VALENCIA. La política, al menos su parte más oscura, funciona de una manera similar a la que se representa en cualquier película ambientada en un instituto americano. La chicos y chicas comunes pelean por acercarse a los más 'populares' del campus, que representan el poder y la capacidad de decidir quien caerá en desgracia o quien gozará de los privilegios de ser invitado o invitada a la fiesta del año.
El relevo anunciado del secretario general del PPCV, Serafín Castellano, por la consellera de Infraestructuras, Isabel Bonig, ha iniciado unos cuantos movimientos de reposicionamiento dentro del partido. En 2012, cuando Castellano fue designado 'número dos' de la formación 'popular' pese a las reticencias de Alfonso Rus y Rita Barberá, comenzó una guerra soterrada en el PPCV a través de la cual el también de conseller de Gobernación y Justicia buscó engordar su tropa de afines en la formación 'popular'.
Al respaldo clásico que le profesaban dirigentes como la diputada Verónica Marcos o la secretaria autonómica, Asunción Quinzá, fueron sumándose algunos alcaldes y concejales presurosos por elegir el bando correcto cuanto antes, así como también fueron haciéndolo antiguos zaplanistas que se habían visto arrinconados en la etapa de Francisco Camps. De la misma manera, y viendo la afinidad entre Castellano y el presidente, Alberto Fabra, se adscribieron al entorno de Castellano otros dirigentes como el síndic de Les Corts, Jorge Bellver, el portavoz adjunto, Rubén Ibáñez, el vicepresidente de la Diputación, Máximo Caturla, el alcalde de Paiporta, Vicente Ibor, o la primera edil de Aldaia, Carmen Jávega.
Fuentes 'populares' señalaron a este diario que tras la reunión llevada a cabo por Fabra con los presidentes provinciales del partido y la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, en la que se acordó el cambio de Castellano por Bonig, se han comenzado a producir acercamientos a dirigentes de la órbita provincial de Valencia y Alicante especialmente.
En este sentido, varios presidentes comarcales próximos a Rus ya han recibido llamadas de ediles que en su momento se acercaron a Castellano con una línea discurso clara: la unidad. Las fuentes consultadas señalan que estos contactos han tenido como objetivo el compromiso de trabajar con la dirección provincial ylas presidencias comarcales del partido.
Por otro lado, fuentes 'populares' consultadas han apuntado a este diario que desde el sector más fiel a Castellano se ha criticado duramente la decisión del presidente Fabra de ceder ante la presión de Génova y apartarle de la secretaría general del partido. El líder del PPCV ha intentado resituarle en la Delegación del Gobierno, una maniobra que no ha sido aprobada desde Madrid.
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