Comparte esta noticia

• Tweet
• meneame

Otras noticias

• AitanaStar, pulseras con tecnología QR para situaciones de emergencia
• La UPV lanza un concurso para "reinventar" la Universidad
• Llega a Valencia Metricson, una firma de abogacía especializada en 'startups'

VALENCIA. La familia Lladró desmanteló hace dos meses la parte pictórica de su museo ubicado en su sede de Tavernes Blanques (Valencia) y trasladó las obras a un almacén de Madrid ante la posibilidad de una venta de la empresa de porcelanas, que no incluiría estos bienes. Valenciaplaza.com publicó en exclusiva, el pasado 9 de mayo, que la colección había sido trasladada a la capital de España, con la explicación de la empresa de que era un traslado temporal con el objetivo de mejorar y rediseñar la experiencia museística.

Sin embargo, fuentes del entorno de la familia Lladró aseguran que el motivo del traslado es la salvaguarda de la colección ante una posible venta de la compañía. De hecho, entre las obras desplazadas se encuentra la gran obra de Joaquín Sorolla Yo soy el Pan de la Vida, de 4,15 por 5,30 metros, que no estaba ubicada en el museo, sino en el hall del edificio de oficinas del complejo Ciudad de la Porcelana.

El grupo Sodigei, matriz de Lladró, celebra el 25 de junio junta general ordinaria y extraordinaria en la que se ha incluido como punto séptimo del orden del día lo siguiente: "Información a los accionistas acerca de la colección pictórica del grupo. Situación actual y plan de futuro". Sodigei está participada en un 70 por ciento por Juan Lladró y su familia, a través de Agroinmobiliaria, que son quienes negocian la venta de su participación. El 30 por ciento restante está repartido a partes iguales entre los otros dos hermanos fundadores, José y Vicente, con sus respectivas familias.

La colección pictórica de Lladró fue un empeño del mayor de los hermanos fundadores de la compañía, Juan, que durante décadas pujó en España y en el extranjero por obras sobre todo de artistas valencianos de todas las épocas.

SIETE 'SOROLLAS'

Son alrededor de un centenar las obras trasladadas a Madrid, que quedan fuera de las dos rutas oficiales del Consorcio de Museos de la Generalitat Valenciana: la Ruta Sorolla y la Ruta Benlliure. Por el momento, ni por parte de Lladró ni por parte del citado organismo público se ha informado públicamente de la no participación del museo en estos recorridos en torno a la obra de tres de los más importantes artistas de la historia de la Comunitat.

En el caso de Joaquín Sorolla, los siete cuadros de la colección privada de Lladró suponen la mayor colección de este carácter -que se tenga constancia- en Valencia. Entre ellos, además de Yo soy el Pan de la Vida, se encuentran algunas obras de juventud como El jardín del convento o Majo levantino, otras de las obras suponen verdaderos iconos de la tradición valenciana, como es el caso de Labradora valenciana, una obra en la que se recoge el traje tradicional de huertana valenciana, aparecen los naranjos, una barraca y el mar Mediterráneo de fondo. En este mismo estilo se encuadra una pequeña acuarela, Huertano valenciano, pintada durante su formación en Roma como pensionado.

El museo permitía hasta ahora aproximarse también a algunas obras de Mariano Benlliure. La obra escultórica de este artista, desarrollada especialmente durante las primeras décadas del siglo XX, incluían Juego de jarra y dos copas, en plata, bronce dorado y vidrio; dos relieves en escayola que reproducen el bajo relieve del plinto de la Estatua ecuestre de la reina Victoria Eugenia, en el que se representa un desfile en honor del regimiento de la reina, y una copia en bronce de la Fuente de los niños, realizada en 1997 a partir de su yeso original conservado en el Museo de Bellas Artes de Valencia.

En el caso del pintor José Benlliure se podían observar dos de sus lienzos: Niño en traje del siglo XVIII (1872) y Ofrenda floral a la Virgen (1888 ca.).

Aunque la obra ha sido trasladada a Madrid, fuentes de la empresa aseguran que toda ella está dispuesta a ser demandada por los museos valencianos. No obstante, en el citado traslado a un almacén no se ha derivado ninguna de todas las piezas a alguno de los museos de la ciudad de Valencia o del Consorcio de Museos.

UNA COLECCIÓN BASADA EN LOS MEJORES ARTISTAS VALENCIANOS

La colección privada de Lladró, posiblemente una de las más importantes de Valencia, incluye obra desde el movimiento gótico hasta el impresionismo. Retablos góticos, tablas renacentistas, óleos barrocos y lienzos impresionistas con nombres trascendentales para el arte en la Historia de España. Por ejemplo, Rubens, José de Ribera, El Greco, Juan de Juanes, Francisco de Zurbarán, Antonio Cortina Farinós o Ignacio Pinazo, pero también el retablo del siglo XV atribuido al Maestro de Cubells y obra de Cecilio Pla, Segrelles, Ribalta, Joan de Juanes, Berruguete, Rexac, Maella o Maçip.

Inaugurada la muestra de cara al público en 2006, durante casi una década han sido decenas de piezas las que se han restaurado, desde tablas hasta óleos. Especialmente la familia ha tenido atención en los grandes nombres del arte pictórico y escultórico valenciano, siendo una de las atracciones durante la celebración de la America's Cup cuando la misma fue trasladada al Edificio del Reloj del Puerto de Valencia.

Además, el museo ha recibido también algunas cesiones como la que seguramente fue la última hasta la fecha, El baile, de Sorolla que estuvo el pasado año el centro artístico de Tavernes Blanques. El fresco pertenecía a la mítica serie Visiones de España que Archer Milton Huntington encargó al pintor valenciano apra la Hispanic Society of America de Nueva York.

Además, Verre et pipe, de Pablo Picasso, o El alambique, de Equipo Crónica, han formado parte de la dinámica Obra invitada, la fórmula por la que el Museo Lladró dinamizaba con exposiciones no permanente.

De momento, el museo se puede seguir visitando pero a través de Google Street View.