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Gran parte de Valencia está catalogada como Zona de Gran Afluencia Turística, con libre apertura todo el año, algo "salvaje" que se debe cambiar, en opinión del candidato a la Alcaldía por Compromís 

VALENCIA. La inquietud ante la llegada de un nuevo gobierno capitaneado por Compromís al Ayuntamiento de Valencia va por barrios. Mientras distintos propietarios de bajo comerciales del centro temen el efecto de la supresión o reducción de la libertad de horarios comerciales para las grandes superficies, los que cuentan con intereses en las centros comerciales del área metropolitana no ven con malos ojos una igualación de las condiciones a la baja, ya que no ha podido ser al alza.

Aunque el proceso de negociación para la constitución del nuevo equipo de gobierno municipal está aún en ciernes y sus primeras decisiones no podrán ser efectivas hasta varias semanas más tarde, los cambios en la actual normativa de horarios comerciales se dan por supuestos.

Hoy, las grandes superficies de la ciudad de Valencia sólo pueden abrir si se encuentran en lo que la ley califica como Zona de Gran Afluencia Turística, que en la práctica ya es casi cualquiera de la ciudad, sobre todo cuando a finales del pasado año los tribunales dieron la razón a Media Markt para que abriera su centro en la Avenida Corts Valencianes y el ayuntamiento tuvo que incluir esta área con la calificación. El Consell ha ratificado ahora esa ampliación de la zona de libre apertura.

CONTRA LA "LIBERTAD HORARIA SALVAJE"

Sin embargo, Compromís califica esta distribución, y la situación que genera, como una "libertad  horaria salvaje" que "sólo sirve para enriquecer las grandes superficies, empobrecer las condiciones laborales de los trabajadores y hundir el pequeño comerciante", en palabras del aspirante a alcalde Joan Ribó.

Esta supresión hace temer a algunos propietarios de bajos comerciales en el centro que las firmas que actualmente los ocupan propongan renegociar las condiciones de sus contratos de arrendamiento, al reducir el periodo de tiempo de apertura. "Esta gente busca optimizar costes y esta puede ser una buen excusa", aseguran.

Sin embargo, fuentes inmobiliarias insisten en que no se alquila en función de los horarios sino de las condiciones del bajo y, añaden que, si todo el mundo se ve forzado a cumplir las mismas condiciones, no se generará una reducción significativa de ventas sino que se concentrará durante las jornadas abiertas al público.

IGUALACIÓN A LA BAJA

De hecho, esta equiparación horaria con el área metropolitana a la baja se valora hasta como positiva por parte de gestores de distintos centros dependientes de otros municipios. Aunque su intención sigue siendo la apertura de lunes a domingo, esta nueva situación en Valencia es "del mal, el menos", en opinión de uno de sus responsables.

No es que las grandes superficies que no abren pierdan lo que pudieran ganar en domingo, sino que los clientes cambian sus rutinas y pasan a frecuentar cualquier día los centros comerciales ante los que no tiene que pararse a pensar si estará abierto antes de dirigirse a ellos.

El caso más flagrante es el del centro comercial Gran Turia, situado en la trama urbana de Valencia pero en el término municipal de Xirivella, y cuya asociación de comerciantes consiguió un dictamen a principios de año de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) en el que se advertía al Consell que había generado una situación contra la competencia ante la que los afectados no podía luchar.

Y es que en este caso como en el de Ikea, la Consellería de Economía considera que la zona en la que están instalados no cumple con las condiciones para ser calificada como Zonas de Gran Afluencia Turísticas, que son la existencia de muchas plazas hoteleras o segundas residencias, que haya en la zona un bien patrimonio de la humanidad, que sea una zona fronteriza, que acoja grandes eventos, que esté cerca de un puerto donde lleguen cruceros o que sea una zona cuyo principal atractivo sea el turismo de compras.