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Rita la lagartija aprende chino

JAVIER CAVANILLES. 10/11/2012 La creadora valenciana Irene Blasco convierte su cuento más famoso en una 'app' pensada para 1.300 millones de lectores

VALENCIA. Rita la Lagartija llegó al mundo en 2006 y, desde entonces, sigue cautivando a jóvenes lectores por toda España. Pero ahora le espera un nuevo desafío: hacerse global. Tras algo más de un año de trabajo, la autora valenciana Irene Blasco ha lanzado la versión app de las divertidas andanzas de su personaje más querido. El proyecto apunta alto: la primera versión incluye versiones en inglés y chino. La dibujante prefiere no extenderse sobre cómo está la situación en España, pero considera que con las posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías ya no tiene sentido pensar en clave de mercado nacional.

Que la app no sea cara ha sido importante y por eso ha salido a la venta por 2,39 euros "para que el precio no sea un obstáculo", señala Blasco. El volumen de ventas puede ser la clave para que lo que ha sido una experiencia personal y empresarial basada en el voluntarismo pueda convertirse en el embrión de un proyecto editorial más ambicioso. Desde su punto de vista los cuentos infantiles son universales y, aunque se niega a pensar en los niños como un mercado, es consciente de que eso tiene muchas ventajas. "Y no lo digo sólo desde un punto de vista de las ventas sino también por la posibilidad de entablar una conexión cultural", añade.

Aunque empezó dedicándose exclusivamente al diseño industrial, Irene Blasco no es una de esas personas deslumbradas por las nuevas tecnologías y le costó dejar el papel. Fue su colega Ajubel, que además ha colaborado en la dirección artística, quien la animó a dar el salto a los dispositivos electrónicos. Y se terminó de decidir al ser consciente de que por primera vez podía tener el control total de proyecto, tanto a nivel creativo como comercial.

En este proyecto no ha encontrado más filtro ni intermediario que Apple, lo que tiene como contrapartida que el autor está solo y está obligado a tener una visión global del proyecto. Una sola persona es ilustrador, autor, diseñador, editor y como también hay que asumir después la parte comercial, promoción incluida, la ilustradora también se ha convertido publicista. De momento, la iniciativa no ha podido tener mejor comienzo: Appel Store la colocó la primera en su lista de novedades la semana de su lanzamiento.

Para llevar a cabo un proyecto como la versión app de Rita la Lagartija hacían falta tres cosas: tiempo, dedicación y dinero. Ella sólo tenía las dos primeras así que buscó la manera de realizarlo con coste cero (o casi). Un anuncio en un foro le permitió ponerse en contacto con Divertap, una empresa afincada en Barcelona con experiencia en el sector del desarrollo de apps y con muchas ganas de innovar. Esta firma también se entusiasmó con el proyecto ha sido la encargada de aportar el apoyo tecnológico. Irene Blasco no duda en calificar de "gran trabajo" su aportación.

Cómo llegar al mayor público posible

Probablemente no hiciera falta un MBA para llegar a una conclusión: el secreto de una app está en conseguir llegar al mayor público posible, y el mercado español no invitaba al optimismo. Así nació la idea de salir con varios idiomas a la vez. Desde su punto de vista esta cuestión era fundamental y apostar por el inglés, lo más lógico al tratarse de el público más amplio. Por otra parte, el chino es el mercado que más rápido está creciendo en los últimos años, así que no dudó a la hora de escogerlo como un segundo idioma. En los próximos meses se añadirá el alemán, y luego se incorporarán el ruso y el japonés. Confían en que el árabe, el hindú y el francés completen la lista a medio plazo.

Así, sin casi haber tocado un smartphone o una tablet, "y con el atrevimiento que nace de la ignorancia" -añade- decidió embarcarse en este proyecto que le ha llevado más de un año, y en el que ha invertido una media de cinco o seis horas diarias. Normalmente, una iniciativa como esta se realiza en un estudio con más profesionales y es fruto del trabajo en equipo, pero eso implicaba disponer de un dinero que no tenía.

Al principio, la parte más sólida del proyecto eran las andanzas de Rita, una lagartija que se cree camaleón y que es una auténtica institución entre los lectores españoles más jóvenes. En 2006 cosechó el premio al Libro en Valenciano Mejor Ilustrado y, desde entonces, es una presencia obligada en las librerías infantiles de todo el país. El material de partida era bueno así que el reto era conseguir trasladarlo a un nuevo lenguaje como es el de las app sin caer en el error de hacer un calco digital del libro en papel. Tenía claro que había que aprovechar al máximo las posibilidades que ofrece este nuevo lenguaje.

 

La primera parte del trabajo consistió en ver lo que se estaba haciendo, también para ir valorando lo que se podía llegar a hacer a nivel técnico. Lo que más le sorprendió fue lo bajo que era el nivel en general. Muchos de sus colegas, buenos ilustradores, aún no se han animado a dar el salto y constató que era más que evidente que detrás de la mayoría de las apps no hay ningún profesional de la imagen, sino que eran programadores los que asumían la tarea, explicó a ValenciaPlaza.com.

Un nuevo lenguaje al servicio de la historia

Por otro lado, tampoco quería coger a Rita, ponerla a caminar y añadir algo de música. Había que explorar todas las posibilidades que ofrece este nuevo lenguaje a medio camino entre el libro digital, el juego y el vídeo, casi como si fuera una nueva gramática. Luego, había que ponerlo todo al servicio de la historia.

Además había que aprovechar que la estructura de este nuevo lenguaje ya no es lineal, como en el papel, sino que permite jugar con el tiempo y el espacio. Así dio con una especie de gramática que los niños captan sorprendentemente rápido. "Es evidente que se manejan con estos dispositivos mucho mejor que algunos adultos", apunta.

Blasco confía en que Rita sea el primero de sus libros que llegue a las plataformas digitales, pero no el último. En el futuro, su idea es apostar más por el trabajo en equipo pero con este primer libro quería hacerlo todo, desde las animaciones y los 250 elementos interactivos que incluye hasta los efectos sonoros. Aún así, insiste en que no ha trabajado sola: "Divertap, Ajubel, Francis García con la música... todos se han volcado".

No tener dinero era un problema, pero considera que es más viable un proyecto sin financiación que sin ideas. Otro factor a tener en cuenta es la posibilidad de sumar las competencias de gente separada por cientos, a veces miles, de kilómetros. El responsable de la adaptación al chino, Zhenyu Tan trabajó desde China. Aún así, más importante era mantener una comunicación constante con Divertap, en Barcelona. Gracias a herramientas como Teambox, Dropbox o Skype eso no supuso ningún obstáculo. Trabajar en equipo también se ha globalizado.

Irene Blasco ve el futuro con cierto optimismo: "Estamos ante un lenguaje bastante reciente. Hay todavía mucho que explorar e investigar y cada vez el listón va a estar más alto", afirmó. Por eso considera que la clave es subirse al tren antes de que se escape y por supuesto, "disfrutar del viaje", concluye.

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