VALENCIA. La consellera de Cultura, María José Català, y el conseller de Hacienda, Juan Carlos Moragues, presentaron este viernes el anteproyecto de Ley de Mecenazgo de la Comunidad Valenciana. La norma es la tercera autonómica en un estado, el español, tras la de Andalucía y Navarra. La principal novedad de ella, o al menos la más llamativa, es que por primera vez se tiene en cuenta el crowdfunding o micromecenazgo.
La norma ha sido articulada, entre otros, por el nuevo director general de Universidades, Felipe Palau, hombre de confianza de Català, y ha sido supervisada por el equipo de Tributos de la conselleria de Moragues. Es una ley de corto alcance, como reconocen desde el Consell, pero un paso adelante y una de las primeras medidas encaminadas a generar beneficios sociales.
¿Por qué es de corto alcance? Básicamente por dos cuestiones: en primer lugar, la Generalitat tiene escaso margen de maniobra fiscal a diferencia del gobierno foral de Navarra que por ejemplo gestiona el impuesto de sociedades en su territorio; en segundo lugar, la ausencia de una normativa nacional que sirva de marco impide que el mecenazgo sea mayor.
Pese a ello, en la Generalitat quieren ver el vaso medio lleno y destacan su impacto que prevén positivo. La estimación más negativa que maneja la administración autonómica habla de que generará como mínimo a 6,6 millones. A cambio, la Generalitat dejará de ingresar 1,3 millones. La sociedad ganaría pues más de cinco millones si se cumplen sus cálculos.
Se da la circunstancia de que, como recordó el propio Moragues, el déficit autonómico es sobre todo un déficit de ingresos, de ahí que resulte paradójico, de entrada, que el Consell apueste por una ley que le conducirá a ingresar menos. Pero Moragues justificó esta decisión en el hecho de que con ella se incentivará la economía de las industrias culturales y científicas.
UNA NORMA LIBERAL PARA TIEMPOS NEOLIBERALES
La futura Ley de Impulso a la Actividad Cultural y el Mecenazgo es una norma en apariencia de sesgo liberal que parte de la premisa, muy estadounidense, de que cuánto menor sea la presión fiscal mayor beneficio supondrá para la actividad económica, y nace a contracorriente de las tesis que en apariencia se mantienen desde Madrid y desde los organismos internacionales, en los que se reclama a España, por ejemplo, que se aumenten los impuestos indirectos. De hecho Moragues admitió que la futura norma no se había consultado con el Gobierno Central ni con el equipo de Cristóbal Montoro, y aseguró este viernes que entraba dentro de la autonomía de la que dispone cada gobierno regional.
El anteproyecto ley contempla tanto tareas artísticas como de investigación. En cuestiones relativas al patrimonio se prevén incrementos en las actuales deducciones con la novedad de que incluye entre los beneficiarios a las Universidades y centros de investigación. Estas irán desde las donaciones a entidades sin ánimo de lucro de bienes (léase obras, objetos...), a las donaciones dinerarias para restauración de obras del patrimonio valenciano, pasando por las cantidades que particulares inviertan en la conservación de estos bienes. También se incrementa la deducción de las donaciones dinerarias "a determinadas entidades públicas y privadas", siempre sin ánimo de lucro, para el fomento de la lengua valenciana.
Entre las nuevas medidas se halla la aparición de deducciones del 15% del IRPF para las donaciones dinerarias dadas a la Generalitat y a corporaciones locales o entidades públicas de carácter cultural que dependan de dichas administraciones; las donaciones efectuadas a empresas que se dediquen a actividades culturales creativas (cine, teatro, arte...), de conservación o investigación; las aportaciones de capital a empresas de base tecnológica desarrolladas a partir de patentes o que sean resultado de proyectos de investigación; y las donaciones dinerarias a universidades y centros de investigación.
Las deducciones también llegan al Impuesto de Sucesión y Donaciones. Los bienes de patrimonio que se cedan para su exposición, ya sea en centros culturales, universidades o centros de investigación, recibirán una reducción de hasta el 95%. Igualmente, una de las grandes novedades de la ley valenciana es que por primera vez se incluye el concepto de Crowdfunding o micromecenazgo, ya que los aporten pequeñas donaciones dinerarias a empresarios individuales para fines culturales y de investigación podrán reducirse un 95% de dicho impuesto.
La norma no estará en marcha antes del fin de legislatura. De hecho la Generalitat espera que se pueda aplicar a partir de 2016. En el Consell estiman que beneficiará a unas 14.000 personas. Asimismo están convencidos de que su impacto será inmediato en la sociedad. Por el contrario, su repercusión sobre las finanzas de la Generalitat será mínima.
Queda por ver su efectividad. Son muchas las voces que cuestionan que el mecenazgo sea la solución. Un exhaustivo estudio sobre el modelo español de financiación de las artes y la cultura en el contexto europeo, realizado para la Fundación Alternativas y la Fundación SGAE, ponía en duda que el mecenazgo fuera la respuesta ante los problemas de financiación de las industrias culturales. Pero eso sólo se sabrá con el tiempo.
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