Comparte esta noticia

• Tweet
• meneame

Otras noticias

• AitanaStar, pulseras con tecnología QR para situaciones de emergencia
• La UPV lanza un concurso para "reinventar" la Universidad
• Llega a Valencia Metricson, una firma de abogacía especializada en 'startups'

VALENCIA. "Los clientes quieren verte la cara cuando te necesitan, y no tener que esperar tres semanas a que les atienda el 'gran experto'", señala Enrique Vázquez, nuevo socio del área fiscal de Olleros Abogados, nada más dejar la dirección de KPMG Abogados en Valencia junto a buena parte de su equipo.

El trasvase de efectivos entre la firma internacional y la boutique valenciana ha sido uno de los movimientos de profesionales más sonados de la city local por el perfil y el número de los profesionales implicados: el equipo de nueve hombres y mujeres que Vázquez ha ido sumando a su liderazgo desde hace más de una década.

"Somos un grupo de amigos con una cartera de clientes importante y un alto nivel técnico", se limita a comentar Vázquez. Lejos de ser un robo de profesionales, buena parte de ellos salieron con él tras su paso por Ernst & Young Abogados (E&Y) y el abogado advierte que fue él quien se ofreció a Olleros al entender que su ciclo en KPMG había terminado.

Aunque no es habitual que los cambios de firma sean de esta envergadura, tampoco es extraño que un profesional vaya moviéndose de un despacho a otro a lo largo de su carrera. "Empecé en un despacho pequeño en 1995, pero mis mejores recuerdos profesionales son los de mi paso por Garrigues, donde estuve ocho años, antes de pasar a E&Y", señala Vázquez.

SUPERANDO LAS CLÁUSULAS DE NO COMPETENCIA

El principal efecto que tienen estos movimientos de profesionales está relacionado con su cartera de clientes, el principal valor de los profesionales de despacho, dando por sentada la profesionalidad. "Algunos de los clientes confían en mí desde 1999, seguramente por el trato 'artesanal' y la dedicación que junto a mi equipo les hemos ido dando durante todos estos años".

De hecho, otros profesionales que le conocen de cerca destacan su capacidad para fidelizar a sus clientes gracias a la proximidad que logra entablar con ellos. Además, "el cliente no es de nadie", como recoge la máxima laboral y confirma la experiencia.

"En el cambio de cliente siempre hay alguna pluma que se pierde, pero es habitual que si se ha mantenido una buena relación, se produzca un trasbordo de las empresas que están a cargo de quien cambia de despacho", aseguran fuentes del sector. Aunque existen cláusulas de no competencia, no es habitual que sean insuperables.

CÓMO SE ATA Y SE DESATA UN CLIENTE

En el caso de los despachos, no es igual la relación contractual que se mantiene con áreas como la de auditoría que la de laboral o fiscal. Los primeros entran en la empresa tras su aprobación por parte del consejo de administración y es normal que el primero contrato sea por tres años, dejando los siguientes a renovaciones anuales.

A pesar de que los contratos suelen incluir cláusulas para evitar la ruptura del contrato, fuentes del sector reconocen que las firmas no emprenden acciones contra ellas, por si más delante pueden volver o se le pueden plantear otros servicios complementarios.En el caso de laboral y fiscal se puede tratar de asesorías puntuales o de clientes recurrentes. En las primeras, el cambio de firma puede traer un enfrentamientos por quién termina el caso, mientras que en las recurrentes quien sale suele proponer que se cancele el contrato, al tiempo que su antigua firma pone los medios para retenerla.

Otra cosa en que la firma tome medidas contra su antiguo socio o trabajador. De hecho, distintos profesionales reconocen que si la salida es amigable, se suelen buscar fórmulas de compensación; mientras que si no lo es, hay que buscar la forma de escaparse de las condiciones que se firmaron en su día o echar cuentas sobre el coste de la pelea legal que se abrirá a continuación.