VALENCIA. La tenue recuperación de la actividad económica está inyectando algo de actividad en el mercado de oficinas de Valencia. Si los últimos años han sido un continuo desalojo de despachos en los principales edificios de la ciudad, de un tiempo a esta parte está volviendo a reactivarse el mercado con mudanzas y algunas ampliaciones por el incremento de la plantilla de determinados bufetes.
"A todos les ha ido mal, menos a Pablo Serratosa", aseguran fuentes inmobiliarias. Mientras que la mayoría de los grandes nombres del negocio se han conformado con resistir, los hombres del Grupo Zriser recorrían la ciudad en busca de buenas oportunidades, y las encontraban.
Desde el inicio de la crisis, la división inmobiliaria del holding de Pablo y Ana Serratosa se ha hecho con tres complejos de gran valor como el Edificio Senda de Senent (2009), el Plaza del Ayuntamiento (2011) y el Albereda (2012), frente al Palau de la Música. Ante esto, los rumores de nuevas compras son constantes, pero desde la compañía no se confirma que esté avanzada ninguna operación en concreto.
PROCESO DE AMORTIZACIÓN
Otro de los nombres propios es el de Enrique Ballester que, a través de Inmobiliaria Guadalmedina (IGSA), asumió buena parte de los complejos de estas característica que compartía con su hermano Andrés hasta la división de la empresa familiar. En su caso, se trata de inversiones a largo plazo, debido a que buena parte de ellas han tropezado con la crisis en su periodo de amortización.
Entre las más relevantes de sus propiedades se cuentan el Sorolla Centre, junto al Palacio de Congresos; el Edificio Lucini, donde se ubica la sede de IGSA; el Trade Center, junto a la Estación de autobuses; o el palacio de los Condes de Buñol, en la calle Isabel la Católica.
También en su haber cuenta con el edificio Ciudad de Brujas, en esa misma plaza y donde se encontraba parte de las dependencias de la Agencia Tributaria que han pasado al nuevo edificio de la Cámara de Comercio de Valencia. Ya fuera de la ciudad también dispone del complejo Parque Albufera, en el parque comercial de Alfafar; y de la torre Crea de Burjassot.
ESTRATEGIA CONSERVADORA
También se mantiene con un perfil conservador respecto a nuevas compras, pero bien posicionado ante la reactivación del mercado, Pedro Sentieri, propietario en Valencia del Edificio Europa, situado frente al actual campo de Mestalla y auténtica referencia para este tipo de oferta desde su construcción, y del Edificio Plaza de América.
En otro foco de la ciudad como es la avenida de las Cortes Valencianas, el Edificio Géminis, propiedad de José Vicente Soler a través de la mercantil Luoghi, capea el temporal con una cartera de inquilinos relevantes, como la consultora Everis, y un buen posicionamiento pese a haber nacido en 2004.
En la zona centro, la familia Pechuán dispone de distintos activos, pero destaca entre ellos su edificio Lauria, 19, prácticamente completo y en el que recientemente se instaló el despacho valenciano Olleros Abogados, uno de los más grand
es de la ciudad y el tercero con mayor crecimiento de plantilla en España de 2013.
En otros casos, piezas inmobiliarias importantes son sólo una pata en el conglomerado de inversiones de sus propietarios, como ocurre con el empresario José Luis Santos, que es propietario de la centenaria Finca del Porquero o Edificio Generali de la esquina de la calle de San Vicente y la plaza del Ayuntamiento, a través de la mercantil Promociones Urbanas Promur.
Fuentes del mercado señalan que se barajó reordenar la distribución interna del edificio para convertir parte en un hotel, pero se desechó ante la abundancia de oferta en la zona. De hecho, la hotelera es la actividad fundamental de la familia Santos, que en el caso de Valencia, es la propietaria del Hotel Las Arenas de la playa de la Malvarosa.
PROPIEDADES SOBREVENIDAS
Sin embargo, son los bancos los propietarios de buena parte de los activos de mediano tamaño, además de algunos tan relevantes como la Ciudad Gran Turia (antigua Ciudad Ros Casares), actualmente de SabadellCAM, o el complejo Aqua, en la que Bankia está buscando comprador para la sociedad inmobiliaria Nuevas Actividades Urbanas (Nau).
La sociedad fue constituida en su día por Bancaja junto a las constructoras locales Gesfesa y Pavasal como sistema de compensación de préstamos que les había concedido. Un fondo británico es el mejor posicionado para adquirir la firma completa por 500 millones de euros.
De este modo cambiaría de manos tanto este complejo de oficinas, comercial y de servicios, además del centro comercial Arena, las antiguas y abandonadas oficinas de Iberdrola en Isabel la Católica, la Torre Ademuz, con dos hoteles, o el Casino Valencia, entre otros inmuebles de terciario en Valencia.
Será sólo mi impresión, o...¿qué obsesión tiene este diario con los Serratosa?
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