VALENCIA. Frente a la crisis de la alta gastronomía, que ha sentido la pérdida de clientes por la caída de la renta disponible de los valencianos, la comida rápida ha asumido nuevos comensales que antes se podían permitir otro tipo de oferta, compensando la pérdida en los niveles más bajos de renta.
Desde el inicio de la crisis, la comida rápida ha aumentado un 4% sus ingresos y ya representa el 18% del mercado de la restauración en España, según el anuario de consumo que elabora la consultora Nielsen, y la Comunitat Valenciana no ha sido una excepción.
El último de los movimientos que se ha producido de reforzamiento de la posición de uno de los operadores clásicos del fast food ha sido el de la cadena Burger King, que ultima la apertura de un nuevo establecimiento en régimen de franquicia en Valencia, concretamente en la calle San Vicente, 75, frente a Fnac San Agustín.
El local, comercializado por Olivares & Gallo Consultores inmobiliarios junto al resto del edificio recién rehabilitado para oficinas y viviendas, está en la parte más próxima a Convento Jerusalem y uno de sus atractivos es el alto paso de viandantes, lo que explica la presencia de distintas cafeterías, hornos y un Mercadona, que también tiene salida a la calle trasera.
Las dimensiones del nuevo local de la franquicia le permite encajar los nuevos formatos urbanos de la marca, lo que incluye entre los contenidos más significativos una zona infantil Play King, que consiste en un sistema de videojuegos por medio de proyecciones interactivas que permiten a los niños mantener pequeños partidos de fútbol o distintas evoluciones de juegos como la rayuela o de habilidad.
PROCESO DE EXPANSIÓN
La cadena de hamburgueserías no es la primera que se ha embarcado en un proceso de crecimiento en la Comunitat Valenciana en los últimos meses. Otras firmas, como la compañía Restalia, están ampliando su presencia con nuevas aperturas de sus firmas 100 Montaditos, Cervecería La Sureña o TGB (The Good Burguer).
En el caso de 100 Montaditos, esta ha sido la primera franquicia de comida rápida en abrir brecha en el barrio de Ruzafa, ocupado hasta ahora por locales de gestión tradicional, y ha desarrollo una importante expansión por los municipios costeros valencianos desde la pasada primavera. Igualmente, con TGB ha decidido posionarse tanto en Valencia como en Alicante.
La diferencia entre una plaza y otra es que en Valencia se ha optado por un centro comercial como el MN4 de Alfafar, mientras que en Alicante la empresa ha atacado el centro, abriendo en la plaza de los Luceros. El encuentro de oportunidades concretas de arrendamiento y franquiciadores explican esta distinta estrategia, según fuentes inmobiliarias.
ZONAS PROHIBIDAS
En todo caso, estas nuevas aperturas están evitando puntos concretos de la ciudad que, por la concentración de oferta de similares características o por los altos precios se estiman menos interesantes. En unos casos se trata de evitar la canibalización del mercado al competir a escasos metros con dos ofertas similares o, directamente por la negativa a encajar unos gastos de arrendamiento que se consideran demasiado altos.
En este último caso está el tramo de la calle de San Vicente entre la plaza de la Reina y la del Ayuntamiento, donde los alquileres se han multiplicado por diez desde el inicio de la crisis. La cuestión es que esta 'milla turística' se ha convertido en la más transitada por los visitantes de la ciudad, a los que se ofrece comida rápida, pero con espicidades geográficas.
En este caso se trata de establecimientos de pintxos de inspiración vasca y otras modalidades de tentempié u ofertas de 'paella valenciana' de distinta tipología que permiten altos márgenes con los que encajar los altos precios de alquiler. Sin embargo, las firmas con modelos de negocio que presentan precios fijos y con margenes muy ajustados no pueden cuadrar números en este punto fácilmente.
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