VALENCIA. La nostalgia está descrita como una emoción, un sentimiento. Suele ser también una receta infalible para el éxito si sabe emplear bien. Si hay una película que es nostalgia pura es sin duda Cinema Paradiso. Ganadora de un Óscar y de un Globo de oro, el largometraje de Giuseppe Tornatore se ha convertido con los años en un compendio del cine nostálgico, el filme de referencia. Su éxito fue tal en su día que provocó que se rebautizaran cines, revistas... Su banda sonora, obra de Ennio Morricone y su hija Andrea, se empleó en toda clase de anuncios.
Sin embargo en muy pocas ocasiones se menciona a su productor Franco Cristaldi, hombre fundamental del cine transalpino, la persona que le dio la forma definitiva, el responsable en la sombra de que Cinema Paradiso sea considerada como una de las mejores películas de todos los tiempos y de que hoy ocupe el puesto 59 en el listado histórico de IMDB.
El largometraje original, tal y como lo concibió Tornatore, duraba tres horas, y el montaje que llegó a los cines dos horas y media. Cuando se estrenó la primera versión la película fracasó en taquilla en Italia. Nadie hablaba de ella. Sólo fue bien recibida en la Sicilia natal del director.
Productor de largometrajes como Amarcord (1973, Federico Fellini), Cristo se paró en Éboli (1979, Francesco Rosi) o El nombre de la rosa (1986, Jean-Jacques Annaud), y de series de televisión como la célebre Marco Polo (Giulano Montaldo, 1982), Cristaldi decidió recortar los aspectos de la historia que le restaban fuerza a la película.
Cinema Paradiso está concebida como una narración en tres planos (infancia, primer amor y madurez). Salvatore, director de cine de éxito encarnado por Jacques Perrin, vuelve a su pueblo natal para asistir al funeral de su viejo amigo Alfredo (magistral Philippe Noiret), quien fue el proyeccionista del cine local durante su infancia en Sicilia.
Pronto vuelven a su mente los recuerdos de su primer amor con Elena y todos los capítulos que marcaron su feliz infancia cuando era el pequeño Totò (el niño Salvator Cascio) y no se separaba del lado de Alfredo; reminiscencias que le conectan con la comunidad que abandonó 30 años atrás.
LA VERSIÓN DE CANNES O LOS CORTES QUE LA SALVARON
Cristaldi obligó a Tornatore a realizar la nueva versión que es la que se conoce como versión de Cannes porque se mandó a este festival. Con una duración de apenas dos horas, se centra principalmente en la infancia; la adolescencia y la historia de amor se redujo y, sobre todo, prácticamente desapareció el fragmento de la madurez, que quedó limitado a su esencia. Se eliminaron secuencias como un reencuentro de la pareja de enamorados ya maduros o el descubrimiento de que se separaron por culpa de Alfredo, y se apostó por una emotividad más lineal pero eficaz.
Así, en la película que se vio en todo el mundo el protagonista acude al funeral, se entera de que van a derribar el cine de su infancia para construir un parking, ve la demolición y recibe el regalo final, que da pie a una secuencia, la de los besos censurados, que, como escribió en su día un humorista italiano, disparó el valor de las acciones de Kleenex en todo el mundo.
Tras esos cambios introducidos por Cristaldi, la vida de la película trocó por completo. La recepción de Cinema Paradiso fue excepcional en todo el mundo y en Italia se volvió a reestrenar con gran éxito. Sólo en España tuvo más de un millón de espectadores.
Si bien como señalaba Julie Burns en un artículo en Italy Magazine la versión original era más realista, la que triunfó fue la de Cannes, y de qué manera, empezando por el propio festival donde obtuvo el Gran Premio del Jurado. Los parabienes fueron prácticamente unánimes, entre ellos los del escritor Leonardo Sciascia, quien escribió: "Me conmovió y [con ella] me mudé a la memoria de los años de distancia; los de mi cine, mi verdadero cine". Después llegaron toda clase de galardones, desde el Globo de Oro hasta el Bafta.
En los Oscars Cinema Paradiso vivió una pequeña polémica: la delegación francesa, que competía con La pasión de Camille Claudel (1991, Bruno Nuyten), protestó por considerar que el film que se había presentado a los premios no era el original. Pero el reconocimiento fue tal que nadie se atrevió a poner en duda su triunfo y los franceses, con Nuyten a la cabeza, aceptaron que la gloria del eunuco dorado se la llevaran Tornatore y Cristaldi. Fue el tercer Óscar para el productor.
¿Cuál fue la influencia de Cristaldi en la película? Considerable. Basta con contemplar la irregular carrera de Tornatore tras Cinema Paradiso para hacerse una somera idea. Sin embargo hoy apenas se le cita. Es el gran olvidado. Su muerte en 1992 supuso la pérdida de un gran hombre de cine. En un acto de justicia, el documental que realizó en 2009 Massimo Spano sobre el productor se tituló Franco Cristaldi y su Cinema Paradiso.
10.000 ESPECTADORES EN SU PRIMERA SEMANA
Cinema Paradiso cumplía 25 años este 2014, sus bodas de plata, y como si fuera una suerte de celebración de la nostalgia, un aquelarre, la distribuidora A Contracorriente films decidió este año apostar por reestrenar la película en España alentada por la edición de una copia restaurada y digitalizada. En principio sólo se iba a exhibir por una semana pero siempre hubo la previsión de que si los resultados de taquilla acompañaban se mantendría en cartel.
Y así ha sido. La reposición ha sido vista por más de 10.000 espectadores en sus primeros días pese a que en muchas salas solo se ha podido ver en sesiones limitadas. Ese ha sido el caso del cine de verano de Serra que realizó una única proyección con músicos. Jordi Garay y Vicente Femenía interpretaron los temas principales de la película en directo ante un público que según relata el gerente del cine, Leví Navarro, se emocionó con el largometraje.
"La mayoría no la conocían", explicaba este jueves Navarro, "y les gustó mucho. Fue muy bonito". Proyecciones sobre la pared con una antigua cámara de 35, música en vivo, la jornada fue una celebración del cine a la antigua usanza, del cine vintage.
Otras salas como los cines Babel de Valencia la han estrenado "como cualquier otra película más", según explica su gerente, Antonio Such. Y la respuesta del público no ha ido mal. Algunos pases llenos, un buen porcentaje de ocupación, Such incluso se muestra exigente y asegura que esperaba "más". "No ha ido mal, pero yo pensaba que iría mejor porque mucha gente joven no la conocía. No ha entrado mal del todo y la vamos a mantener mientras siga teniendo público", confirmaba.
Los Babel no son las únicas salas que lo harán. Aunque 13TV ha anunciado que la emitirá este viernes noche, "los buenos resultados han hecho que varios cines hayan decidido mantener la película una semana más en cartelera", dicen desde la distribuidora. ¿Y cuál es la versión que se proyecta? La de Cannes. Con ello se corrobora una vez más que la fórmula que hizo de Cinema Paradiso un mito, la receta de Cristaldi, aún funciona.
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