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VALENCIA. Los sorprendentes resultados de las elecciones europeas, con una debacle mucho más profunda del bipartidismo de los esperado, tienen una lectura especialmente complicada en la Comunitat Valenciana. El PPCV sigue siendo el partido más votado, pero con una pérdida de 23 puntos respecto a 2009. El 29% logrado, tres puntos por encima del resultado nacional de su partido, podría servirle al líder de la formación 'popular', Alberto Fabra, para mantener su limitado crédito debido al desastre cosechado en España, aunque le deja en una situación igualmente delicada para poder gobernar la Generalitat en 2015.

La irrupción de Podemos ha revolucionado el mapa electoral español y especialmente el valenciano. A la entrada con un 8,2% de la formación liderada por Pablo Iglesias, hay que unir el poderoso -aunque esperado- resultado de Izquierda Unida, que ha sacado un 10,3% en la Comunitat. Esta confluencia, además del 7,9% conseguido por Compromís con 135.000 votos, ha complicado notablemente al sueño de remontada de los socialistas valencianos. El PSPV-PSOE se queda en el 21'6%, 16 puntos menos que en 2009, aunque recortándole siete al PPCV. Unos registros, no obstante, demasiado alejados de sus previsiones y con nuevos actores en el escenario progresista que pueden complicarles la existencia.

De esta manera, estos resultados apuntan a un fin de ciclo en la Comunitat Valenciana. Las diferentes fuerzas progresistas acorralan a un PPCV cada vez más debilitado, a quien solo le quedará jugar la carta de la atomización de la izquierda con un PSPV-PSOE que también ha perdido apoyo. Una opción que podría darle ciertos beneficios pero que no aleja el hartazgo que han evidenciado las urnas con los 'populares' valencianos, que han perdido la mitad de los votos cosechados en 2009 (casi medio millón) con solo tres puntos menos de participación. 

Así, puede decirse que los 'populares' valencianos, y su frágil líder, Alberto Fabra, han sobrevivido en estos comicios gracias al colchón de votos sacados de la era Camps, cuando consiguieron un 52,2%, pero tienen un margen de maniobra muy estrecho ante la ausencia de aliados de cara al futuro. De hecho, el único partido al que, en un momento determinado el PPCV podría acercarse sería UPyD, que ha obtenido el 8,4% de los votos. En cualquier caso, un panorama muy poco alentador para los 'populares', que se ven rodeados por varias fuerzas políticas conjuradas para sacarles de la Generalitat o, como en el caso de la formación magenta, muy poco predispuestas a alcanzar un pacto para que sigan al frente del Consell. Un ejemplo de la crisis de los 'populares' es el mal resultado en la ciudad de Valencia, donde el voto está tan dividido que es casi imposible imaginar cómo se configuraría el gobierno de la capital si se repitieran estas cifras en los comicios locales del próximo año.

En definitiva, estas elecciones han sacudido el escenario político de la Comunitat Valenciana, y los dirigentes del PP deberán sentarse a reflexionar sobre su estrategia que, probablemente, se centrará en tratar de sacar renta de la dispersión de la izquierda.

LOS SOCIALISTAS VALENCIANOS, TAMBIÉN LLAMADOS A REFLEXIONAR

Si el golpe ha sido duro para los populares valencianos, tampoco se queda atrás para el PSPV-PSOE que lidera Ximo Puig, dado que los socialistas valencianos se han quedado tres puntos por debajo de la media nacional. Como ya informó este diario, desde Blanquerías han tomado conciencia de que tienen un problema importante en las grandes ciudades. El resultado en Valencia ciudad ha sido nefasto (16%), y siguen sin levantar cabeza en Castellón o Alicante, entre otras.

Los socialistas valencianos confían en recuperar terreno en el año que resta para las elecciones autonómicas y locales. De hecho, fuentes consultadas por este diario creen que una estrategia del PP contra el 'batiburrillo' de la izquierda podría incluso llegar a beneficiarles porque les ayudaría a recuperar y concentrar el voto desplazado a otras fuerzas. Pese a su caída y la 'distorsión' producida por la irrupción de Podemos, el objetivo de estrechar la distancia y situarse a menos de 10 puntos del PPCV se ha conseguido, quedándose a siete puntos y medio. No obstante, pese a esta visión optimista de algunos dirigentes, el PSPV-PSOE continúa sin arrancar y deberá tomar decisiones.

Otro de los obstáculos para levantar cabeza a juicio de la cúpula socialista es, precisamente, Ferraz. La continuidad de Alfredo Pérez Rubalcaba, un líder muy desgastado según se opina en Blanquerías, supone un lastre para la mejoría del PSOE en toda España. De hecho, defienden que optar por la renovación, como en el caso de Andalucía, está dando sus frutos. Como ya informó este diario, no sería extraño que se produzcan movimientos a corto plazo para abrir el debate de la sucesión de Rubalcaba y que la federación valenciana esté en 'la jugada'.

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