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VALENCIA. La huida del Consell en el ámbito económico significa una condena para el próximo gobierno -si las urnas así lo dictaminan- que tome las riendas tras las elecciones autonómicas de mayo de 2015. Así lo considera la oposición, que este martes expuso enmiendas a la totalidad de los presupuestos presentados por el ejecutivo que lidera Alberto Fabra. El grupo parlamentario 'popular' se sirvió de su mayoría para rechazar la iniciativa de la oposición, lo que da via libre a unas cuentas difícilmente realizables dado que dependen de ingresos que, a día de hoy, son absolutamente inciertos.

"Más de 2.000 millones de euros". Estas son las cifras "inventadas" según la oposición por el conseller de Hacienda, Juan Carlos Moragues, para cuadrar unas cuentas "imposibles". El diputado socialista Francisco Toledo se mostró especialmente incisivo en Les Corts a la hora de señalar el "fraude" en los ingresos. El grueso de la entrada de financiación "ficticia" a juicio de los socialistas se agrupa en tres grandes líneas que superan los 1.600 millones de euros.

En este sentido, el parlamentario del PSPV recalcó a este diario que su grupo ha solicitado cuatro informes para constatar la veracidad de los cientos de millones "dudosos" que prevé ingresar el Gobierno valenciano. Así, además de la petición oficial del síndic socialista, Antonio Torres, a las propias Corts para que se responsabilice de si estas cuentas están sujetas a la legalidad, el PSPV pidió la semana pasada diversos documentos a distintos órganos.

Según explicó Toledo, a la Intervención General de la Generalitat se la ha solicitado un informe sobre los ingresos previstos en los distintos ámbitos; otro a la Abogacía de la Generalitat para que se pronuncie sobre si la posibilidad real de ingresar unos 200 millones de euros del impuesto bancario (actualmente en los tribunales); el tercero, a la Dirección General de Patrimonio sobre la previsión de ingresar 360 millones de euros por la venta de activos inmobiliarios (la parcela M3 es un producto estrella que viene años consignándose) y, por último, los socialistas han solicitado un informe a la Dirección General de Presupuestos sobre el anticipo del fondo de competitivdad de 2017 que ha solicitado al Consell y que asciende a 1.057 millones de euros.

En este sentido, desde la oposición ven estos presupuestos como una manera de hipotecar al siguiente gobierno -si hubiera cambio-. En esta línea se pronunciaba Toledo, que considera que si el Consell recibiera el anticipo del fondo (aunque no hay compromiso del Gobierno central asegurado), dejaría al futuro Ejecutivo valenciano con un agujero en 2017, dado que ya no llegará lo anticipado previamente. Si, por el contrario, ese dinero no llegara, dejaría al próximo Consell con ese agujero en 2015, porque está presupuestado y hay gastos consignados por esa cantidad.

Un escenario del que, indudablemente, los 'populares' podrían sacar tajada en caso de que no estén al frente del Consell. No es difícil imaginar las dificultades que tendría un nuevo ejecutivo -probablemente en tripartito o cuatripartito- para manejar una situación económica tan adversa en unas condiciones políticas a su vez tan complicadas como las que suelen acompañar a un gobierno de coalición. Es decir, el PPCV, con estos presupuestos, trata de salvar los muebles de cara a las elecciones de 2015 pero, en caso de que no sea posible, dejaría el terreno absolutamente minado para el siguiente gobierno. 

LOS CUATRO FRACASOS ECONÓMICOS DEL CONSELL EN LA LEGISLATURA

A lo largo de estos tres años y medio, el Gobierno valenciano que lidera Fabra ha sostenido una batalla contra el Ejecutivo central para superar la diferencia entre ingresos y gastos que sufre la Comunitat Valenciana debido al coste que suponen los servicios de sanidad, educación y bienestar social en consonancia con la población actual. Para cuadrar los presupuestos de forma real, el Consell necesitaría en torno a 1.500 millones de euros: una cifra que el PPCV ha intentado lograr merced a una reforma del sistema de financiación que Mariano Rajoy y el ministro Cristóbal Montoro se han encargado de posponer.

Otra de las opciones para intentar conseguir esos fondos fue la reclamación de la deuda histórica por parte del Gobierno valenciano por la infrafinanciación que ha sufrido durante años. El PPCV amagó y no llegó a golpear con ello, por lo que esta posibilidad nunca llegó a coger demasiada fuerza. Otros, sin embargo, como el presidente de la Junta de Extremadura, José Antonio Monago (PP), sí ha logrado que en los Presupuestos Generales del Estado (PGE) se le incluya un pago por este concepto. "Si los 'populares' valencianos hubieran conseguido el mismo 10% que su compañero extremeño se hubieran llevado unos 1.400 millones de euros: es decir, casi toda la compensación que necesitaban", aseguró Toledo en declaraciones a este diario.

El siguiente intento por parte del Consell de Fabra fue la petición de un fondo de nivelación para compensar la infrafinanciación. Una fórmula que tampoco ha salido adelante, pese a que llegó a 'venderse' momentáneamente desde el Gobierno valenciano que Montoro había accedido a estudiarlo. El ministerio salió al paso a las pocas horas para desmentir esta posibilidad.

Por último, el Gobierno valenciano trató de obtener al menos la condonación de intereses de la deuda. Una opción que aunque no resolvía el problema podía al menos aliviarlo mínimamente. Finalmente, el Consell tuvo que contentarse con una medida global que se limitaba a renegociar estos intereses a la baja.

Esta situación fue mencionada por el socialista Francisco Toledo, quien acusó a Fabra de no haber resuelto "ninguno de los graves problemas que teníamos. Al contrario, los ha agravado".

MORAGUES: "PRESUPUESTOS PENSADOS EN LA RECUPERACIÓN ECONÓMICA"

En el debate, el conseller de Hacienda y Administración Pública, Juan Carlos Moragues, defendió sus cuentas y pidió el voto favorable a unos presupuestos que, a su juicio, "están pensados en la recuperación económica -con una previsión de crecimiento del 2,1%-, comprometidos con las políticas sociales, que muestran sensibilidad con quien más lo necesita, sin recortes y que apuestan por las inversiones, sobre todo sociales". De hecho, el conseller ha reiterado en los últimos días que los ingresos que calcula el Gobierno valenciano son "plausibles".

Tanto Moragues como el presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, abandonaron el hemiciclo cuando iban a comenzar a intervenir los grupos parlamentarios, aunque volvieron más tarde. El síndic de EUPV, Ignacio Blanco, subrayó: "Éste es el nivel democrático de la bancada del PP y del Consell", para añadir después que en las cuentas había "más de 2.000 millones de euros de mentiras en los ingresos que provocarán impagos en los gastos".

Por parte del grupo Compromís, la parlamentaria Mireia Mollà subrayó que hubo "un tiempo" en el que el debate de presupuestos era "el más importante del año". "Ahora se ha convertido en una intervención de diez minutos, en una huida", resaltó.