VALENCIA. El proceso de reestructuración del sector público empresarial amenza para convertirse en un pozo sin fondo para las cuentas valencianas. El año pasado la Generalitat tuvo que inyectar hasta 1.347,88 millones de euros en 26 sociedades mercantiles y entidades de derecho público para tratar de equilibrar los balances agobiados por las pérdidas acumuladas durante años.
De ese total el grueso se lo llevaron la Entidad de Infraestructuras de la Genealitat (EIGSA), que recibió 542,22 millones de euros y Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana (FGV), en la que se inyectaron 421,37 millones de euros. A ellas se une un rosario de ampliaciones de capital de menor pero nada despreciable cuantía.
Según consta en la Cuenta General de la Generalitat Valenciana, la Generalitat realizó inversiones financieras permanentes durante 2012 en Cacsa por 42,12 millones, Proyecto Cultural de Castellón por 9,52 millones, Circuito del Motor por 40,85 millones, Ciegsa, por 57,28 millones, RTVV por 152 millones, Consell Valencià de l'Esport por 18,25 millones, Ivam, por 2,13 millones, Culturarts, 5,27 millones, Palau de Les Arts, 1,64 millones, SGR, 31 millones y Consorcio Valencia 2007, por 7,18 millones.
A estas ampliaciones de capital o del fondo social se unen otras que no superan el millón de euros. Solo hay un caso en el que la Generalitat haya registrado una desinversión positiva en el ejercicio, el Depósito Aduanero de la Vall d'Albaida SA, empresa de la que salió y recuperó 0,48 millones de euros.
El total de las inversiones financieras realizadas por la Generalitat, por tanto, ascendió a los ya mencionados 1.347,88 millones de euros durante el pasado año. Una cifra que más que cuadruplica lo que se inyectó en el ejercicio precedente, según los mismo datos de la Cuenta General.
El hecho de que en 2011 solo se realizaran ampliaciones por 340,72 millones y solo un año después se multiplicara por cuatro no obedece a situaciones extraordinarias acontencidas durante el año pasado -con algunas excepciones, como la de Circuito del Motor, que registra el impacto de la compra de la quebrada Valmor- sino que más bien responde a una situación enquistada en el tiempo que no se había afrontado en su momento.
De hecho estas ampliaciones y las operaciones acordeón que se han realizado a lo largo del año pasado y del actual, tal y como ya adelantó ValenciaPlaza.com, tratan de poner en claro la situación caótica de los balances de un sector público que el año pasado, pese a los intentos de contención, siguió perdiendo centenares de millones de euros.
Esas pérdidas, unidas al hecho de que varias de las empresas públicas siguen presentando fondos propios negativos pese a las últimas inyecciones de dinero público, auguran que la Generalitat tendrá que seguir rascándose el bolsillo para tratar de sanear su entramado empresarial.
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