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VALENCIA. Vivir en Valencia es fácil, buen tiempo, buenos servicios, una ciudad cómoda. Sin embargo comer bien en Valencia no es tan fácil. La monotonía y la homogeneidad de los restaurantes locales, hace que sean muy de agradecer proyectos frescos, sin complejos y llenos de riesgo. Que sacuden nuestras acomodadas papilas gustativas.

Canalla Bistro es un lugar mucho mas complejo de lo que muchos piensan y en donde las apariencias engañan. No se si es casualidad o no, pero el Canalla se sitúa en la frontera entre el 'joven' barrio de Ruzafa y el 'viejo' Ensanche. En tierra de nadie, el lugar de los valientes, de los que son libres.

Parece que hoy en día la alta gastronomía es el resultado de un análisis antropológico de las personas y de su tiempo. En Canalla Bistro esto se entiende muy bien. Una cocina multicultural, con múltiples influencias y siempre abierta a los cambios y en continua búsqueda.

Las propuestas de Camarena esta muy lejos de esa comida que tanto nos disgusta de fusión. Sus platos son un recuerdo de sus viajes y de su memoria. Se encuentran entre un puesto callejero de Sanghai, un bar de pescaito frito de Cádiz, un restaurante trendy de Londres, o los locales mas alternativos de New York, sin olvidar la huerta Valenciana.

Canalla Bristro tiene algo muy difícil de tener hoy en día: sorpresa y personalidad. Cada pocos días cambian platos y menús. Pocos cocineros del nivel de Ricard arriesgan tanto como él, parece como que lo tiene todo claro, no duda. El Canalla es chulesco, faltón, engreído y gruñón, pero acerca su mano a tu cara, la acaricia, te dedica una sonrisa y te atrapa.

Ricard es un corredor de fondo, como todos los grandes profesionales de casi cualquier sector. No busca el reconocimiento fácil y rápido sino la construcción de un proyecto sólido y duradero. Seducido por sus viajes y posiblemente aburrido por lo evidente, busca el límite en los sabores, las aristas de las combinaciones imposibles y arriesgadas. Sin complejos.

El Canalla es su taller de ideas, su laboratorio en donde testa de manera práctica los platos más atrevidos, los que le salen de más adentro, los que se comería impulsivamente en ese momento. Ricard nos está diciendo: pasad de todo, no hableis tanto de gastronomías sesudas y disfrutar de lo que coméis.

Como se puede deducir después de todo lo antedicho, cuando se visita el Canalla Bistro hay que comer lo que te pongan, no pedir nada. Si lo haces, puedes perderte en una carta compleja de platos eclécticos. En cualquier caso, a continuación apunto alguno de los platos que no se deben perder en una visita a Canalla Bistro:

· Bomba de patata y sepia, mezcla de patata, taquitos de sepia y una mayonesa liguera con mucho perejil. Un plato fácil para todos los gustos y sabroso.

· Ensalada Chicken-thai. Una especie de ensalada valenciana a la tahilandesa con soja, cacahuetes, zanahorias...

· Bocata de cerdo Pekín. Uno de los mejores platos. Pan hecho en el restaurante al vapor y pasado por la plancha.

· Cortezas de patata, una divertida forma de hacer unas patatas bravas y de aprovechar las piel de las mismas.

·Nen vietnamita de salmón, queso y rúcula, un clásico para comer con la mano.

Cualquier plato que lleve pescado en adobo y la témpura de verduras con langostinos y una mayonesa picante de pimientas coreanas... Platos de los que ya les he hablado en otros artículos, como la hamburguesa con queso Comté, el sandwich de pastrami, el kebab y el postre de melocotón helado.

Muchos piensan que el Canalla es la segunda marca de Camarena, pero yo pienso que no. Creo que es el reverso de su restaurante gastronómico parte del mismo proyecto y pieza fundamental para comprender la gastronomía de Ricard. Está lejos de los aburridos gastrobares y de cualquier comidín económico. Para mí, un 44 sobre 50.