VALENCIA. En junio de 2011 Lola Johnson fue nombrada consellera de Turismo, Cultura y Deporte. Dejaba su cargo de directora de Televisión Valenciana. Para despedirse organizó una cena con los directivos de la cadena pública valenciana en un reservado de un restaurante del Mercado de Colón. Fueron casi una veintena. "Estábamos Luis Redondo, Jordi Hidalgo, Manuel Cabrera, Paco Picó, Teresa Díez, Maite Fernández, Javier Molins, Víctor Charneco, Carlos Egea...".
López Jaraba hizo un discurso final, de pie. Se despidió de Johnson. "Había frialdad en el ambiente. Estábamos nerviosos porque Lola había guardado el equilibrio entre los de izquierda y los de derechas. Redondo ocupó el sitio de Lola Johnson en la tele y si te asesoras con alguien como Falete [apodo con el que se conoce a Redondo] estás muerto porque no tiene criterio".
Habían pasado apenas dos años desde que se le nombró director general. Llegó primero como director del canal de noticias 24/9, en una etapa que se consideró de entrenamiento. Su tutora en ese periodo era Johnson, con quien mantenía una buena relación. Entre las ideas que llevaba en mente al acceder al cargo estaban las retransmisiones de Fórmula 1, de las que siempre hablaba. "La Fórmula 1 venía implícita en el cargo. De hecho cuando llegó ya se había firmado el contrato", asegura una fuente consultada.
La imagen que tienen del primer Jaraba los que trabajaron con él es inmejorable. "Al inicio empezó con ilusión. Teníamos una reuniones en sus despachos. Todos los lunes nos juntábamos todos los directivos y eso era muy bueno. Los primeros seis meses fue muy bien. Aportaba mucho y se entusiasmaba", dicen.
Jaraba tomaba decisiones. Fue el encargado de fichar al periodista argentino Víctor Seara, una decisión en la que no tuvo en cuenta que el comentarista no sabía valenciano y no podía hablar en la lengua autóctona. "No lo hizo con mala fe; simplemente, no cayó en la cuenta", relatan. Se marchó el jefe de Deportes, Alberto Gil, al Levante. "Era muy buen tío. Cuando se fue supimos que las cosas no irían a mejor", comentan.
"LA BOMBA" DEL CASO VICENTE SANZ
Y después llegó "la bomba" del caso Vicente Sanz, la denuncia por acoso sexual del jefe de Recursos Humanos a tres trabajadoras. "Con el caso Vicente Sanz no solucionaron el problema. Le decían a las implicadas: ‘no os preocupéis, no os preocupéis; ya lo veremos'. Pero no supieron reaccionar", asegura una persona vinculada a Presidencia. "Cuando se enteró de la noticia nos reunimos y él estaba lívido. Algunos no teníamos ni idea del asunto", asegura un antiguo directivo de la cadena. El resto habían oído rumores. "Lola estaba enfurecida. Puso a caer de un burro a Sanz en la reunión". ¿Y qué se hizo? Nada.
López Jaraba nunca se sintió cómodo en el cargo, así lo creen personas cercanas a él que le trataron antes de que lo nombraran directivo de la cadena, después del nombramiento y que le siguen tratando hoy. En cierto modo, había aterrizado. Periodista vinculado a ABC desde 1990, año en el que entró como becario, el madrileño nacido en 1968 se había destacado por un estilo de vida muy tradicional. Es de esos años como becario que se ganó el apodo de Flequi, que aún hoy mantiene y que no le molesta.
Conserva a sus amigos "de toda la vida, de su pueblo", y en ocasiones viajaba con ellos a los Sanfermines. Fue precisamente en 2005 cuando protagonizó uno de esos extraños momentos que hablan de una personalidad decidida. Corría por la cuesta de Santo Domingo cuando vio cómo a su lado caía una turista extranjera, Alexandra Popovska. Lo que sucedió se lo relató a un portal de noticias de las fiestas navarras. "No me lo pensé dos veces y he tirado de ella para sacarla enseguida. Es lo menos que podía hacer. Enseguida vinieron las asistencias", decía. "He visto que le pasaba la manada por encima. La he intentado tranquilizar cuando estaba en la camilla. Le he dicho que no era nada grave, que sólo eran golpes, pero debe de ser como si te pasa por encima un tractor".
En sus primeros meses en RTVV dio sobradas muestras de ese carácter generoso y lanzado. "Era muy de animar a los demás, de hacer grupo, de llevar la voz cantante... hasta que se pone a hablar en serio". Y así sucedió al principio en los estudios de Burjassot. "Llegó con muchas ganas pero se encontró con que no podía cambiar nada. Tenía mucha ilusión de hacer las cosas bien".
Periodista de vocación, López Jaraba se había licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense. En 1990 llegó a la sección de Huecograbado del diario ABC. En 1999 llegó a la sección de Opinión, donde simultaneó su labor con la de reportero en varios conflictos bélicos. Posteriormente se incorporó a la Coordinación Editorial de Vocento, al que pertenece ABC. "Tenía y mantiene un grupo de amigos de toda la vida. Es una persona muy leal a ellos", explica una amiga suya.
LA FASE DE LA OSCURIDAD
Reclutado por el entonces presidente de la Generalitat, Francisco Camps, su evolución fue de jefe implicado al distante. Todo cambió, insisten, con el caso Sanz. "A partir de ahí entramos en una fase de oscuridad. Las reuniones se fueron al garete. Ahí empezó a equivocarse", dice una persona que colaboró estrechamente con él. "Al principio éramos un equipo. Teníamos un marrón y todos nos coordinábamos para que solucionarlo. Venía José Luis Moreno, al que no lo queríamos contratar aunque fuese muy amigo de los de arriba y organizábamos todo un paripé para marearle y que se fuera de Burjassot sin nada. No íbamos a comer con nadie. Al final acabó yendo a las comidas con Moreno y aceptando sus propuestas".
"Era muy campechano y muy simpático. Tenía ganas de ser un tío normal pero luego empezó a irse de comidas", relata otra fuente. Comenzó a delegar. "Víctor Charneco, su jefe de gabinete, era quien realmente se encargaba del día a día. López Jaraba estaba siempre fuera reunido", dice otra fuente. A ello se unió su situación personal. Su mujer, entonces su novia, vivía en Barcelona y él estaba a caballo entre Madrid y Barcelona.
"Los jueves por la tarde ya se iba y no volvía hasta el lunes". Con todo, la imagen que conservan es la de una persona que trabajaba mucho. "Venía al despacho. No era de los que se piraba. Era un poco gris pero, por ejemplo, tenía detalles buenos. No quiso nunca tener coche oficial, aunque podría haberlo pedido".
Su animosidad fue menguando. "No miraba a los ojos. Estaba cabizbajo. Muy tímido, vergonzoso. Siempre estuvo muy amparado por Charneco. Tenía vergüenza, la mirada como ausente. Creo que no estaba muy seguro del sitio en que se encontraba. Era como si tuviera vergüenza de que alguien supiera por qué estaba allí. No lo notabas suelto. Ya me conocía de Presidencia y no era muy explícito ni comunicativo. No era una persona que hiciese mucho ruido. Nunca entendimos por qué estaba como director general. Cuando iba a las ruedas de prensa le preguntaban y él lo pasaba mal", comenta una persona que estuvo vinculada al Consell. La marcha de Johnson, sostienen quienes trabajaron con él, fue la zancadilla definitiva. Perdió su principal apoyo y acudió a Redondo.
En parte por eso no les extrañó a algunos que dimitiese en diciembre de 2012 como director general de RTVV en pleno ERE aún por completar, dejando en el aire un proceso que iba concluir con el despido de 1.198 trabajadores y terminó con el cierre de la cadena. "Se tiró del barco", dice otra fuente.
Ahora el juzgado de Paterna le ha citado a declarar como imputado junto a otros cuatro exdirectivos de RTVV. La Justicia investigará penalmente la posible comisión de delitos de apropiación indebida, administración desleal y malversación de caudales públicos, que han derivado en "agujero" de 1.300 millones de euros, atendiendo a una demanda presentada por Compromís. "Ésa es la principal lección que se puede sacar de su paso por RTVV", comenta una de las fuentes consultadas. "Él no quería problemas y ahora está imputado. Los problemas hay que resolverlos porque si no al final te vienen a ti".
D'acord amb Jaraba mala gent. Amb Lerma es van establir les bases d'una televisió populista, "una traca en Benimodo" era el lema diari. Zaplana va teixir una xarxa de clientelisme i pessebrisme basat en periodistes i tertulians de Madrid, va vetar les productores i els periodistes valencians i contractà tertulians de Madrid perquè anaren preparant-li el camí cap a un ministeri i productores amigues. Per Canal 9, han passat i cobrat tota la fauna d’aduladors del PP: Isabel Sant Sebastián, Carmen Gurruchaga, Hermann Tertsch, Carlos Dávila, Esther Esteban, Alfonso Rojo, Curry Valenzuela, Miguel Ángel Rodríguez. Una televisió acomplexa i coenta com els polítics que la dirigien.
Articulo seguramente escrito por un amigo o alguien que le debe algo al personaje. Pero me gustaría dar mi opinión como CONTRIBUYENTE al que este señor hurtó un servicio público. Me acuerdo porque cuando este personaje entró como director fue cuando definitivamente dejé de ver lo poco que hasta entonces veía de Canal 9, los deportes. Desde el primer momento en que entró ejerció activamente de madrileño y de madridista sacando las mismas imágenes de su equipo que veíamos en todas las teles nacionales y discriminando a los clubes de aquí sobre todo al Valencia c.f. al que redujo a lo mínimo. Atacó a la lengua como nadie antes lo había hecho quizá animado por sus jefes y convirtió a la tele ya de por si propagandística en un instrumento de la extrema derecha. Ya no era la tele del PP si no del ala mas dura y cavernícola del pp. No, no fue alguien que pasaba por allí y ya está. Que aquí al final todas las responsabilidades se diluyen y nadie es culpable de nada. Espero que pague por todo el mal que ha hecho, él y todos los oportunistas como el que vinieron atraídos por una casta de... malos políticos.
Lo de "pasaba por allí" describe perfectamente al personaje. Un tipo gris, sin preparación para una dirección general, ni personalidad, ni capacidad para gestionar una gran empresa como RTVV. Eso sí, Jaraba ha sido muy "obediente" con el poder. Esa es su única virtud... y que "pasaba por allí"
Ahora resulta que el pobre hombre pasaba por ahí. Vamos por favor, es tan culpable por sus actos y omisiones de la bancarrota y posterior desaparición de RTVV, cómo el resto de la cuadrilla que le acompañaba. Dejar la contratación del "argentino" en un no me di cuenta, es lamentable y triste a la vez. Una decisión que habla por sí sola de la capacidad de dirección que tenía este hombre. Sólo puedo pensar en lo mucho que me avergüenza que este señor y su cuadrilla hayan estado al mando de la televisión pública valenciana.
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