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VALENCIA. Ya son 29 años. Este viernes noche se inaugura en Valencia una nueva edición de Cinema Jove. Nacido como un encuentro de cine escolar, el paso de los años le ha convertido en una cita internacional. Desde la llegada al cargo de Rafael Maluenda, hace ya más de una década, el certamen ha procurado siempre dar el pistoletazo de salida en el Teatro Principal. Esta edición no será distinto y volverá a contar con la actriz Ana Álvarez como bella conductora de la gala inaugural. En ella estarán como invitados el cineasta Gonzalo Suárez, que además de ser homenajeado por el festival ha programado uno de sus ciclos, Cuadernos de rodaje, con una selección que constituye un brillante repaso a la historia del cine. Junto a él se encontrarán el director de animación húngaro Ferenc Cakó, que recibirá una Luna de Valencia, y la joven intérprete Aura Garrido, quien recogerá el premio Un futuro de Cine. 

Con una programación condicionada en exceso por un presupuesto de circunstancias y a la espera de que llegue la ayuda del ICAA, el certamen vuelve a apostar por recuperar a cineastas vinculados al festival como es el caso del realizador belga Joachim Lafoose, quien se dio a conocer en España precisamente gracias a Cinema Jove cuando su película Lecciones privadas fue galardonada en la edición de 2009. Igualmente, presumirá de contactos al atraer a dos de los responsables de Ocho apellidos vascos, fenómeno cinematográfico español del año. Su realizador Emilio Martínez-Lázaro y su guionista Borja Cobeaga tomarán parte en un encuentro en el hotel Astoria el sábado 21 a las 18.00 horas.

En un contexto de recortes, la programación del certamen, con ser correcta, no alcanza el nivel de otros años. Así aunque algunas propuestas a priori podrían parecer muy interesantes, como es el caso del ciclo dedicado a la Primera Guerra Mundial, la selección que se ha realizado para esta sección contiene notables ausencias. Sin ir más lejos, se echan de menos films recientes como Largo domingo de noviazgo o Regeneration, producciones populares como Gallipoli, clásicos como Senderos de gloria, Adiós a las armas o Lawrence de Arabia, o largometrajes de referencia como Johnny cogió su fusil. Estas ausencias se contrarrestan con aciertos como recuperar una película del semiolvidado y extraordinario Georg Wilhelm Pabst, la imprescindible Cuatro de infantería (1930), cuya proyección constituye todo un acontecimiento.

Por lo que se refiere a la Sección Oficial, en Cinema Jove competirán 10 largometrajes y 56 cortometrajes. En la sección de cortometrajes sobresale la presencia de dos producciones valencianas, Bikini de Óscar Bernácer, y La ropavejera de Nacho Ruipérez. Ambas constituyen una agradable sorpresa en un festival que, como comenta Bernácer, siempre se ha destacado por intentar no mirar el pasaporte de las producciones.

"Las secciones oficiales de Cinema Jove", recuerda el cineasta, "siempre han presumido de no tener cuotas obligatorias de cine valenciano o español". "Si este año hay dos cortos valencianos en sección oficial es porque quizá la cosecha es buena (al menos parece que es la opinión extendida sobre el total de los cortos españoles que participan en el Festival)", añade. Por otro lado recuerda que la ventana de exhibición que se abre para los largometrajes valencianos fuera de sección oficial demuestra el compromiso del festival con las películas rodadas en la Comunidad Valenciana. "Es importante que exista ya que Cinema Jove es un festival de referencia mundial y permite al sector acercar nuestras historias a los espectadores valencianos", concluye.

UNA VENEZOLANA DE VALENCIA Y SU PRIMERA PELÍCULA

Dentro de esa ventana se encuentran tres largometrajes de muy diferente signo que se proyectarán fuera de concurso. Los tres ya han competido en certámenes internacionales, uno de ellos por internet, y por lo tanto no cumplen con el requisito de ser estreno en España. Pese a ello los organizadores de Cinema Jove, con Maluenda a la cabeza, gustan de dejar este espacio de exhibición para que el público valenciano pueda disfrutarlos, algo que los cineastas agradecen. Los tres largometrajes son muy distintos entre sí. Uno de ellos, La distancia más larga, es una coproducción entre Venezuela y España que ha sido dirigido por una realizadora venezolana que lleva casi una década instalada en Valencia y se mueve entre los dos países. El segundo, Reset, es producto de un taller de formación y el tercero, El amor no es lo que era, es una producción comercial que posiblemente verá la luz en las salas de exhibición el mes de julio y que ya ha participado en festivales de todo el mundo.

La distancia más larga supone el debut en pantalla grande de la realizadora Claudia Pinto, una profesional con una larga experiencia en televisión que, por ejemplo, fue directora en cuatro temporadas de L'Alqueria Blanca. "De alguna manera es una película que vincula a los dos países en los que he crecido como ser humano y profesionalmente, España y Venezuela. Mi primer corto se estrenó mundialmente en el Cinema Jove en el 2001, y entonces viajé desde Caracas para asistir al festival. Unos años más tarde, terminé aquí estudiando guión de cine y TV en la FIA-UIMP, y después dirigiendo y realizando series de ficción para RTVV", explica Pinto.

En La distancia más larga sobresale la presencia de Carme Elías, que vuelve a ser protagonista de una película tras Camino, así como la de Gabo Guerra, director de fotografía residente en Valencia, o la actriz valenciana Isabel Rocatti. Para Pinto "es muy emotivo volver al Cinema Jove con una película hecha en coproducción entre ambos países y tener la oportunidad de presentarla en Valencia, mi segunda casa".

Según relata La distancia más larga narra "un viaje de crecimiento, y viene a decirnos que nunca es tarde para tomar las riendas de la vida". La película ha recibido importantes premios internacionales, entre ellos, a la Mejor película de América Latina en el 37º Festival des Films du Monde (Montreal), el premio del público a la Mejor Película en el 39º Festival iberoamericano de Huelva, y más recientemente, el premio a la Mejor Directora en el 38º Cleveland International Film Festival. Filmada entre Caracas y La Gran Sabana (al sur del Amazonas), se proyectará este sábado en la sala Berlanga del Edificio Rialto a partir de las 22.30 horas y el sábado 28 a la misma hora en la sala José Sancho del mismo inmueble. Además, Pinto y Elías tomarán parte en un coloquio este domingo 22 a las 19.30 horas en el hotel Astoria de Valencia.

ESTRENO EN VALENCIA DE ‘EL AMOR NO ES LO QUE ERA'

Una de las proyecciones más esperadas es la del primer largometraje de ficción del realizador Gabi Ochoa. Con una larga experiencia televisiva y documentales tan conocidos como Tarancón, memoria de una lucha, el valenciano presentará en Cinema Jove El amor no es lo que era, un dramedy (drama-comedia) de estilo muy británico que tras participar en el Festival de Málaga se ha proyectado en Chicago, Glasgow... y ha conseguido premios en el festival de Alicante para una de sus protagonistas, Aida Folch, y arrasado en Michigan donde logró el premio a la mejor película, al mejor director de fotografía para Gabo Guerra, y al mejor actor para el veterano Carlos Álvarez Novoa.

La película está construida en torno a tres historias de amor que se van entrecruzando a lo largo del metraje. Una es el inicio de una relación amorosa, que encarnan Folch y Nicolás Coronado; la otra es una crisis sentimental, interpretada por Alberto San Juan y Blanca Romero; y la tercera es una historia de amor de personas de la tercera edad que se dan una nueva oportunidad, y está protagonizada por Álvarez Novoa y Petra Martínez. En el largometraje tiene una pequeña participación José Coronado como padre del personaje de Folch.

A Ochoa, que reconoce la influencia que ha tenido en su trabajo el nuevo cine francés, le gusta que la película se proyecte en el festival en una doble sesión especial que tendrá lugar el jueves 26 de junio a las 20.00 horas en la sala Berlanga y el viernes 27 de junio a las 22.30 horas en la sala José Sancho, ya que lo considera un poco como "el tramo final" de una carrera que se inició en Málaga. "Es una manera de que la vea nuestro público", dice, "y más ahora que estamos en una época difícil". Contento por como ha funcionado hasta ahora el largometraje, manifiesta su sorpresa y satisfacción con, por ejemplo, la buena respuesta del público británico que ha conectado a la perfección con los códigos narrativos de su película. "Es algo muy curioso pero en los festivales británicos la han recibido muy.  Ha habido proyecciones en Glasgow, Londres... y yo en Londres disfruté muchísimo con la reación del público".

Igualmente reivindica que las películas son una buena forma de exportar la imagen de una ciudad, en este caso Valencia, que está siempre presente en su largometraje como un escenario agradable y amable en el que transcurre toda la acción. Un decorado que, sin caer en los tópicos, resulta atractivo en la pantalla para quienes no la conocen. "Nos ha pasado algo muy curioso en algunos festivales. En Chicago una señora me preguntó cuál era la ciudad dónde se había rodado el largometraje que quería visitarla. En Glasgow también me pasó algo parecido. Yo creo que ése es un sentido comercial del cine, que ayuda vender una ciudad", asegura.

La terna de películas valencianas que se podrá ver en el festival incluye el proyecto experimental Reset, dirigido por Pau Martínez, que comenzó como un taller formativo y ha acabado teniendo incluso hasta su carrera en festivales. Reset se proyectará en la sala Berlanga el próximo miércoles 25 de junio a las 20.00 horas, presentada por Pau Martínez y parte del equipo del Taller Vivir Rodando. Martínez coincide en señalar el hecho de que el festival se ha convertido en un lugar propicio para el cine realizado en la Comunidad Valenciana.

"En cierta forma sí que da la impresión que Cinema Jove, sin perder su marcado carácter internacional, está tomando el testigo de manera natural del espacio que ocupaba la desaparecida Mostra del Mediterrani en sus últimas ediciones con aquella sección del audiovisual valenciano", comenta. "De todas formas, Cinema Jove siempre ha integrado muy bien su carácter internacional con la presencia del cine local. La diferencia es que en los últimos tiempos tenemos buenas películas valencianas, sobre todo cortometrajes, que pueden formar parte de su sección oficial sin desmerecer al resto de películas participantes. Por otro lado, el hecho de que haya tres proyecciones especiales como son el caso de El amor no es lo que era, La distancia más corta o Reset, nos permite a los creadores valencianos exhibir nuestros trabajos en pantalla grande en nuestra propia ciudad, lo cual siempre es de agradecer".

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