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VALENCIA (VP / FOTOS: ALBERTO SÁIZ). El catedrático de Economía Aplicada y actual presidente de la Fundación Valencia CF, Aurelio Martínez, compartió este lunes un desayuno con la redacción de ValenciaPlaza.com en el que desgranó la situación del club de Mestalla pero donde también hubo tiempo para analizar brevemente la actualidad política y económica de la Comunitat Valenciana.

Aurelio Martínez, quien fue conseller de Economía en la etapa de Joan Lerma como presidente de la Generalitat, aseguró que no se plantea regresar a la política activa pese a la buena relación que mantiene con el actual secretario general del PSPV-PSOE, Ximo Puig. "Le ayudaré cuando me lo pida. Pero ahora les toca a otros estar delante", recalca.

El que fuera presidente del Instituto de Crédito Oficial (ICO) forma parte del 'comité de sabios' conformado meses atrás por el líder socialista para diseñar el futuro programa económico del PSPV. Ahora bien, no aspira a un cargo político en el futuro y reconoce que enfrentarse a la cartera de Hacienda de la Generalitat hoy en día es un auténtico reto: "Si no se modifica el sistema de financiación autonómico es muy difícil encontrar una solución a la Generalitat", sentencia.

-¿Cómo lleva la colaboración con el equipo económico del PSPV?
Con Ximo Puig tengo una relación muy fluida. Lo conozco de toda la vida, o al menos desde hace unos 30 años. En la medida que él me pide cosas yo siempre estoy a su disposición para ayudarle, aconsejarle y asesorarle. Y en esa línea va mi colaboración.

-¿Si abandonara la fundación se centraría en la política?
El tiempo pasa para las personas y yo tengo 66 años. En las elecciones tendré 68. Es hora de que vengan otros ¿no? Hay que preguntarse una cosa: ¿Cuántos años de vida útil pueden quedarle a una persona que tiene 68 años? Me refiero para hacer cosas, para ir a la montaña por ejemplo... no quiero dedicárselos a la política, les toca a otros. La política de primera línea es una página pasada para mí.

-Sin embargo, la situación de la Generalitat es extremadamente complicada. La Conselleria de Hacienda es clave para definir el marco económico en el que nos vamos a mover en los próximos años. Es una razón de peso para buscar a alguien con experiencia en esta cartera. Rodríguez Zapatero, por ejemplo, lo hizo con Pedro Solbes...
-Si mal no recuerdo, Solbes tenía poco más de 60 años en ese momento. En cualquier caso, hay momentos en la vida en los que puedes estar dispuesto a hablar, aconsejar y a ayudar todo lo que se pueda, pero con tranquilidad y al ritmo que uno quiera.

-Hablando de aconsejar entonces, ¿qué le recomendaría al próximo conseller de Hacienda?
-Creo honestamente que si no se modifica el sistema de financiación autonómico es muy difícil encontrar una solución a la Generalitat. Esto no es de ahora, viene de hace mucho tiempo, pero se ha ido agravando. Hay un desfase de unos 2.500 millones y por muchos recortes que hagas, que incluso ya se han abordado en servicios básico y estratégicos, es muy difícil sacar esto adelante. No tiene sentido que una comunidad que tiene una renta per cápita del 12% o 13% inferior a la media sea además aportadora. O se negocia o nunca se equilibrarán las cuentas, porque no hay mucho más de donde cortar: sí, se puede adelgazar algo más el tamaño de la administración y son gestos que hay que hacer para la sociedad, pero eso traducido en dinero no te resuelve el déficit.

-Entonces, ¿cree que hay que devolver competencias?
-No. Hay que negociar.

-¿Piensa que un tripartito con PSPV, Compromís y Esquerra Unida tendría estabilidad?
-Creo que si se llega a un acuerdo razonable entre los tres, sí que sería estable. Pienso que, en general, las mayorías absolutas no nos han llevado a los mejores escenarios posibles. Tener que negociar un poco viene bien. Creo que sería mejor un partido con mayor peso con quien pactar una solución estable. De todas formas, estas cosas son para Ximo Puig, no para mí.

-En caso de que el tripartito fuera necesario para gobernar, ¿cree que habría muchas discrepancias?
-Al final las discrepancias en política son programáticas pero en muchos casos también son personales. Si hay buena voluntad y las personas son razonables pueden encontrarse soluciones consensuadas. La realidad económica se va a imponer desgraciadamente porque el mandato que venga ahora lo va a tener muy difícil y se va a tener que ser muy pragmático para encauzar las cuentas.

-¿Sería conveniente dejar la economía a un partido que no fuera el PSPV? 
-Las personas, cuando se enfrentan a la realidad, suelen ser sensatas. Al final la economía te impone tus límites y cuando te toca gestionar, muchas veces, simplemente se hace lo que se puede.

-Hablaba el otro día Ximo Puig de grandes pactos y existe la duda de si algún día podrá superarse la crispación que últimamente vienen arrastrando los grandes partidos entre sí. ¿Qué opina usted?
-El periodo que me tocó vivir en política fue bastante gratificante y mantengo buena relación con dirigentes del PP de aquella época. Había crispación que venía de Madrid, pero aquí se hablaba y se aceptaban enmiendas del PP. Hubo un momento en el que se tensó mucho la cuerda, diría que cuando José María Aznar estaba tratando de echar a Felipe González. En política puedes discrepar en tono razonable pero cuando se rompe la barrera más personal es muy difícilmente recuperable. Creo que haría falta una generación de políticos con poco pasado y con ganas de volver a pactar y consensuar cosas. La sociedad española necesita eso tanto a nivel nacional como autonómico. En esto, Ximo Puig es una persona de mucho consenso en general.

-¿En qué escenario estamos ahora y qué le falta al Gobierno de España por hacer?
-Cuando coges la evolución de los cuadros macroeconómicos se observa que aparentemente lo peor de la crisis ha pasado, que muchos de los desequilibrios que tú tenías se han ido solventando. Ahora bien, hay dos desequilibrios que van a pesar en la economía durante mucho tiempo. Uno es el mercado de trabajo y otro el déficit del sector público, que no hay forma de reconducirlo.

En cuanto al paro, hasta que la economía no crezca como mínimo al 1,5% -ahora el crecimiento del PIB está en el 0,1%- no se va a generar empleo sostenido. Puedes tener algunos buenos datos transitorios, como los de este último trimestre, pero no es sostenible.

El peligro que tenemos es que todavía faltan muchas cosas por hacer. Europa nos recordaba recientemente que el 60% de las reformas que debía hacer España seguían sin hacerse. Y ahí hay de todo: desde la reforma del sistema fiscal hasta la reforma del sector eléctrico, por citar dos ejemplos. Tengo la sensación de que el PP está repitiendo que hemos salido de la crisis y lo hace para no abordar unas cuantas reformas ‘gordas' y difíciles que tienen que hacer.