiene un IVA del 21% frente al superreducido 4% del libro en papel. Lo sustancial en el empleo de las nuevas tecnologías sería un cambio en la metodología educativa, en las formas de aprender y de enseñar o en la manera de elaborar materiales.
El nivel de conservación de los libros, en principio, sería muy superior a la actual, alargando la vida de los soportes para el aprendizaje. Sin embargo, su implantación está siendo muy desigual por comunidades autónomas. El crecimiento de las publicaciones del libro digital en los distintos niveles de educación es exponencial: 3.209 títulos en 2013, 6.334 títulos en 2014 y 12.646 en este inicio de curso académico 2015/2016, lo que significa un crecimiento anual de casi el 100% cada año.
No obstante, esto no significa que haya un uso proporcional a la aparición de títulos: en 2013 se facturaron 23,4 millones de euros en libros digitales y en 2014, con el doble de títulos, únicamente 24,6 millones, lo que significa que no hay proporcionalidad entre ambos datos.
CAMBIO DE LEY: LA LOMCE
Cualquier cambio de ley de educación supone automáticamente un reajuste en los contenidos que se materializarán en los libros de texto. Los editores necesitan adecuar contenidos y metodología a los nuevos objetivos de cada ajuste legal. Además del propio cambio, la Asociación Nacional de Editores de Libros y material de Enseñanza (ANELE) alerta en sus informes de la desigual implantación de la LOMCE en las distintas autonomías, del rechazo frontal de la comunidad educativa hacia la reforma y del clima de incertidumbre especialmente en un año de elecciones como este 2015.
Contrariamente a lo que se piensa, cada cambio en los contenidos del libro de texto supone un coste para la editorial, y no un beneficio directo. Este hecho impide que las modificaciones en los manuales tengan únicamente un criterio pedagógico o de innovación, sino que tengan que ser en muchas ocasiones adecuaciones de tipo legal para hacer encajar el libro de texto con la propia ley. Una ley de educación consensuada con las comunidades educativas y respetada por los gobiernos entrantes ayudaría a que los cambios fueran de tipo pedagógico únicamente.
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