VALENCIA. Las marcas blancas pueden estar tocando techo y ante esa realidad las grandes empresas fijan nuevos objetivos en dotar de mayor valor añadido a sus productos. Por otra parte, España está convirtiéndose en un país de gente mayor y los empresarios esperan que haya un cambio en la política de natalidad porque se necesitan nuevos consumidores.
Francisco Javier Quiles, responsable de relaciones externas de Consum, se refirió en el desayuno organizado por Valencia Plaza con el patrocinio de Everis y Zenith al estancamiento de las marcas de los distribuidores (marcas blancas) respecto al crecimiento de las marcas de fabricantes.
Y lo justificó el directivo por dos vías: por una parte "porque el fabricante ha entendido que el diferencial de precio no puede ser tan elevado", y por otra, "por el cambio de hábito del consumidor, que llevará a que las marcas blancas no crezcan mucho más. Aunque hay productos en los que todavía no habían entrado (los de menos valor) como el agua, la leche, el aceite... Y cuando los han probado estoy convencido de que ya no los cambiarán. Por el contrario, con la recuperación del índice de confianza se está recuperando la sección de fresco, como solomillos, entrecot, etc. El producto de mayor valor el consumidor vuelve a demandarlos", resumió Francisco Javier Quiles.
Por su parte, el ejecutivo de Ubesol, Jorge Úbeda abundó en la línea abierta por Quiles: "La marca blanca ha tocado techo. Hay un punto de maduración. En el mercado inglés y alemán vale lo mismo una marca blanca que la del fabricante. Aunque la clave está en la innovación. En mi empresa hemos pasado de siete personas en el departamento de I+D a 37. ¿Por qué? Porque visualizamos que el gran consumo pasa por la innovación. No solo copiar, sino investigar, diferenciarnos. Además no estamos innovando únicamente por buscar la fórmula mágica de la pólvora, sino que estamos investigando la optimización de procesos, buscamos formas de innovar, primero dentro y fuera de la empresa. Es decir, no solo estamos buscando el producto mágico o estrella que nos vaya a solucionar todo, sino que hay que analizar los procesos, la distribución, la logística, etc, porque al final también nos van a ayudar y repercutirán en el precio, sobre el que la gente es muy sensible", subrayó Jorge Úbeda.
El catedrático de la Universitat de València (UV), Alejando Mollá, insistidió en la necesidad de creer en que "el consumidor es parte del producto. Para ello le hemos de preguntar ¿Qué promociones quiere? ¿Qué sabores? ¿Qué gusto?" En su opinión, el cliente ha de formar parte del proceso creativo para dotar así de mayor valor al producto.
LA IMPORTANCIA DE LA NATALIDAD
Por último, todos los ponentes coincidieron en apuntar la necesidad de políticas a favor de la natalidad. El catedrático de la UV recordó que "somos el país con más esperanza de vida pero vamos a ser los más viejos del mundo mundial". A su juicio, "no creemos en el futuro y damos bandazos en las políticas sobre esa materia", expresó, tratando de dejar aparte cuestiones ideológicas. Una aseveración que refrendaron los empresarios apuntando por ejemplo que "el gran consumo vive de los consumidores y no tendremos cantera para poder consumir sin ayudas e impulso a la natalidad", dijo Quiles, de Consum.
Por su parte, Tania Arastey, adjunta a la dirección de Bodegas Vegamar y Grupo Disber, y José Manuel Selma de Velarte profundizaron en la cuestión desde el punto de vista de la conciliación familiar. Selma recordó que en Londres son mucho más flexibles con el horario y los padres tienen tiempo para disfrutar de los amigos y de los hijos. "Aquí no lo hacemos porque no tenemos tiempo y es culpa de las autoridades", señaló. Mientras que Jorge Ubeda, de Ubesol, culpabilizó a la estructura de la economía española "porque el 80% o el 90% son Pimes, y que alguien coja la baja o una reducción de jornada es complicado, y más si es autónomo", manifestó. Pero Jose Manuel Selma insistió en que "en otros países se trabaja desde casa. En España parece que la aparición física continúa siendo demasiado importante", concluyó.
En esa línea de la discusión, Tania Arastey reflexionó sobre la complicada tarea de ser madre trabajadora en España: "Creo que es un error lo de trabajar desde casa. Porque si trabajas, trabajas. Yo me he llevado a veces trabajo a casa, lo he intentado a veces, cuando tuve a mi hijo, cogí el portátil y me dije 'estoy de baja, pero las cosas urgentes las voy a atender'. No puedes. O haces una cosa o la otra. Aunque es verdad que te ahorras el transporte y habrá situaciones en que te lo puedes permitir", apuntó.
Marcas blancas que tocan techo y nuevos productos que se ofertarán de la mano de un trabajo conjunto con consumidores. Son nuevas realidades que llaman a la puerta y que llegan sin un marco laboral (europeo) propicio a la conciliación laboral, con el cual los empresarios creen que se podría incrementar la competitividad. Un camino que queda por recorrer para el cual las empresas necesitarán de todo el apoyo de las administraciones.
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