VALENCIA. Ropa para bebés. Simplemente viajar. Bastantes productoras. Muchos profesores. Colaboraciones en medios. Unos pocos, los privilegiados, programas en las televisiones privadas locales de la Comunidad Valenciana. Buena parte de los aproximadamente 1.600 trabajadores de la cadena pública valenciana que se han visto afectados por el cierre del ente RTVV, que aglutinaba Ràdio 9, TVV y sus sociedades, han iniciado una vida alejada de los medios de comunicación. Algunos, cansados, no quieren saber nada de la televisión, de los medios. Otro esperan iniciar en breve una nueva vida. Hay varios proyectos de televisión online.
El cierre de la cadena pública cumple el próximo día 29 seis meses. ¿Qué se echa en falta de ella? Acudiendo a la encuesta que presentó la semana pasada la Generalitat, los informativos (el 43,9% de los ciudadanos) y una serie de televisión, L'Alqueria Blanca (10,1%). Desde el Consell se quiere transmitir la sensación de que el cierre no ha alterado tanto el día a día, de que la gente sigue viviendo igual.
Un argumento al que responde el presidente de los productores valencianos, Ximo Pérez. "La gente se acostumbra pronto tanto a lo bueno como a lo malo. Los amantes del futbol ya no recuerdan que los sábados por la noche se podía ver el encuentro de la jornada en abierto, durante mucho tiempo en TVV. Ahora en toda España, todas estas personas tienen que verlo previo pago o irse al bar a tomar una copas con los amigos y gastarse más que la suscripción", comenta.
Otros, como el editor de informativos de fin de semana en Canal 9 en la última etapa y profesor de Televisión en la Universitat de València, Carlos López Olano, hacen especial incidencia en lo que ha supuesto esta pérdida para la comunidad valencianoparlante. "Independientemente de lo que diga la gente en una encuesta, Canal 9 cumplía una función normalizadora de la lengua. ¿Dónde pueden ver los niños dibujos animados en valenciano? La gente del interior se informaba a través de Canal 9 y eso lo han perdido. ¿Dónde pueden ver un informativo en valenciano?", se pregunta.
Acudiendo a la misma encuesta de la Generalitat hay un dato esclarecedor. El 30,2% de la población de la Comunidad Valenciana habla siempre o casi siempre en valenciano. Equivale a más de un millón y medio de espectadores. Como señala el cantante Joan Amèric, es gente a la que se la ha dejado sin voz, sin habla. "Canal 9 es la única televisión pública europea que ha cerrado durante la crisis y no ha vuelto a abrir", recuerda López Olano.
BAILE DE CIFRAS, COSTE DIFUSO
Las cifras, tan sensibles, se vuelven en contra de la decisión del Consell. La cadena se cerraba porque no se podía mantener con su plantilla de 1.652 personas. El coste de la sentencia que anulaba el ERE de RTVV y obligaba a mantener la televisión abierta, dijo entonces el vicepresidente José Císcar, era de más de 104 millones de euros al año. El coste del cierre ha supuesto, según fuentes sindicales, más de 130 millones de euros en solo seis meses.
Asimismo, la supuesta desmesura de la plantilla es más que cuestionable. Uno de los argumentos que se esgrimió por parte del vicepresidente es que la suma de las plantillas de Antena 3 y Tele 5 era menor que la de Canal 9. Un dato espectacular si fuera cierto porque, como recuerda López Olano, es mentira. La suma de las plantillas de ambos canales privados supera las 2.000 personas. A esto hay que unir que en ambos casos las dos televisiones tienen externalizados hasta los informativos.
Un ejemplo nacional como el de la televisión aragonesa no sirve para una comparativa rigurosa. La plantilla del canal autonómico vecino es de 200 personas pero en este caso también está externalizado hasta los informativos. Los trabajadores de la cadena son sólo técnicos de emisión, directivos y editores de informativos. Ningún redactor está a sueldo de la cadena.
Incluso en Europa los ejemplos ponen en duda la argumentación del Consell. La cadena pública irlandesa tiene más de 3.000 trabajadores y da servicio a una población de 4,59 millones, por los 5,12 de la Comunidad Valenciana. Y la comunidad que habla gaélico es menor que la que habla valenciano (538.283 hablantes diarios según datos de 2006).
Además de la pérdida del servicio público para la comunidad valencianoparlante, el cierre de RTVV ha afectado directamente a la incipiente industria audiovisual. Para el cineasta Pau Martínez, presidente de los Escriptors del Audiovisual Valencians, "el cierre de RTVV no fue más que la conclusión de unas políticas y estrategias, respecto al audiovisual, nefastas en todos los sentidos. Los creadores, guionistas, directores, actores, técnicos, todos los trabajadores del audiovisual valenciano veníamos sufriendo hace mucho tiempo las consecuencias de dicha gestión".
Es por eso que cree que "los seis meses transcurridos desde el apagón de RTVV han hecho de la sociedad valenciana una sociedad mucho más pobre a muchos niveles, pero sobre todo a nivel informativo y cultural". La fuga de cerebros ha sido casi completa. Buena parte de los técnicos y profesionales de la industria o han emigrado o, directamente, han dejado de trabajar en esta industria.
LA OPCIÓN DE RTVE, UNA SOLUCIÓN PROVISIONAL
Hace unas semanas se anunció tanto por parte del Presidente de la Generalitat, como por parte de TVE que se iniciarían unas desconexiones de dos horas a través del segundo canal de TVE en la Comunidad Valenciana. Esta propuesta ha sido recogida por el diputado de EU en el Congreso de los Diputados, Ricardo Sixto y ha abogado por aumentar estas desconexiones territoriales en la Comunitat para "paliar la falta de información y de programación en valenciano", dice Pérez.
En una iniciativa presentada en el Congreso de los Diputados, Sixto instaba al Consejo de RTVE a que adoptase de forma urgente todas aquellas medidas precisas para llegar a un convenio con la Generalitat. En el actual contexto, al menos hasta que se vuelva a abrir RTVV, los productores consideran perentorio ampliar la desconexión territorial de TVE.
"Nosotros estamos completamente de acuerdo con la postura tanto de la Generalitat como de EU, aunque añadiríamos un motivo más que justificaría de sobra esta estrategia y sería que durante los 18 meses que quedan hasta que pueda llegar la nueva televisión pública, poder dar trabajo a todo el conjunto del sector audiovisual que en estos momentos tiene un paro del 92%".
Pero la propuesta se ha encontrado con un nuevo problema. La dimisión de Lola Johnson ha llevado al traste buena parte de las negociaciones que ella, personalmente, había llevado con TVE. Aunque Císcar aseguró este viernes que no afectaba al convenio, en la industria audiovisual dan por hecho que, en muchos puntos, habrá que comenzar de cero.
Y con TVE sólo no basta. Para Pérez la propuesta del Consell de aumentar la desconexión es una solución cuya función es, básicamente, servir de puente hasta el regreso de una nueva RTVV. "Es muy difícil que las emisiones de un nuevo canal autonómico se pongan en marcha antes de enero de 2016 y es por eso que se ha apoyado [desde los productores] la solución provisional de las desconexiones de TVE en la Comunidad Valenciana", explica.
El plan estratégico de la Conselleria de Cultura, con una dotación de más de siete millones de euros, tampoco es suficiente. "Con este plan de inversión al menos se podrá poner en marcha proyectos para salir de la Comunidad Valenciana y será TV3 y TVE las cadenas donde se puedan dirigir todas las miradas de los productores valencianos". Aunque, admite, TV3 tiene "sus propios problemas".
Es por ello que un ex alto directivo de la cadena, que prefiere no identificarse, vaticina que el cierre se percibirá "realmente, a medio y largo plazo". "La gente se acostumbra a vivir sin algo que tenía en casa, y los profesionales se buscan la vida para sobrevivir, pero la pérdida para los hablantes en valenciano, la pérdida de una referencia, eso quedará", agrega.
Pérez insiste en que se debe poner la mirada "en el horizonte del medio plazo y cuyo único objetivo debe ser la vuelta de las emisiones de una Televisión Pública Valenciana. Ese debe ser uno de los puntos clave y de los retos para la siguiente legislatura, en los programas electorales de todos los partidos políticos de nuestra Comunidad. Otra cosa será que modelo se quiera escoger para la puesta en marcha de las nuevas emisiones", comenta. El auténtico nudo gordiano del asunto.
EL AGUJERO DE CANAL 9
Porque la experiencia de los últimos 20 años con el Gobierno popular han sembrado de dudas. Con una deuda de 1.300 millones de euros, la pregunta es si esa deuda se puede volver a reproducir con una nueva televisión pública o si ha sido producto de una nefasta gestión con nombres y apellidos. De ahí la importancia de la demanda que ha presentado Compromís y que le ha costado el puesto a Johnson y que, por si fuera poco, puede contribuir a que por fin se depuren responsabilidades.
Nunca hasta ahora se ha investigado de manera oficial (ya sea comisión en Cortes, tribunales...) la evolución de la deuda de Canal 9 de la que durante tantos años advirtió la Sindicatura de Cuentas. En caso de prosperar la demanda, además de entender el pasado, se podrá trabajar para el futuro.
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