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Cristina Llanos y el resto de Dover

VALENCIA. Curioso cuanto menos resulta ver en la cartelera a Dover, un grupo que reventaba campos de fútbol, pasearse por salas pequeñas (aunque entrañables) como Loco Club. Los tiempos han cambiado mucho desde que se convirtieron en una de las bandas españolas de referencia de los 90. Tenían madera de grupo de indie -con su primer trabajo (Sister, 1995) se ganaron el respeto de la revista Mondo Sonoro y Radio 3-, pero a sus seguidores les debió sentar mal su éxito y decidieron condenarlos acusados del peor delito que se puede atribuir a una banda: ¡se comercializaron!

A algunos les sentó mal el primera cambio de estilo -con Follow the city lights, 2006, que no estaba nada mal- pero lo que no pudieron perdonarles (y con razón) fue I Ka Kené (2010), una apuesta fallida por los ritmos africanos.

Veinte años se cumplen ahora desde que las hermanas Amparo (la guapa) y Cristina Llanos (la otra) se juntaron con Jesús Antúnez y Álvaro Díez y alumbraron Dover, una apuesta claramente influida por el sonido grunge de Nirvana. Había muchas formas de celebrar la efeméride, pero han apostado por la opción tan en boga en estos tiempos de desempolvar su mejor trabajo (The Devil came to me) y volver a pasearlo por los escenarios. Hicieron la prueba en la sala Sol (Madrid) y funcionó. De ahí salió la gira que ahora llega a Valencia.

Criticar es fácil; negarles el mérito, absurdo. Quizás si un miembro hubiera muerto en accidente y otro estuviera enganchado la gente aún les respetaría, pero su problema fue un éxito tal que logró que su música sonara en anuncios de todo tipo (desde Radical Fruit a Givenchy). Paranoias de gafapasta aparte, verlos recuperar lo mejor de ellos mismos en una sala pequeña es un regalo para sus fans que crecieron en una época muy lejana en la que la música no se bajaba de Internet sino que los CDs se ‘tostaban'.

· Dover actúa el próximo 18 de enero en la sala Loco Club (C/ Erudito Orellana, 12. Valencia). Horario: 22 h. Precio: 20 euros (15 euros anticipada).