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VALENCIA. El siglo XXI ha puesto patas arriba a la industria discográfica. En tan solo 15 años -desde que a mitad de los 90 llegaran con fuerza a España- la música en directo se ha convertido en el principal sustento para artistas y sectores económicos vinculados en el país, mientras dentro y fuera del país se acumulaba una vertiginosa caída en los ingresos por la venta de música. Aunque 2014 supuso el primer balance positivo tras 12 años consecutivos de caídas en esas ventas, no ha sido hasta el primer semestre de 2015 cuando el streaming y el resto de formatos digitales han superado el constante declive de la comercialización de ediciones, siempre según datos de Promusicae.

La asociación que reúne a la mayor parte de productores y discográficas españolas ha sumado una facturación de 70 millones de euros en el primer semestre de 2015. Esto ha supuesto un incremento del 10,9%, superando por primera vez en el país las ventas digitales a las físicas. Si la tendencia se mantiene en el segundo semestre la cifra total todavía quedará muy lejos de los 173,5 millones de euros que facturó la música en directo en 2014, según los datos publicados en el VI Anuario de la Música en Vivo realizado por la Asociación de Promotores Musicales (APM). Una circunstancia en la que los festivales suponen una parte del pastel notable, rozando el millón y medio de personas solo en el top 10 de esos eventos.

Cada vez más eventos y más empresas invierten -con capital local o extranjero- en la puesta en marcha de estos festivales, aglutinadores de estímulos y en los que la experiencia musical es el principal -pero solo uno más- ingrediente comercial. La mercantil impulsora de los eventos Scream Festival y Electrofallas ha impulsado este mes de agosto el Medusa Festival, con un impacto de tres millones de euros en Cullera, localidad que defiende estos datos y que ha acogido un certamen con primeras espadas de la música electrónica global como Steve Aoki, Dimitri Vegas o Diplo. 

¿Y SÍ LOS ARTISTAS FALLEROS ENCONTRASEN NEGOCIO EN LOS FESTIVALES?

Las 67.000 personas que se reunieron en este festival a lo largo de los días 13, 14 y 15 de agosto se encontraron con el escenario más grande montado en España, según los datos que maneja la organización. 60 metros de ancho por 20 metros de alto que acogían una novedad en los múltiples festivales españoles: una gran escenografía al estilo de los grandes eventos de música electrónica tales como Tomorrowland (Boom, Bélgica), Ultra (Split, Croacia) o The Qontinent (Wachtebeke, Bélgica). Un escenario que ha realizado el artista fallero Fede Alonso, profesional que ha plantado fallas en localidades como Dénia, Alcira o en Sección Primera para la falla Joaquín Costa-Conde Altea.

Alonso, que ya realizó una calavera de grandes dimensiones para el evento Scream Halloween Festival, recibió el encargo para el Medusa Festival de crear una escenografía para el escenario gigante. La solución, un gran tiburón de 16 por 15 metros, acompañado de medusas, estrellas de mar y detalles ornamentales de gran tamaño. El equipo que Alonso ha puesto en marcha para tal empresa ha sido de cinco personas: "hemos trabajado durante cuatro semanas, en un periodo que además no supone una molestia para los proyectos falleros en los que estamos inmersos".

Fede Alonso, que firmará monumentos falleros en 2016 para comisiones de Vil·lanova de Castelló, Pego, Algemesí y su propia localidad, Cullera, entiende esta vía de negocio como "una parte más de un evento cultural en el que el espectáculo es el gran componente. Además del propio escenario hay pirotecnica, confeti, un trabajo de videodisckjockeys increíble y nuestra aportación que es más estática pero que da imagen al festival". Lo cierto es que el tiburón del Medusa Festival ha hecho las delicias -especialmente para la organización- en las redes sociales, entre asistentes y no asistentes al certamen. 

Con el festival belga de Boom como referencia, los organizadores del Medusa Festival quisieron colocar al festival valenciano dentro de este ámbito con una propuesta artística que trataba de acompañar los habituales escenarios Layher cubiertos únicamente en toda la oferta festivalera por lonas. "El reto era, a diferencia de una falla, enfrentarnos a un gran plano posterior que iba a estar recibiendo aire constantemente", apunta Alonso. La parte delantera, el relieve con la cabina del disckjockey insertada en las fauces del tiburón, sirvió de colchón visual además para algunos profesionales de la iluminación de conciertos, entre los que el artista fallero destaca el concierto de Dimitri Vegas y Like Mike.

"Disfruté muchísimo con este concierto porque, además de ver a muchísima gente bailar, vi como el trabajo que habíamos hecho se hacía aún más grande gracias a la labor de los profesionales de luces de este show, técnicos de primera línea a nivel mundial", señala Alonso que, no obstante, asegura que su obra para esta primera edición del Medusa Festival "incluso ha sido algo sobrevalorada. Podemos hacer mucho más y es importante que el resto de festivales se den cuenta de que con una inversión muy pequeña con respecto a la producción del evento se puede dar mucho más espectáculo y experiencia al festival".

UNA IDEA DE SERVICIO INTEGRAL

Alonso defiende el papel de los artistas falleros en un mercado todavía por explotar: "no solo en España, sino fuera. Nosotros ahora ya pensamos en ideas para las próximas ediciones de estos festivales". Además, añade que también cuenta algunas ventajas para una producción "rápida", ya que "los acabados no han de ser tan finos como en una falla".La perspectiva de campo, las dimensiones y las posibilidades de un incentivo visual más para estos eventos no están tan lejos de los creativos valencianos. De hecho, tal y como ha podido saber ValenciaPlaza.com, el escenario principal de Tomorrowland 2015 contó con la participación de un arquitecto valenciano, una realidad que abre todavía más el abanico a los profesionales vinculados a la escenografía que podrían encontrar en este creciente mercado una nueva vía de negocio.

En el caso del gremio de artistas falleros en una estacionalidad, la de verano principalmente, que no genera conflicto de fecha ni producción con las Fallas. A nivel internacional una de las empresas que trabaja con algunos de los festivales que más invierten en estas macroescenografías de escenarios es Gigant Stage. Esta empresa, con sede en Holanda y Bélgica, ofrece un servicio integral partiendo de una base de ingeniería y es el referente europeo para este tipo de instalaciones con servicios integrales de escenarios Lahyer y algunas de las producciones en este ámbito más espectaculares en el continente, como las mencionadas de Tomorrowland.