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Antonio Garrigues: "Todas las crisis acaban y España estará bien colocada cuando esta acabe"

MARÍA COSTA. 04/03/2013 Abogado de altura y de largo recorrido, opina que hay que dejar trabajar a la justicia  aunque sería deseable que fuera más rápida. Cree que ha llegado la hora de que los partidos cambien, en la salida de la crisis y en la recuperación de la economía

VALENCIA. Antonio Garrigues Walker (Madrid, 1934), se hizo cargo con 27 años de la firma creada por su padre y su tio, Antonio y Joaquín Garrigues Díaz-Cañabate, y la hizo crecer. Más de 2.000 empleados y la presencia de la firma en 14 países avalan la labor de este reconocido jurista. En su larga trayectoria ha destacado en lo profesional como experto legal en inversiones extranjeras en España, ha asesorado a grandes multinacionales y al Gobierno español en materia de inversiones extranjeras e hizo sus pinitos en política, ala liberal, que abandonó tras lo que consideró un rotundo fracaso.

En lo personal destaca su afición por el teatro. Ha escrito más de 50 obras y sólo ha estrenado una, "El silencio y la belleza", ante el gran público y en el Círculo de Bellas Artes de Madrid; las otras, las representa en el pequeño teatro que construyó en su casa, y para un reducido grupo de amigos.

-¿Político por vocación y jurista por tradición familiar?
-En efecto. Algo hay de ambas cosas. Mi intervención en política fue en 1982 intentando una actuación reformista, primero creando el Partido Democrático Liberal y más tarde con el Partido Reformista Democrático que impulsó Miquel Roca. Unos intentos que como todos saben salieron muy mal. La gente nos animó diciendo que no era el momento para aquel proyecto, pero creo que en realidad era una operación demasiado compleja y no supimos transmitir de una manera clara cuál eran nuestros objetivos.

-¿Nunca le rondó la tentación de volver?
-Más bien lo contrario. Me rondó la de no volver a acercarme a una acción política directa. El fracaso fue suficiente para no volver a dar la lata a la ciudadanía.

-¿De aquellos tiempos a los de ahora los políticos han cambiado?
-El estamento político español como el del resto del mundo está pasando una fase crítica muy delicada. Lo que ha ocurrido en Italia es significativo. Llama la atención que uno de cada cuatro italianos haya apoyado al cómico genovés Beppe Grillo lo que pone de manifiesto la gran desafección de los ciudadanos por la política. Algo similar está pasando en todos los países, incluido EE.UU. Al estamento político le ha llegado la hora de recomponerse y regenerarse. Es algo que tienen que hacer, aunque antes tienen que reconocerlo. En el debate del Estado de la Nación ya se vio que los políticos españoles se están dando cuenta. Ahora, tienen que reducir esa desafección para aumentar su credibilidad.

-Sin embargo a los ciudadanos les llama la atención la lentitud de la respuesta de los políticos ante algunos de los hechos que están ocurriendo.
-En el caso Bárcenas vamos a ver cómo acaba. En esta clase de temas lo mejor es no vivir solamente de la visión de los medios de comunicación, aunque sea respetable. Lo mejor es ver lo que ocurre judicialmente en las próximas semanas. Creo que se ha avanzado adoptando medidas cautelares como la retirada del pasaporte. En todo caso creo que los partidos políticos no pueden seguir jugando, ni mantener esquemas como "tú eres más corrupto que yo", o "tú tienes más corruptos que yo en tus filas". Hay que adoptar medidas.

-Como...
-En primer lugar agilizar la Ley de Transparencia para que tanto el sistema público como el privado sea más transparente. En segundo lugar tienen que modificar sus estructuras internas porque los partidos demócratas no pueden gestionarse con realidades antidemocráticas. En tercer lugar tienen que clarificar el sistema de financiación. No obstante hay que insistir en el que el tema de la financiación política no es un problema únicamente en España, es un problema en todo el mundo. Las cuentas de los partidos políticos pueden ser perfectamente transparentes. Hay que presionar para conseguirlo.

-También para recibir explicaciones más claras. ¿Qué opina de las últimas de Cospedal respecto a la indemnización de Bárcenas?
-Creo sinceramente que no podemos vivir permanentemente con informaciones parciales. Vamos a ver y esperar a que la justicia avance en estos temas. Se ha reclamado celeridad en la justicia porque no podemos vivir sólo y exclusivamente de la interpretación de los medios de comunicación. Sin duda los medios están haciendo una labor ingente de denuncia y crítica pero no pueden convertirse en un sistema paralelo de interpretación. Lo que hay que hacer es pedir a la justicia que vaya más rápido. Es la única forma de tranquilizar a la ciudadanía y avanzar.

-Usted ha sido el fundador del capítulo español de Transparencia Internacional sobre el proyecto de la Ley de Transparencia ¿cree que esta ley solucionará la corrupción en España?
-La Ley de Transparencia por sí misma no elimina la corrupción, pero lo que se ha demostrado es que en los sistemas donde funciona la ley favorece notablemente la lucha contra la corrupción. Estamos viéndolo a nivel internacional observando que en los pueblos donde se aplica la ley mejoran sus índices de lucha contra la corrupción. Lo que se ha demostrado es que los políticos tienen que sacar esta ley y además con celeridad, porque por un lado somos el único país europeo que no la tiene y porque permitiría que recuperaran parte de la credibilidad que han perdido. La ley permitirá que los ciudadanos puedan saber todo lo que les interese de los estamentos públicos, excepto aquellos temas puntuales que afecten a la seguridad nacional.

-¿Y qué opina de la medida adoptada por el Gobierno de evitar que el Monarca y la Casa Real se sometan a esta ley?
-La ley debe afectar a todo el mundo. Además no creo que la Casa Real tuviera especial inconveniente en someterse a la misma. También hay que recordar que hay leyes de transparencia en Europa donde la Casa Real está incluida y otras en las que no. Por ejemplo, Suecia y Holanda no la incluyen. Inglaterra, sí. En todo caso no creo que sea transcendental su inclusión o no.

-Otro de los hechos a los que hemos asistido en los últimos tiempos es el de aprobar leyes que luego han quedado en papel mojado, ¿puede pasarle a esta ley lo mismo?
-Espero que no porque en los países donde funciona cumple su función. Es cierto que esta ley no elimina la corrupción, pero lo pone más difícil. Y de eso se trata. Además de este mecanismo habrá, sin duda, que adoptar otros. La opacidad de las cuentas de los partidos políticos, sindicatos y mundo empresarial tienen que ir acabando. Y así poco a poco tendremos un país mejor, porque de eso es de lo que se trata.

-En una ocasión reciente manifestó que era posible salir de esta crisis solo con buenos mensajes, ¿sigue pensando lo mismo?
-En estos momentos la crisis es para todos. Está mal España, pero también Francia, Alemania, Italia, etc. No somos el peor país del mundo. Si las medidas no resultan tan rápidamente eficaces es porque todos los países están mal. Los países emergentes han dejado de crecer y los desarrollados viven una crisis económica profunda. Si todo el mundo estuviera creciendo, España crecería. De todos modos creo que esta crisis acabará, porque todas las crisis acaban. Y en ese momento veremos que España está perfectamente colocada para beneficiarse de un periodo de crecimiento.

-¿Usted cree que más que en una crisis estamos en un cambio de época?
-Sin duda por tanto todos los estamentos públicos y privados tendrá que adaptarse a las nuevas realidades culturales, tecnológicas, económicas, etc. Uno de los problemas es que en España, como buen país latino, la resistencia a los cambios es mayor que en un país anglosajón. Nos asustan los cambios.

-¿Tiene usted la sensación de que pese a todo, nunca pasa nada? Por ejemplo Bárcenas acaba de anunciar que tiene 38 millones en cuentas extranjeras y el PP sigue sopesando si le va a interponer o no una querella.
-Vamos a saber qué pasa. Está en manos de la justicia y a lo mejor pasan cosas. Menos rápidamente de lo que esperamos, pero pasarán, estoy seguro.

-A los 27 años heredó la firma jurídica Garrigues, ¿se sentía preparado o fue una cuestión de responsabilidad?
-Me quedé sólo. Al irse mi padre de embajador a EE.UU la solución fue aceptar esta responsabilidad. Maduré rápidamente.

-¿A los jóvenes de hoy les ve igual de preparados que usted cuando llegó a la cima?
-No, están mucho más preparados, pero a la vez están mucho más confusos. El tema del desempleo es un drama espectacular y por tanto lo que ven les genera miedo y mayor confusión.

-¿Podremos generar trabajo y evitar que la juventud siga saliendo de España?
-Creo que es sano que salgan fuera. Además tienen la obligación de buscar su futuro y aplaudo este tipo de iniciativas lejos del colchón familiar donde tienen que demostrar no solo sus aptitudes intelectuales, sino también las de supervivencia.

-¿Se aventura a dar fechas de salida de la crisis?
-No, pero todo el mundo piensa que España a finales de este año empezará a dar síntomas de crecimiento. Si es así podremos darnos por satisfechos. En cualquier crisis el factor psicológico es el dominante, en cuanto la gente vea que las cosas mejoran, volveremos a sentir estabilidad.

-Creo que ha estrenado por primera vez una de sus obras de teatro con actores amateurs como: Carlos Rodríguez Braun, doctor en Ciencias Económicas y catedrático de Historia del Pensamiento Europeo de la UCM; Jhonny Aranguren y Lupe Barrado, empresarios de Becara, y Elena Herrero-Beaumont, consultora de Vinces. ¿qué tal la experiencia?
-Muy agradable, seguramente será el inicio de otras puestas en escena.

-Por cierto, ¿con 50 obras escritas por qué no se animó a estrenarlas antes?
-Defiendo la idea de que tiene que haber teatro profesional y amateur, igual que hay deporte profesional y amateur. Me considero un autor y director amateur, como lo son mis actores y mis actrices.

-La que estrenó recientemente en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, titulada "El silencio y la belleza" trataba sobre el triunfo de las apariencias, ¿cuál es su temática preferida?
-Casi todas abordan cuestiones de convivencia y comunicación. Está vinculado con el teatro del absurdo que siempre trata temas sobre la sociedad y el hombre en clave de humor.

-¿Cree que el teatro español aborda a fondo la actualidad económica y política española?
-Creo que adolece de esto. Empiezan a hacerlo, pero muy lentamente. El teatro español debería también abordar los daños que puede ocasionar la crisis económica y los defectos de solidaridad que hay en el mundo.

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