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Ximo Puig viene allanando el terreno durante meses con el llamado 'máximo accionista' del PSOE por si se complicaban los resultados de las elecciones europeas y terminaban con el abandono del líder socialista

VALENCIA (X. AGUAR). Poco antes de las dos del mediodía de este lunes se filtraba la noticia: el nefasto resultado electoral cosechado por el PSOE en las europeas era imposible de gestionar para el líder socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba, que anunciaba su adiós. En Blanquerías, cuarteles generales del PSPV, se recibía el abandono del secretario general y ls convocatoria de un congreso extraordinario con un respiro de alivio.

Fuentes del PSPV alabaron el gesto de Rubalcaba. Al margen de que el máximo responsable de los socialistas valencianos, Ximo Puig, fuera uno de los primeros líderes españoles en posicionarse junto a Carme Chacón en el duelo de 2012, las relaciones entre Blanquerías y Ferraz han sido aceptables en este tiempo. "Rubalcaba es un gran político pero su tiempo ha pasado y es muy difícil dar una imagen de cambio con él al frente", comentaba un cargo del PSPV a este diario al conocerse la noticia. Algún dirigente más veterano valoraba la decisión del exministro, pero puntualizando que había optado por no dimitir y mantenerse en el puesto hasta el cónclave para controlar el proceso.

Así, el secretario general del PSOE anunció su inminente marcha con la celebración el 19 y 20 de julio de un congreso extraordinario del que saldrá un nuevo líder y una nueva dirección del partido. A ésta le corresponderá la confección de un nuevo calendario, por lo que queda en el aire, al menos de momento, la celebración de las elecciones primarias previstas para otoño.

Es momento para que los posibles aspirantes a la sucesión reflexionen sobre sus posibilidades. Un congreso extraordinario es una elección interna, puramente orgánica, que dista sensiblemente de un proceso de primarias abiertas -cualquier ciudadano puede participar- como el aprobado para designar al candidato a la Presidencia del Gobierno. 

En este sentido, las fuentes socialistas consultadas puntualizaron que el planteamiento de Ximo Puig está dirigido a ir de la mano con la líder andaluza, Susana Díaz. El secretario general del PSPV ya mantenía una buena relación con el anterior presidente, José Antonio Griñán, y ha prolongado la buena sintonía con su sucesora.

El PSOE-A, conocido internamente como el 'máximo accionista' del PSOE, es la federación más potente de España y se le atribuye en torno al 30% del peso nacional. Ahora, Susana Díaz deberá reflexionar sobre si se plantea lanzarse a la conquista de Ferraz, una opción tal vez demasiado precipitada dado su reciente aterrizaje en el liderazgo andaluz, o trata de impulsar algún nombre para el puesto.

Previamente a las elecciones, Ximo Puig viajó a encontrarse en abril con Susana Díaz en una cita en la que se abordó, entre otras cuestiones, la financiación autonómica. Fuentes socialistas indicaron a este diario que el contacto entre ambas federaciones era permanente también para las cuestiones orgánicas que pudieran surgir tras las elecciones europeas.

El secretario general del PSPV-PSOE, al margen de las preferencias personales, ha manifestado internamente que el sucesor de Rubalcaba, sea quien sea, debe "tener en cuenta los problemas valencianos" como la financiación, coincidir en el discurso federalista o reconocer el peso orgánico del PSPV en el conjunto de España. Unas condiciones de las que ya ha venido dialogando con Susana Díaz en encuentros como el celebrado semanas atrás.

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