VALENCIA. La llegada al poder del presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, señalada desde la dirección nacional del PP y a consecuencia de la dimisión de Francisco Camps, causó división de opiniones entre los populares valencianos desde prácticamente el primer día. Una situación que se agravó tras algunas decisiones del nuevo líder, especialmente con la designación de Serafín Castellano como secretario general de la formación.
Así, desde hace prácticamente dos años, se ha establecido un contrapoder al presidente que, aunque no se muestra beligerante en cada decisión del jefe del Consell, sí ha evidenciado su desacuerdo -incluso a veces en público- con algunas de las maniobras de Fabra. La alcaldesa de Valencia, Rita Barberá; el presidente de la Diputación de Valencia, Alfonso Rus; el ministro José Manuel García Margallo o la máxima responsable municipal de Alicante, Sonia Castedo, han sido algunos de los que han mostrado discrepancias con Presidencia durante este tiempo.
El tándem conformado por Barberá y Rus ha sido el más destacado de este contrapoder por el peso de ambos en la militancia y por la influencia que ejercen en las instituciones que regentan. Pese a que en el pasado han tenido rifirrafes, la mayoría de ellos soterrados y de marcado carácter interno, desde la llegada de Fabra habían alineado sus posiciones ante la confianza depositada por el nuevo líder en dirigentes como Castellano o José Císcar.
No obstante, este jueves se evidenció la división de opiniones entre Barberá y Rus en un asunto de gran sensibilidad para una parte importante de la sociedad valenciana: la venta del club de fútbol de la capital precipitada por el anuncio de Bankia de no refinanciar la deuda. Si bien la alcaldesa manifestó el miércoles su rechazo de plano a la venta del Valencia CF, Rus replicó este jueves con firmeza a la responsable municipial: "Hablar con el dinero de los demás es muy fácil. Pero no hay otra solución: o se vende, o se vende", sentenció.
Posiciones enfrentadas entre dos referentes del PPCV que han mostrado sus divergencias con Fabra. No obstante, y así lo apuntan fuentes populares consultadas, la dirección provincial ha observado un acercamiento del jefe del Consell a Alfonso Rus, consciente de la importancia de la implicación de la 'tropa' municipal que maneja el barón provincial de cara a las próximas elecciones. Este desencuentro verbal entre Barberá y Rus invita a pensar, así lo indican fuentes populares, que no existe una alianza ni mucho menos inquebrantable entre ambos líderes.
No obstante, el presidente de la Diputación mantiene su preocupación por la futura candidatura de Barberá al Ayuntamiento de Valencia: aún sin estar en su mejor momento, Rus sabe que posiblemente no haya ningún aspirante que pueda lograr tantos votos como la actual alcaldesa. Unos sufragios que resultan fundamentales para volver a auparse a la corporación provincial.
Rus gana fuerza y reclama más cuota. Rita lleva sin ganar varias manos. Los lobbys no le van a perdonar la pérdida del pelotazo del Nuevo Estadio y aledaños. De ahí que no pare de proponer nuevos negocios. Debe ser parecido en Los Soprano.
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