VALENCIA. Desde hace meses, en el PPCV se vaticinaba que el 25 de mayo podría estallar una gran guerra interna. Una batalla que tendría su semilla en las turbulentas relaciones mantenidas por el líder del partido, Alberto Fabra, y otros referentes de la formación ‘popular' a lo largo de legislatura, y que florecería la misma noche electoral si los resultados obtenidos por el candidato a la Generalitat no le permitían gobernar.
Sin embargo, la contienda ha comenzado un mes antes. El caso Imelsa ha servido de punto de partida para el inicio de las hostilidades: el presidente de la Diputación de Valencia, Alfonso Rus, un barón del PP incómodo para Fabra, atraviesa momentos de debilidad tras la denuncia de EU sobre una presunta trama de corrupción en la institución que dirige y que podría salpicarle gravemente a tenor de diversas informaciones publicadas y de lo que dejan entrever los autores de la citada denuncia.
Preguntado por la situación de Rus, el jefe del Consell y líder del PPCV ya avisó este martes -cumplido el trámite de mentar la presunción de inocencia- de que quien haya actuado haciendo "un mal uso de un cargo público se irá fuera". Así, habló de expulsión en caso de que se demostrara que han existido actuaciones "para enriquecerse" o un "comportamiento irregular o no acorde" a un cargo público. Es más, Fabra fue más allá y señaló que si las conversaciones grabadas que se han incluido en la denuncia se hacían públicas y evidenciaban este tipo de comportamiento, actuará: "No nos vamos a quedar de brazos cruzados".
Un mensaje que no fue bien recibido en la cúpula provincial del PP. Desde el entorno de Rus, al margen de lo que arroje la investigación judicial que se está desarrollando, consideran que se está produciendo una maniobra política para terminar con la hegemonía del presidente de la Diputación en la provincia de Valencia. El presidente Fabra se juega el todo por el todo en estos comicios y, a juicio de los 'rusistas', está evidenciando que la caída del barón del PP es "muy importante" para el jefe del Consell.
Si así ocurre, y de conseguir un resultado el 24M que le permita gobernar, Fabra tendrá opciones para situar al frente de la diputación y del PP de Valencia a algún dirigente de su cuerda. Si por otro lado fracasa y no puede repetir como presidente de la Generalitat, borrar del mapa político a un dirigente como Rus le puede facilitar la posibilidad de resistir. En esta ecuación del día después, fuentes 'populares' apuntan a que a Fabra tampoco le vendría mal que la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, no saliera como triunfadora en los comicios, aunque en este caso pesa más la necesidad de votos que aporta la capital para las opciones de Fabra para la Generalitat.
RUS CONTRA LAS CUERDAS, RITA BARBERÁ CONTEMPORIZA
En este punto, cabe recordar que la relación entre Rus y Barberá siempre ha sido peculiar. En los últimos años ha existido vigilancia entre ambos e incluso han tenido ciertas disputas de poder aunque casi nunca públicas. No obstante, en todos los momentos clave en los que han tenido que ponerse de acuerdo por interés mutuo siempre lo han hecho: sin ir más lejos, para construir un contrapoder frente a Alberto Fabra. No resulta extraño pues que días atrás la alcaldesa de Valencia echara un ‘capotazo' con sus declaraciones al presidente provincial del PP. Ahora bien, aunque fuentes del consistorio señalan que la alcaldesa no maniobrará contra Rus, se muestran prudentes a la espera de lo que pueda ocurrir con la denuncia y las novedades que surjan de la investigación.
Por su parte, la coordinadora general del PPCV, Isabel Bonig, ha defendido públicamente la presunción de inocencia de Rus con mayor vehemencia que el presidente Fabra. La consellera y actual número dos del partido, que suena como posible relevo de Fabra, se ha visto desplazada en la campaña por la portavoz del Consell, María José Catalá, que se ha convertido en una de las más firmes colaboradoras del actual líder aunque también es una de las favoritas para sustituirle. Como ha informado este diario, precisamente Catalá es una de las dirigentes de las que recelan los 'rusistas' en especial por sus movimientos locales, que para algunos 'populares' evidencian el deseo de aumentar peso territorial en detrimento del actual presidente del PP de Valencia.
EN ALICANTE, ADMITEN QUE LA SITUACIÓN DE RUS ES "DIFÍCIL"
Otro frente abierto que tiene Fabra es el de Alicante. El líder provincial y vicepresidente del Consell, José Císcar, ha tomado ventaja en su objetivo de sustituir al frente de la diputación a Luisa Pastor, la favorita del presidente de la Generalitat para seguir en el cargo. Precisamente este martes se hacían la ‘foto' juntos los tres protagonistas de este triángulo. La relación entre Fabra y Císcar se ha deteriorado mucho en la recta final de la legislatura, a ello hay que sumar que existen vínculos estrechos entre varios dirigentes muy cercanos al líder alicantino y destacados 'rusistas'.
Estratégicamente, si el presidente de la Generalitat se cobra la pieza del alcalde de Xàtiva, Císcar perdería un aliado y podría ser el siguiente en la lista si Fabra sobrevive políticamente al 24M. No obstante, el vicepresidente ha sido uno de los dirigentes que públicamente más ha respaldado la 'línea roja' contra la corrupción de Fabra. Con estas premisas, desde el entorno de Císcar también apelan a la prudencia y a esperar a que la justicia siga su curso aunque coinciden en que la situación es "difícil" no solo para Rus, sino para todo el PPCV.
Con este escenario, resulta evidente que la situación política -si las escuchas salen a la luz, aunque no tengan validez en los tribunales, pueden ser determinantes- es muy delicada para Rus. No menos evidente resulta que Fabra y su entorno está apurando al máximo para forzar la salida del presidente provincial cuanto antes y desarbolar la estructura orgánica y territorial creada por el alcalde de Xàtiva. Una maniobra percibida desde el entorno de Rus Y que está causando un profundo malestar.
Fuentes ‘populares' de distintos sectores del partido opinan, no obstante, que será "complicado" que pueda haber una salida del barón del PP antes de las elecciones salvo que alguna de las próximas informaciones supusieran un escándalo mayúsculo que forzaran su dimisión. Para la destitución del presidente provincial se necesitaría la intervención de Génova y la imposición de una gestora, igual que para su expulsión debería existir una falta muy grave que, igualmente, acabaría decidiéndose en Madrid en última instancia.
En cuanto al entorno del presidente provincial, aunque la preocupación e incertidumbre es manifiesta e incluso ha hecho aflorar las dudas en algunos 'rusistas', varios dirigentes opinan que Rus se resistirá a dimitir en los próximos días puesto que la justicia todavía no se ha pronunciado en el caso y "ni siquiera pesa una imputación" sobre el alcalde de Xàtiva. En este sentido, fuentes próximas a Rus señalaron a este diario que si se intenta abrir el melón de la destitución por la fuerza sin pruebas de empaque puede estallar una guerra "de verdad": "No parece lo más apropiado teniendo que llenar una Plaza de Toros para Rajoy, reclutar interventores, apoderados...", comentó a este periódico un veterano dirigente cercano a Rus.
Sr Rus: no se moleste no hay ninguna "campaña"contra Ud es que en estos "nuevos tiempos" el derecho de pernada y "la finca es mia"ya no funciona.Demasiado años haciendo la real gana pasan factura.- Atte Alejandro Pillado Marbella 2015
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