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EL ETERNO PROBLEMA DE LAS FACTURAS EN EL CAJÓN

La cuenta 409

JOAQUIM CLEMENTE . 03/09/2013 Los 900 millones adicionales de financiación vía deuda que ingresará la Generalitat por el mayor déficit autorizado cubrirán las trampas del presupuesto de 2013

VALENCIA. ¿Cómo se cuadra un presupuesto cuando se sabe que se va a gastar más de lo que se ingresa? Pues con pequeñas trampas que consisten básicamente en hinchar los ingresos y fijar unos gastos inferiores a los reales. Esta práctica ha sido la norma en la elaboración de las cuentas públicas de la Generalitat Valenciana en los últimos años y tenía unas consecuencias evidentes: al final del año los distintos departamentos de la Administración autonómica acumulaban impagos por varios miles de millones de euros.

La cuestión es que esos impagos no eran solo consecuencia de la falta de liquidez para atender líneas presupuestarias que estaban definidas y para las que no alcanzaba el dinero, como las subvenciones o ayudas a entidades y colectivos. El verdadero problema que pone en evidencia que las cuentas públicas se cuadran de forma artificial son las conocidas como facturas en el cajón. Se trata de gastos que, en teoría, no deberían producirse pero que la realidad demuestra que son imprescindibles.

Esta situación se produce porque en los presupuestos se ha consignado por debajo de lo necesario el coste de determinados bienes o servicios que son necesarios. Un ejemplo ficticio:un hospital necesita al año vendas por valor de dos millones de euros. Sin embargo en el presupuesto solo se destina un millón y medio. Pero como las vendas son necesarias, cuando el dinero se acaba, el hospital las sigue comprando y no la paga. La factura, como no se puede imputar a una línea presupuestaria agotada, se guarda (figuradamente) en un cajón. Ese cajón es la cuenta 409, la de gastos sin consignación presupuestaria. 

El ejemplo figurado se ha elegido de la Conselleria de Sanidad precisamente porque es el departamento que más ha recurrido a esta práctica tradicionalmente. Cuando el año pasado el Consell recopiló todas sus facturas impagadas para presentarlas al plan de pago a proveedores del Gobierno, del total 4.069 millones, 1.850 millones correspondían a facturas en el cajón.

La Generalitat presumió en ese momento de haber hecho limpia y anunció que esa práctica no se volvería a reproducir, creando incluso un registro de esas facturas para evitar tener que hacer procesos de revisión de facturas como el que se hizo ese mismo año. 

Pero el descuadre presupuestario que se registró a finales del ejercicio, con más de 3.500 millones gastados de más, de los que solo 1.500 millones estaban financiados, evidencian que, de nuevo, se acumularon gastos no previstos, amontonando nuevas facturas en los cajones. 

El conseller de Hacienda, Juan Carlos Moragues, ha decidido poner coto a esa práctica. Al menos en su declaración de intenciones para la elaboración de las cuentas para el año que viene ha asegurado que se van a ajustar las consignaciones presupuestarias a la realidad. "Si una cosa vale 10 se pondrá 10 y no 8 para que cuadre", explican desde su entorno.

Pero de momento hay que hacer frente a lo que ya se ha acumulado este año y el pasado. De hecho, de los 900 millones adicionales que la Generalitat recibirá, vía deuda autorizada, por el incremento del techo de déficit del 0,7% con el que se elaboraron los presupuestos al 1,6%, se destinará a rebajar el volumen de esas facturas que no se han pagado porque no estaban previstos oficialmente.

Unos 900 millones que deben dar mucho de sí, según la intención de Moragues, ya que también deben compensar los 141 millones de euros que estaban previstos en las cuentas por la venta de patrimonio de la Generalitat y que no se han ingresado. De hecho, esta ha sido otra de las trampas recurrentes para cuadrar las cuentas autonómicas: incluir una previsión de ingresos por enagenación de inmuebles que nunca se ha producido.  

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1 comentario

Boro Inot de las Marismas escribió
03/09/2013 15:45

Y si el hospital necesita al año vendas por valor de dos millones de euros y en el presupuesto solo se pone un millón y medio y así durante años y años... ¿no hay ninguna responsabilidad?. Y si además en la empresa pública que está al lado del hospital o en la fundación o en la conselleria o en Presidencia se dedicaban a comprar bolsos, tabletas, chuletones, jamones, vacaciones, se ponían macrosueldos, etc. etc. etc y gastarse millones en las chorradas y subvenciones más inútiles del mundo (y no me refiero solo a las archiconocidas) .... ¿tampoco?. ¿...?

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