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VALENCIA. El delegado del Gobierno en la Comunitat Valenciana, Juan Carlos Moragues, está decidido a aprovechar al máximo las posibilidades de expansión mediática que le ofrece el puesto para el que fue designado el pasado mes de julio, una decisión que causó desazón en otros aspirantes como el exconseller Luis Santamaría.

Mientras en el PP no son pocos los que miran de reojo la creciente actividad de Moragues, así como su estrecha alianza con la ahora portavoz adjunta del PP en Les Corts María José Catalá, el pensamiento generalizado en la formación popular es que la frenética agenda del delegado del Gobierno tiene como meta un pasaporte VIP a Madrid, ya sea vía Congreso de los Diputados o, mejor aún, en un ministerio -¿o por qué no la dirección de la Agencia Tributaria?- si el PP pudiera renovar su dominio en las elecciones generales.

Sin embargo, el delegado del Gobierno no siempre es bienvenido, especialmente si no es del mismo signo político que los invitados a una reunión. La presencia de Moragues en el encuentro de la ministra de Fomento, Ana Pastor, y la delegación del Ayuntamiento de Valencia formada por el alcalde, Joan Ribó (Compromís), y el concejal de Desarrollo Urbano y Vivienda, Vicent Sarrià (PSPV), causó cierto malestar en la cúpula del consistorio.

Pese a que se marcó su presencia en las agendas -así lo reflejaban las agencias de noticias-, representantes del consistorio aseguraron que la asistencia de Moragues les había causado "sorpresa" dado que no habían sido informados de ella. Curiosamente, el delegado del Gobierno llegó a la sede ministerial prácticamente a la vez que los miembros del equipo local, que tuvieron que esperar -según comentaron a sus colaboradores- a que Moragues tuviera un encuentro previo de unos diez minutos con la ministra del que salió la fotografía que el dirigente valenciano colgó en Twitter. 

Ya en la reunión, que duró en torno a dos horas, las fuentes conocedoras del encuentro señalaron que el delegado del Gobierno no intervino apenas en el encuentro pese a que llovieron críticas a la gestión del anterior gobierno local y autonómico, también del PP.

Al término de la cita, y esto llamó la atención al equipo de gobierno del Ayuntamiento de Valencia, además del subsecretario de Estado y del alcalde, Moragues también se sumó al turno de declaraciones. "¿Si está la mano derecha de la ministra como representante del Gobierno para hablar, qué tiene que decir Moragues?", se preguntaba ayer un asesor del consistorio, quien admitió que desde el entorno del alcalde, al margen de la "corrección general" de la reunión, se había considerado un "detalle feo" la participación del delegado del Gobierno, al que sumaban además que en el día previo el ministerio hubiera recibido para abordar los asuntos que también se trataron ayer al portavoz del PP en Ayuntamiento de Valencia, Alfonso Novo.