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VALENCIA.  A menos de un mes de las elecciones autonómicas y locales los recelos entre los 'pesos pesados' del PPCV se están incrementando. Los problemas que está atravesando el presidente de la Diputación de Valencia y líder provincial, Alfonso Rus, con la investigación judicial sobre una presunta trama de corrupción en la institución ha acentuado la desconfianza de su 'tropa' respecto a otros referentes de la formación 'popular'.

Una de las dirigentes que los 'rusistas' vigilan de cerca es a la portavoz del Consell y titular de Educación, María José Catalá. Como ya avanzó este diario, la exalcaldesa de Torrent ha adquirido un protagonismo especialmente relevante en las últimas semanas incluso por encima de la coordinadora de campaña y número dos del PPCV, Isabel Bonig.

Mislata, Ayora, Buñol, Picanya, Alfafar, Algemesí, Montserrat... son algunos de los municipios que Catalá ha pisado o a los que tiene previsto acudir en los próximos días. Toda una agenda comarcal digna de cualquier presidente provincial con visitas a localidades que se sitúan, en la mayoría de casos, fuera de su radio de acción habitual.

Desde el entorno de la consellera enmarcan esta participación en actos dentro de la agenda habitual de un candidato a Les Corts por la circunscripción de Valencia -dado que Catalá figura como número cuatro en la lista- e incluso aseguran que son los propios alcaldes los que en muchos casos vienen llamando para pedir la presencia de la portavoz del Ejecutivo, no en vano es una de las dirigentes con mayor proyección del PPCV.

Sin embargo, buena parte de los 'rusistas' tienen otra visión. Fuentes 'populares' consideran estas visitas de precampaña un movimiento estratégico de Catalá de cara a lo que pueda ocurrir tras el 24M. Si los problemas judiciales para Rus y su entorno se agravan y además cosecha un mal resultado electoral, el PP provincial de Valencia sufriría una brecha en la que los menos fieles al actual barón 'popular' podrían desmarcarse.

A juicio de algunos dirigentes, ese es uno de los motivos por los que Catalá se está prodigando por distintos municipios y acercándose a diferentes alcaldes. Otras fuentes 'populares' coinciden en este punto pero además, matizan que esta maniobra es un "señuelo" para desviar la atención de Presidencia de la Generalitat respecto a su verdadero objetivo: relevar a Alberto Fabra si se estrella el 24M y no puede gobernar.

Al margen de estas percepciones, la delicada situación de Rus por la denuncia antes citada, ha iniciado las quinielas sobre quien estará al frente de la diputación provincial tras el 24M si el PP vuelve a ganar. La aparición del nombre de la alcaldesa de Alzira, Elena Bastidas, como posible relevo se ha interpretado desde el 'rusismo' como una filtración interesada que se atribuye al entorno de Presidencia de la Generalitat, lo que ha contribuido a incrementar el recelo existente con la cúpula del Consell.

La desconfianza de Rus y los suyos hacia Catalá viene de tiempo atrás. La actual portavoz del Consell y exalcaldesa de Torrent siempre ha tenido interés en expandirse territorialmente: de hecho, dos años atrás tanteó sus opciones para aupar a la primera edil de Benetússer, Laura Chulià, que se encuentra entre sus afines, como presidenta comarcal de l'Horta Sud. Finalmente dio un paso atrás y prefirió no plantearle un pulso a la candidata de Rus, Reme Avia.

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