VALENCIA. La plantilla de Feria Valencia afronta su tercer ajuste de plantilla y retribuciones en tres años. El director general de la institución, Enrique Soto, lo reconoció ante el comité de empresa al tiempo que se anunciaba la dimisión este miércoles de quien había sido el presidente durante 14 años, Alberto Catalá.
La fecha para su aplicación todavía no está cerrada, pero fuentes conocedoras del proceso apuntan para enero de 2014, una vez quede fijada la naturaleza jurídica de la institución y su alcance, la mitad de la actual plantilla, aproximadamente.
Feria Valencia es una entidad regida por un patronato en el que están presentes representantes de instituciones pública como el Ayuntamiento de Valencia y la Generalitat, así como patronales, Cámara de Comercio y representantes de los sectores implicados en los certámenes.
LA DOBLE NATURALEZA DE LA ENTIDAD
El pasado mes de marzo, el Banco de España estableció que debía ser considerada empresa pública, y ser auditada por la Sindicatura de Comptes, al proceder más del 50% de sus ingresos de dos entidades públicas como el Consell y el consistorio valenciano. Además, la administración autonómica debía sumar a su deuda actual otros 572 millones de euros de la institución, en su condición de avalista.
Desde Feria Valencia y desde el Consell se encaja esta decisión con prudencia e interpretando la afirmación del Banco de España de un modo matizado. Para ambas, el regulador debe tener en cuenta que no es una sociedad por acciones, por lo que la propiedad no está tan definida.
En todo caso, defienden que no se ha de entregar para su fiscalización la totalidad de las cuentas, sino que la Sindicatura se tendría que limitar a estudiar la parte que afecta a las aportaciones públicas. Si la entidad se fuera a mantener inmutable, esta estrategia podría alargarse en el tiempo, pero la voluntad de refundar la institución obliga a encajarla de una vez un marco concreto: o pública o privada.
EL DESDOBLAMIENTO DE FERIA VALENCIA
La entrada de Enrique Soto a la dirección general hace dos años ha ido encaminada a la redefinición de Feria Valencia para conseguir sanearla y volverla a hacer viable. En ese sentido, el proyecto pasa por quitar toda la grasa a la empresa y formar con lo que sí funciona una mercantil con futuro.
De este modo, se plantea dejar en una entidad la totalidad del complejo, con toda su deuda; mientras que se rescata la parte dedicada a la gestión de certámenes que sí podría ser viable. Esta segunda empresa se encargaría de organizar ferias en Valencia o en cualquier ciudad donde los expositores quieran estar presentes.
Para este escenario y para ajustar los ingresos actuales con los gastos, la plantilla de la actual empresa, cifrada en 198 trabajadores, deberá ser otra vez redimensionada, con el objetivo de que pueda ser asumible sin sobresaltos, no como ocurre actualmente.
TRES AJUSTES EN TRES AÑOS
Este sería el tercer ajuste colectivo aplicado en Feria Valencia desde enero de 2011, cuando se despidió a 106 de los 320 trabajadores que entonces tenía la empresa. Sin embargo, esto no fue suficiente y para mediados de 2012 tuvo que volverse a tomar medidas.
El recién llegado Enrique Soto expuso la situación de la entidad y negoció un recorte salarial para reducir los costes laborales en un 20%. Las mayores rebajas se aplicaron a la dirección, donde se recortó en un 58% el gasto estructural de 2013 frente a 2010.
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