VALENCIA. Como se suele decir, cada vez que habla la alcaldesa de Alicante, Sonia Castedo, sube el pan. En los últimos meses, la máxima responsable municipal, imputada en dos ramas del caso Brugal, se ha caracterizado por no dejar indiferente a la opinión pública con sus declaraciones altisonantes ante los medios de comunicación. El aumento de presión sobre su figura ha hecho mella en la aguerrida primera edil, quien ha combinado lamentos sobre su "soledad" en el PP con duros reproches a compañeros de partido. Un show de manifestaciones públicas que han convertido a la alcaldesa en lo más parecido a un personaje de 'reality'.
Este lunes lo volvió a hacer. Castedo se soltó el pelo para opinar sobre el empresario Enrique Ortiz, también imputado en el caso Brugal y amigo "en el pasado" de la alcaldesa. "Es un bocas", comentó la primera edil, en referencia a las diversas conversaciones publicadas con Ortiz como protagonista, si bien aseguró que no le benefició desde sus responsabilidades en el ayuntamiento. Un apelativo -el de "bocas"- sobre el que los medios presentes repreguntaron a la alcaldesa, quien no eludió la respuesta: "Lo es. Absolutamente".
Ya metida en harina, Castedo se explayó: "¿Algo que pidió Ortiz lo consiguió? No.", recalcó, para admitir que actualmente tiene "muy poquita relación" con el empresario. "Creo que nos da a todos pánico hablar con el señor Enrique Ortiz. Estamos continuamente en los medios de comunicación por ser noticia nacional y, al final, me he dicho: me aparto del agua caliente, no vaya a ser que me termine escaldando más todavía", argumentó. Castedo admitió que las conversaciones telefónicas difundidas por los medios no quedaban "muy bien", aunque subrayó que de ellas no se refleja "ninguna actuación delictiva".
Tampoco rehuyó analizar la relación que tiene actualmente con el PPCV, pocas semanas después de haberse visto obligada a renunciar a ser candidata por estar imputada. "Es muy buena, de respeto mutuo", comentó, aunque a renglón seguido añadió: "Me siento repudiada por todos y en eso habéis contribuido vosotros", subrayó, en referencia a los medios de comunicación. Además, aseguró no estar "de acuerdo" -aunque la acepta- con la línea roja marcada por el presidente de la Generalitat, Alberto Fabra.
Pese a estas discrepancias con la cúpula de su partido, Castedo manifestó que "hoy por hoy" no se plantea formar un partido político con el que presentarse a las elecciones, aunque tampoco quiso descartarlo: "Nunca digas de esta agua no beberé".
MOMENTOS MEDIÁTICOS PARA EL RECUERDO
El aumento de tensión en torno a la alcaldesa de Alicante ha producido en los últimos meses declaraciones incendiarias a cargo de Castedo, un hecho inusual en una formación generalmente estricta en este aspecto como es el Partido Popular de la Comunitat Valenciana.
Ya en la primera parte de la legislatura, la máxima responsable municipal manifestó públicamente uno de sus primeros reproches a la dirección del partido: "Me he sentido muy sola", subrayó al referirse a su situación en plena investigación de Brugal, para defender además su respaldo a Francisco Camps en el juicio de los trajes: "Ejercer de palmeros lo sabemos hacer todos, pero apoyar cuando alguien lo está pasando mal es más difícil, más aún si eres político y si te puedes ver salpicado".
Este era el camino que anunciaba Castedo, quien no ha dudado en revolverse cuando se ha sentido acorralada. Así lo hizo cuando a principios de año, cuando el entonces secretario general del PPCV, Serafín Castellano, puso en duda que la alcaldesa de Alicante fuera a ser candidata en su actual situación judicial. "Escupir hacia arriba tiene a veces sus riesgos y es que antes o después, en un pequeño despiste, nos puede acabar cayendo en la propia cara", afirmó en su cuenta de Facebook según recogió el diario Levante-EMV.
La tensión no decayó en los siguientes meses. El pasado mes de junio Castedo fue más allá cuando arreciaron de nuevo las especulaciones sobre si sería o no candidata: "Cada vez más gente me pide que cree un nuevo partido", amenazó. Una estrategia que no le dio el resultado a la primera edil, quien vio cómo hace pocas semanas se esfumaban sus opciones para ser candidata con el PPCV, tras respaldar su grupo municipal -bajo orden de la dirección del partido- una propuesta de UPyD que instaba a los imputados a no estar en las listas electorales. Un debate duro en el que la oposición llamó 'zombi' a la alcaldesa, que no dudó en replicar con evidente malestar: "Esta muerta viviente huele mejor que usted".
Pese a estar descartada como candidata 'popular' para 2015, Castedo no ha perdido su energía para devolver los ataques de la oposición con declaraciones a menudo sorprendentes: "Aún imputada podría sacar mayoría absoluta en Alicante", espetó días atrás en un debate del pleno municipial.
Toda un elenco de intervenciones públicas que dejan entrever que la alcaldesa de Alicante no piensa irse en silencio. Una marcha para la que todavía no hay fecha, dado que no hay candidato decidido ni tan siquiera se conoce si, finalmente, Castedo terminará la legislatura al frente del consistorio. Mientras tanto, la máxima responsable municipal amenaza con seguir firmando actuaciones estelares delante de los micrófonos.
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