VALENCIA. Siempre da gusto decir que has entrevistado a un grupo cuando empezaba, cuando en España apenas era conocido -aunque parezca increíble, hubo una época en la que había que hacer un esfuerzo para que determinada música encontrara su lugar aquí- y que ha terminado siendo un nombre importante. Antes de la consolidación de Internet esto era lo habitual: a los artistas nuevos se llegaba por hambre de información e instinto.
Por supuesto, las discográficas locales también ponían de su parte. Cerremos los ojos durante unos instantes y recordemos un tiempo no muy lejano -hace 20 años, por ejemplo, quizá algo menos- en el que la música alternativa había abierto un nuevo mercado en Estados Unidos y Europa. En España la cosa iba a otro ritmo, as usual, y convencer a los medios de comunicación, tanto los generalistas como los especializados, de que un nombre nuevo valía la pena, no siempre era fácil. Entre otras cosas porque para un sello discográfico grande, el objetivo es vender un producto. Para ellos ese producto siempre rebosa calidad, incluso cuando carece completamente de ella.
OXÍGENO PURO
Tuve la oportunidad de entrevistar a unos casi debutantes llamados Air en esas circunstancias. En su discográfica trabajaba Yann Padrón, ejecutivo del que acabé siendo amigo. El sello en cuestión, Virgin, era muy receptivo a toda esa nueva oleada de nuevos talentos asociados a lo alternativo -grunge, electrónicos, Britpop...- Yann solía entusiasmarse con muchos de esos artistas nuevos, algo que en la multinacionales no siempre ocurre, ni entonces ni ahora porque al final los objetivos comerciales mandan y la presión para vender lo que tiene que vender, que por lo general es menos interesante a nivel artístico, es agobiante.
Cuando sabía que el lanzamiento en cuestión podía gustarme, contaba conmigo para ayudar a introducirlo en los medios escritos. En 1997, Air eran uno de esos nombres. A favor tenían que eran franceses, cuando Francia empezaba a postularse como factoría de lo cool -en realidad siempre lo fue-, uno de los primeros países no angloparlante que rompía con la hegemonía del pop británico y norteamericano. Con los años se sumarían Alemania, Suecia, Noruega, Islandia y algún otro, pero en aquel momento, la ofensiva moderna europea procedía de Francia, con Daft Punk a la cabeza. Air tenían a su favor un tema llamado ‘Modulor mix' que no se parecía a nada de lo que se hacía entonces.
LOCOS POR JEANETTE
Nicolas Godin y Jean Benoît Dunckel eran muy divertidos. Muchos artistas lo son en privado aunque se desenvuelvan en situaciones públicas, pero ellos tenían ese desparpajo francés que es un poco como el nuestro pero como más estrambótico y a la vez más intelectual. Durante la entrevista y la sesión fotográfica que realizaron para Tentaciones, no dejaron de sorprender. "Somos fans de Jeanette -decía Nicolás-. Nos vuelve locos "Porque te vas". En Francia tuvo mucho éxito". "Yo la conozco de cuando era pequeño. ¿Sigue cantando?", preguntaba Jean Benoît.
Se sorprendieron al conocer las peculiaridades del resto de su repertorio, como por ejemplo, su gran éxito español, "Yo soy rebelde" -les tradujimos el estribillo al inglés para que lo entendieran bien: "I'm a rebel because the world made me so", y como les fascinaba descubrirla desde esa perspectiva costumbrista local, se pusieron todavía más contentos cuando les conté que Jeanette también tenía una titulada "Voy a tener un niño", donde la protagonista se veía en el trance de explicarles a sus padres que estaba embarazada siendo soltera. A Jean Benoît no le condicionó lo más mínimo el dato. Cuando uno admira a alguien de verdad, lo admira en cualquier circunstancia. "Tiene un estilo tan especial, el modo en que canta "Porque te vas" es único", decía.
"Nos gusta tanto que hemos compuesto una canción en su línea -anunció Nicolas-. Nos encantaría que la cantara ella, pero en Francia es demasiado conocida y nos da miedo que la colaboración terminara eclipsándonos. Así que estamos buscando a alguna cantante que se le parezca". De haberlo intentado quizá se habrían llevado un chasco. Jeanette no es una artista fácil de convencer. Años más tarde, el mismo Yann intentó poner en marcha un disco homenaje haciéndola cantar con artistas jóvenes. Desistió al toparse con la intransigencia del marido de la cantante, que también era su mánager.
El único artista que tiene el mérito de haber logrado sacarla recientemente de su refugio es Miqui Puig, que cantó con ella ‘La puta canción de amor en la que el chico gana'. Lo más irónico es que Air acabaron colaborando con Françoise Hardy, la reina del pop francés de todos los tiempos. La canción no apareció en Moon safari porque cuando se enteraron de que le gustaban a François, su álbum ya estaba grabado. Y es de suponer que, de paso, se ahorraron también el riesgo de quedar eclipsados por una artista de tanto peso.
LLAMADME JUAN BENITO
La música de Air era toda una novedad entonces. Rebosaba sofisticación con esos arreglos tan franceses, ese aire tan retro y moderno a la vez, que la convertía en una mezcla entre la banda sonora de una película de porno soft y un melodrama parisino. Por eso resultaba chocante escucharles hablar de placeres culpables. Durante la sesión de fotos, canturreaban el ‘Vamos a la playa' de Righeira -eran fans- y, posteriormente, se interesaron por saber cómo una canción de raíz flamenca como ‘Macarena' terminó teniendo una base electrónica. Llegados a este punto de confianza -y supongo que también por lo que nos habíamos bebido durante la comida previa- se me ocurrió contarles que un par de décadas atrás, existió en España un ídolo adolescente llamado Pedro Marín que cantaba, "aire, aaahhh, soy como el aire". "Es como vosotros", les dije. Ellos encantados de la vida, claro.
"Todos los periodistas andan buscando la etiqueta idónea para colocarnos mientras intentamos hacer algo que sea únicamente fiel a nosotros", explicó Jean Benoît, que, llegado a este punto nos animaba a que, si resultaba más cómodo, le llamáramos Juan Benito. Cada tanto se quedaban anonadados por alguna manifestación de belleza femenina, una camarera, una viandante, un mito pop. Incluso costaba hacerles hablar de otra cosa. Adelantaron que le habían dedicado un tema a Jaclyn Smith, uno de los Ángeles de Charlie originales. ‘Kelly watch the stars' está inspirada en su personaje en la serie. Es nuestra musa. La canción se llama así (‘Kelly observa las estrellas') porque es lo único que alguien tan bello puede hacer: contemplar las estrellas porque son tan hermosas como ella". "Es como un milagro -añade Nicolás-, una belleza entre bellezas que parece un regalo divino".
Moon safari saldría unos meses después al mercado y se convertiría instantáneamente en un clásico. Cuando los volví a entrevistar ya eran famosos y la situación era distinta. La agenda promocional era férrea y llevaban docenas de entrevistas encima desde aquel encuentro en la calle Hortaleza de Madrid. No puedes pretender que una entrevista sea siempre como una especie de cuarto de juegos en los que ocurren cosas inesperadas y divertidas. No hace falta y además, qué más da.
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