VALENCIA. Sobre la mesa ya hay una fecha. La intendente del Palau de les Arts, Helga Schmidt saldría de Valencia en junio de 2015. Esa es la previsión que manejan en la Conselleria de Cultura. En el departamento ubicado en la avenida de Campanar de Valencia no tienen constancia oficial, no lo ha dicho la austriaca, no hay una carta, pero algunas señales así lo apuntan. Y ésa es la perspectiva con la que operan. "Acaba el año [por la temporada] y se va", comentan. "No llega a junio", añaden las mismas fuentes.
La decisión última la tiene la intendente. Es ella quién decidirá cuándo y cómo lo anuncia. Si no es junio, será julio, o en septiembre. En Cultura no creen que quiera seguir al frente de la nave a partir de la próxima temporada. Como mucho, la cerrará. La propia María José Català reconocía hace unos días a unos periodistas, al término de la rueda de prensa que ofrece tras los plenos del Consell, que su marcha es una cuestión de meses.
Aunque Schmidt tiene contrato hasta 2016, la intendente ya ha lanzado señales de que se quiere ir, de que se ha acabado un ciclo. Así lo aseguró en sendas entrevistas a Las Provincias y El Cultural. Así lo han interpretado personas de su entorno. Una vez se confirmó la marcha de Mehta, dieron por seguro que ella no continuaría. No mucho tiempo. Está cansada.
Pero hay mensajes contradictorios. La semana que viene la consellera de Cultura se reunirá con Schmidt a tratar diferentes cuestiones. Una de ellas es el futuro. Su transición. O no. Porque sobre la mesa, entre los asuntos a tratar se encuentra la reposición del Festival del Mediterráneo. Este verano que viene no se celebrará una vez el maestro Zubin Mehta ha abandonado la dirección musical. Schmidt quiere que vuelva en 2016.
TRES CIRCUNSTANCIAS QUE CONDICIONAN SU SALIDA
Antes de iniciar las vacaciones, cuando le preguntaban sobre su marcha, la intendente se limitaba a responder "Vamos a ver; vamos a ver". Hay tres circunstancias que condicionan su salida. Una clara, son las elecciones autonómicas. Se celebrarán en mayo y si se cumplen las encuestas, aunque sea mínimamente, el PP será desalojado del Palau de la Generalitat. En los 15 años que lleva en Valencia, Schmidt ha conocido a cuatro presidentes autonómicos y siete consellers, desde Francisco Camps hasta María José Català, pero un único partido político. No está claro que la oposición, sea cual sea el pacto que dé pie al nuevo gobierno, le prorrogue como intendente.
La segunda circunstancia, que puede acelerar incluso su marcha, es la colaboración o no del Ministerio de Cultura en la programación del coliseo. La principal partida de ajedrez que está jugando ahora Català es con el departamento de José Ignacio Wert para implicar económicamente al Gobierno central y que realice una aportación mayor al coliseo valenciano.
Los datos son obstinados y un reciente estudio realizado por el diario Levante corroboraba como sí que existe agravio comparativo. En los últimos cinco años el Estado ha concedido sólo cinco millones de euros al Palau de les Arts por los 63 del Teatro Real y los 49 del Liceu en el mismo periodo. Si el Ministerio de Cultura no aumenta la aportación, Schmidt puede plantearse incluso no acabar la temporada.
Y la tercera, el devenir de la Orquesta. Schmidt siempre ha fiado su futuro a la calidad artística del proyecto. Desde el principio su apuesta ha sido por crear una formación de nivel. Su tesis es muy sencilla: "Si tienes una buena orquesta, los mejores directores y cantantes querrán trabajar contigo, y te costarán menos, mucho menos, que si tienes una mala".
La orquesta ha sido una de las víctimas de la política de ajustes. En la actualidad dispone sólo de 58 maestros. El futuro no se prevé precisamente halagüeño. La marcha de Mehta ha caído como una bomba. Según revelaba el propio director tras su marcha, una docena de ellos le han pedido que les firme cartas de recomendación. Van a buscar trabajo fuera. Posiblemente se marchen. El sueño del malogrado Lorin Maazel se deshace.
EN LOS ÁNGELES CON PLÁCIDO DOMINGO
Schmidt ha estado hasta hace unas semanas con Plácido Domingo en Los Ángeles, participando como jurado en el concurso Operalia que creó el cantante español y que se ha celebrado en la ciudad norteamericana este año. Junto a ella, también como jurado, se encontraban personalidades como el director del Teatro Real, Joan Matabosch, el director general de la Opéra National de Burdeos, Thierry Fouquet, o el director general de la Opéra de Québec, Grégoire Legendre, entre otros.
Schmidt llegó de la mano de Domingo a Valencia. Fue él quien la nombró cuando el entonces conseller de Cultura, Francisco Camps, buscaba a una productora para organizar el estreno de la ópera Luna de José María Cano en el Palau de la Música de Valencia. Ella se encargó de conseguir el reparto. Gustó tanto que se le decidió nombrar directora artística del coliseo valenciano que aún estaba en obras. Cobraba por hacer contactos.
Domingo es su amigo, a quien conoce desde que ambos eran poco más que adolescentes. Fue a él a quien visitó al poco de saber que Mehta no seguiría como director artístico del Festival del Mediterrani. Domingo es también el gran protagonista de la próxima temporada, que en el plano operístico se iniciará en diciembre, precisamente con Domingo como director y como cantante. El círculo se cierra.
Cuando se inauguró el Palau de les Arts, tras seis años de obras, Camps, ya investido como presidente de la Generalitat, se acercó a Schmidt y le dijo: "Hasta ahora ha sido el tiempo Calatrava; ahora comienza el tiempo Schmidt". Ese tiempo parece estar llegando a su fin.
A ver si es verdad y esta señora (si se le puede definir así) se va de una vez, que ha sido la lacra de ese edificio durante todos los años que lleva abierto. Por cierto, lo del ERE ejecutado el pasado verano, UNA VERGÜENZA!! A la mayoría de voluntarios que constan oficialmente les empujaron a hacerlo, porque de todas maneras los iban a echar de la empresa (al menos si se iban voluntarios sacaban algo más de dinero en el finiquito). Ah! Y una vergüenza que sigan quedando amigos de Camps y compañía que no hacen nada en todo el día ahí dentro y se hayan ido personas que trabajaban de verdad. VERGÜENZA!! Por el bien del Palau, esperemos que rueden cabezas en las autonómicas.
Jajajja,nos ha fastidiado en junio se van todos...qué tomadura de pelo y qué vergüenza lo de esta señora y de los que lo consienten...
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