VALENCIA. El vicealcalde de Valencia, Alfonso Grau, abandonó este lunes su cargo en el Ayuntamiento de Valencia así como su acta de concejal tras más de 20 años en el consistorio. Y lo hizo en pleno bullicio fallero, en una rueda de prensa de urgencia convocada con apenas una hora de antelación, lo que no evitó la asistencia multitudinaria de los medios de comunicación. Todos estaban al tanto de que el adiós del número dos de Rita Barberá estaba cerca después de que la Audiencia de Palma confirmara que deberá sentarse en el banquillo por su implicación en el caso Nóos.
Así pues, el momento elegido para la marcha de Grau no fue casual. Con Mariano Rajoy a punto de pisar el Cap i Casal para arropar a Barberá y con una Valencia inundada de Fallas, como si el ruido de los masclets pudiera amortiguar la sonora salida del que ha sido mano derecha de la alcaldesa de Valencia durante dos décadas. Una marcha por la puerta de atrás, tras sufrir una derrota en los tribunales que Grau, como volvió a demostrar ayer, ha aceptado de mala gana: "Me marcho tras sufrir una cacería electoral por parte del PSPV", aseguró en su intervención leída. Ni una mención a los cinco presuntos delitos que la Audiencia de Palma le imputa en relación al caso Nóos y por los que deberá ir a juicio.
De hecho, el vicealcalde defendió que en los tres años que ha durado el proceso "ni el juez, ni el fiscal anticorrupción han encontrado un solo delito" del que acusarle, "ni tan siquiera por cuestiones administrativas". "Debo ser el único españolito en esta situación que tenga la posibilidad de sentarse en el banquillo", argumentó, para subrayar que no es culpable "de nada".
"Nada he firmado, nada he contratado y nunca he tratado con los miembros del Instituto Nóos. En todo este asunto no hay ni un solo papel firmado por mí, ni tan siquiera un correo electrónico ni un whatsapp", declaró, para lamentar que todo ello no ha impedido al PSOE "poner en juego todo lo que he conseguido a lo largo de mi vida". "Esos son sus principios y su ética y con ellos aspiran a gobernar Valencia. Sólo espero que los ciudadanos lo tengan en cuenta antes de las elecciones", criticó.
Un discurso con ciertas dosis de victimismo que contrasta con lo expuesto por la Audiencia de Palma en su último auto, en el que exigía la inclusión de Grau en el juicio al apreciar "un delito continuado de prevaricación administrativa, otro también continuado de malversación de caudales públicos, otro también continuado de fraude a la Administración y otro también continuado de tráfico de influencias".
Grau, en su intervención, manifestó dejar el cargo por el compromiso a la "palabra dada" -afirmó en su día que dimitiría si se le abría juicio- y por el "sufrimiento personal generado" por el proceso en su entorno familiar. "He decidido dejarlo porque estoy cansado de ser el pim pam pum de esta historia", aseguró. Además, jugó de nuevo al despiste con los trámites judiciales pendientes: "Seguramente quedan muchas acciones legales para defender mi inocencia", apuntó, si bien solo resta una aclaración de la Audiencia de Palma antes de que el ya exvicealcalde proceda a la entrega de su escrito de defensa, un mero trámite antes de sentarse en el banquillo.
Por su parte, la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, quien le acompañó en la rueda de prensa, se deshizo en elogios hacia su número dos al que transmitió su "cariño", "respeto" y "reconocimiento", para después resumir su decisión con una cita de Winston Churchill: "El precio de la grandeza es la responsabilidad", afirmó, en alusión a su renuncia. Un abandono, cabe recordar, que llega después de una batalla judicial plagada de recursos -desde el PSPV siempre han acusado a Grau de intentar dilatar el proceso para que se dirimiera tras las elecciones- y de la invitación pública del presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, a que el vicealcalde abandonara el cargo respetando así la línea roja del jefe del Consell sobre los cargos públicos a los que se les abre juicio oral.
Así pues, el número dos de Rita Barberá no ha podido cumplir con su deseo de agotar la legislatura -incluso algunas fuentes 'populares' señalan que tenía intención de entrar en las listas de nuevo- y, a menos de tres meses de elecciones, ha dejado el cargo. Una decisión exclusivamente suya, según señaló la alcadesa de Valencia, aunque otras fuentes 'populares' aseguran que ha sido obligada por una situación "insostenible" que se agravaría en plena campaña electoral. Un asunto que, tras lo visto en los últimos meses, se había tornado -al menos aparentemente- en una cuestión de orgullo: Grau quería resistir en el consistorio hasta los comicios y la Audiencia de Palma, con la insistencia judicial del PSPV, lo ha evitado.
Por otro lado, Grau, que repartió agradecimientos en su despedida, también anunció su renuncia a todos sus cargos orgánicos en el partido para ser "un militante más de base" y "el ciudadano Grau sin más", como él mismo se ha definido, y le sustituirá, como primer teniente de alcalde y coordinador de campaña del PP, Alfonso Novo, y como concejal entrará Carlos Mundina.
CALABUIG PIDE "RESPONSABILIDADES POLÍTICAS" A RITA BARBERÁ
El portavoz municipal socialista, Joan Calabuig, aseguró ante la "anunciada" dimisión de Grau que "quien debe asumir responsabilidades políticas" por el caso Nóos es Barberá, algo en lo que coincidieron el portavoz municipal de Compromís, Joan Ribó, y el portavoz de EU en Les Corts, Ignacio Blanco.
Desde el PP, el vicesecretario de Organización, Carlos Floriano, se limitó a decir que las dimisiones "son cuestiones personales", mientras que la candidata de Ciudadanos a la presidencia de la Generalitat, Carolina Punset, defendió que estos casos se regulen por ley y no se dejen en manos de la ética o la voluntad política.
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