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María José Martínez: "Los empresarios valencianos desatendieron sus negocios en la época de bonanza"

MARÍA COSTA. 03/06/2013

Cerró su negocio de refinanciación de deudas y creó Beoptimus, una consultoría de reducción de costes 

VALENCIA. En tiempos de crisis las empresas tienen dos salidas: o crecer o recortar gastos, o personal. Esta idea iluminó a Maria José Martínez Maroto (Valencia, 1977) mientras iba diciendo adiós a su empresa de refinanciación de deudas debido al corte de suministro de los bancos. Creó Beoptimus, una consultoría de reducción de costes que incluye una central de compras. Empezó a trabajar con 14 años dando clases a niños, como relaciones públicas de discoteca mientras estudiaba. Quería tener su propia economía y no pedir dinero en casa. A los 18 años se compró una moto ACR, de las grandes y poco después decidió hacerse piloto de ultraligero, mientras preparaba ADE. "Mis amigas se buscaban un novio con moto, yo prefería hacerme motera".

Tras su paso por algunas empresas como directora financiera, decidió montar empresas. La primera para refinanciar la deuda de las empresas. Al cerrar el grifo los bancos viró y creo otra de protección de datos. Cuando la crisis azuzó y las empresas entraban en concurso, volvió a virar. Ahora reduce costes a las empresas cobrando solo un % del ahorro que generan. En poco tiempo ya cuenta, entre internos y externos, con 30 personas trabajando.

-¿Cuáles fueron sus primeros pinitos en el mundo empresarial?
-Primero hay que decir que me viene de familia y desde los 14 años he estado trabajando en muchas cosas para pagarme mis caprichos y no pedir un duro a mi madre. Hice diplomatura de empresariales y como me apasionaba la contabilidad estudié esta rama. 

-¿Cómo puede apasionarle la contabilidad?
-Desde la perspectiva de la auditoría, porque estuve trabajando en una asesoría y es verdad que me aburría como una ostra. Solo había que picar números. Sin embargo la parte analítica, de contabilidad y costes me encantaba. Luego seguí mis estudios en Londres, volví, trabajé en asesorías, empresas de import y export, y como no me gustó me puse a estudiar Administración y Dirección de Empresas.

-¿Y a partir de ahí?
-Conseguí puestos de directora financiera en dos empresas con grandes contactos, pero de pequeño tamaño. Sin duda no haber trabajado en una multinacional me ha permitido aprender más sobre el funcionamiento completo de una empresa. Eso sí me dejé el hígado en ambas, pero aprendí lo que no estaba escrito.

-¿Para qué le sirvió?
-Como un gran training para poder montar mi propio negocio. El primero se centró en ofrecer servicios financieros a las empresas, créditos, pólizas, préstamos, refinanciación, etc, pero al morir la banca tuve que reconducir la empresa. La transformé en una consultora de normativas. Eran buenos tiempos, había dinero y se podía hacer. ISO, protección de datos, etcétera.
 
-Detectaba necesidades de mercado y evolucionaba
-Efectivamente. Siempre hemos mantenido un punto independiente del proveedor. Cuando trabajábamos llevábamos varias entidades bancarias y en los análisis a empresas donde se veían sus necesidades de liquidez, su nivel de endeudamiento, la parte de activos... les dábamos la operación que necesitaban. Cuando los bancos empezaron a dejar de dar dinero y cerrar sucursales tuve que dar un giro de 180º en 24 horas.
 
-¿De ahí Beoptimus?
-Si porque llegábamos a las empresas y nos decían: no te puedo pagar. Ahora no lo necesito. Me da igual que sea una normativa. No tengo dinero. Entramos en concurso de acreedores...Lo que estaba claro era que las empresas necesitaban dinero. Así que como no soy una máquina de hacerlo, nos encaminamos a reducir costes. Ahora les generamos dinero y tiempo.
 
-¿Los empresarios valencianos son buenos como gestores?
-Falta un poco. Durante la época de bonanza se lanzaron muchos al ruedo sin estar totalmente formados en áreas financieras. Delegar tu empresa 100% en un asesor fiscal o director financiero no siempre es la solución. Hay que tener ciertos conocimientos. Se observa que ha habido cierta ineficiencia y descuido cuando las cosas iban bien.
 
-¿Entonces su idea empresarial es como el maná?
-Sí. Además he conseguido crear un proyecto en el que no vendo nada al cliente. No es un gasto más. Solo cobramos un tanto por ciento del ahorro que le generamos al cliente. Es decir si cobro 5.000 euros es porque le he ahorrado 10.000 euros al cliente. El trabajo implica ver qué gastos tiene y tras analizarlos vemos qué importes paga al año y con qué proveedores. Elegimos seis o siete categorías de gastos viables y realizamos una auditoria de un par de años. Vemos sus contratos de servicios y gracias a nuestra central de compras podemos ofrecer proveedores con mejores precios.




-La Comunidad Valenciana se caracteriza por tener miles de Pymes con 1, 2 o 10 trabajadores, ¿este servicio es también para ellas?
-De momento nos estamos dirigiendo a empresas con 500.000 euros de facturación anual, pero gracias a los cientos de acuerdos que tenemos con proveedores y a las muchas empresas que quieren que les echemos una mano estamos desarrollando una segunda línea, con una central de compras, para que se beneficien de esta economía de escala.
 
-¿Se imaginaba llegar a dirigir con 36 años un proyecto como éste?
-Tenía muchos sueños, este era uno. Hay días en los que, hasta me asusto. La otra noche en la gala de las telecomunicaciones alguien me dijo, hazte a la idea que dentro de cinco años tendrás que cambiar. Protesté, ¡déjeme disfrutar mi momento de gloria! Pero apenas dura. Es cierto que hay que ponerse las pilas porque las empresas de hoy ya no son como antaño que pasaban de padres a hijos y que siempre vendían lo mismo.

-¿Con qué otras cosas soñaba?
-Con pilotar aviones y me he quedado como piloto de avionetas de ultraligero. Me hice también radiofonista para poder comunicarme mientras volaba. Hasta hace poco era la única mujer de ultraligero. Hoy hay dos más. Me gustan esta clase de deportes. Ahora me estoy sacando el carnet de patrón de yate. Hice paracaidismo, pero lo dejé debido a una lesión. A veces creo que llevo tres vidas en una porque me da tiempo para todo.

-¿También está montando franquicias de este negocio?
-Sí porque he llorado mucho debido a los comerciales internos. He llegado a tener personas contratadas en la empresa que trabajaban como comisionistas en otras. He tenido que cargarme un equipo comercial entero y eso te hace sufrir lo suyo. Al final he generado un negocio para futuros empresarios que se benefician del know how, cuentan con formación inicial y continuada, asistencia permanente, marketing y Central de Compras. Si funciona bien la franquicia en la Comunidad Valenciana puede extenderse a otras, antes que lleguen los fuertes y grandes y nos tiren del mercado.
 
-¿Ha pensado en proponer su negocio de reducción de costes a los políticos españoles?
-Sí y de hecho lo propusimos.

-¿Dónde?
-En Ayuntamientos de pequeñas dimensiones de la Comunidad Valenciana. Nos encontramos con que ya tenían asignados los proveedores, que suelen ser personas de su entorno, con precios muy inflados. Lo mismo ocurre con las licitaciones. Vimos que muchas de ellas estaban dadas antes de salir a concurso. Así que de concurso público solo tiene el nombre.

-¿Os hizo desistir?
-Sí. Presentamos muchos informes en los que se veía que se podían ahorrar hasta un 40% del gasto actual. Luego me decían: "Mira Mª José, es que esto lo tiene que hacer fulanito, esto otro menganito"...así que para que te den la bicicleta o el tractor que lo lleven ellos y sigan inflando precios. Las decisiones que toman en la mayoría de las ocasiones se deben a compromisos personales no a criterios de eficiencia, aunque te lo vendan así.

-¿El origen de su empresa es el sentido común, por qué falla tanto?
-Falla porque cuando uno está en la vorágine de la empresa, con pagos, personal enfermo, ventas débiles...el estrés se dispara y no encontramos sentido a lo que hacemos. Cuando uno tiene paz desatasca las tuberías de lo que va mal en su empresa.
 
-¿Hay muchas empresas similares a la suya?
-Hay bastantes empresas de categorías de gastos. Energía, telecomunicaciones, consultoras sin centrales de compras, etc, pero no como esta.

-En crisis han salido empresas como setas que te ayudan a innovar, renovar tu tecnología, encontrar países donde invertir... ¿En qué se diferencia la suya de las demás?
-Creo que se complementa. Una empresa tiene que sumar muchas cosas. Formarte e incluso cambiar tu modelo de venta. No te puedes quedar estanco. Es como la moda no puedes ir siempre vestido con la misma ropa. Hay que formarse, innovar, buscar expertos adecuados, etcétera.
 
-¿En qué se pierde más dinero en España?
-En las dietas, en los viajes... en todo lo que son gastos de representación.
 
-¿Cuántas horas se pasa delante del ordenador?
-Duermo con mi I-pad. Si me desvelo me pongo a mirar el correo. No obstante desconecto una hora yendo a correr o practicando spinning. Eso sí aprovecho el tiempo, porque corro escuchando las lecciones del curso de patrón de yate.

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1 comentario

03/06/2013 08:47

Sin lugar a duda un edificio se vendía rapido mientras duro el "ciclo" las empresas producian mas dolores de cabeza ¿no? y ¿ahora que? con todoa o parte de la industria valenciana desmantelada, con todo el soporte finaciero autonomico fundido y quebrado es evidente que algunos que no han sido constante como Mercadona miran ahora de reojo a sus antiguas empresas que al menos producían riqueza colectiva y les permitía dejar algo para el futuro de sus hijos o trabajadores.- Atte Alejandro Pillado Marbella 2013

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