X AVISO DE COOKIES: Este sitio web hace uso de cookies con la finalidad de recopilar datos estadísticos anónimos de uso de la web, así como la mejora del funcionamiento y personalización de la experiencia de navegación del usuario. Aceptar Más información
GRUPO PLAZA
CRÓNICA - ELECCIONES EUROPEAS - MITIN ÁGORA DE VALENCIA

El PPCV celebra en el Ágora el mitin del rebote del gato muerto

X. AGUAR. 22/05/2014 Los 'populares' de la Comunitat cumplen el expediente de presentar ante Mariano Rajoy un recinto lleno pero acusan las debilidades de un discurso valenciano en pleno declive ·FOTOGALERÍA

VALENCIA (X. A./FOTOS: EVA MÁÑEZ). En términos bursátiles, se conoce como el rebote del gato muerto un pequeño ascenso en la cotización de una empresa cuyos títulos están cayendo en picado. Esto provoca, bajo el pensamiento del inversor tras el desplome del valor que éste no puede caer más, la compra de acciones y, si algunos le imitan, elevan la cotización de esa empresa... aunque suele ocurrir que, en vez de renacer, vuelve a caer estrepitosamente. El dicho bursátil asegura que hasta un gato muerto rebota, si se lanza desde suficiente altura.

El PP de la Comunitat Valenciana reflejó en cierto modo esta imagen en el mitin central de campaña celebrado este miércoles en el Ágora. Durante años, ha sido el principal granero de votos de la formación 'popular' en España, pero ahora se ve tratando de abrillantar sus viejos galones ante Madrid en una situación de declive marcada a golpe de encuestas.

Esto no significa que el domingo los 'populares' valencianos vayan a tener resultado desastroso o por debajo de la media nacional. Precisamente el citado rebote del gato refleja una aparente recuperación de un valor que está cayendo. El problema es saber si la pequeña resurrección es real o ficticia.

 

El PPCV atraviesa una fase en la que la debilidad y dispersión de su discurso es preocupante. Una circunstancia que se traslada a las propias diferencias y disensiones entre los referentes del partido. Más allá de las causas judiciales que lastran al Consell o la crisis económica con la que pelea el Gobierno valenciano, la falta de unidad orgánica pero también discursiva en el PPCV es una losa demasiado pesada como para ignorarla y seguir avanzando. Los 'populares' valencianos tal vez pueden salvar los muebles este domingo, pero si no arreglan su casa, tendrán más problemas de cara a 2015.

Este miércoles, pese a la fidelidad de la parroquia, no se respiraba el entusiasmo desbordante de otras ocasiones. En los mitines grandes del PPCV, en los de antes, se percibía una sensación de contagioso poderío y pasiones exaltadas. Eran típicas las aclamaciones espontáneas y los vítores enfervorizados. En este apartado, fue un acto central de corte medio-bajo si se compara con otros que la formación ha llevado a cabo en los últimos años.

Las intervenciones, en general, fueron discretas. Poco valencianas. El líder del PPCV, Alberto Fabra, que sigue sin acomodarse a los grandes actos, se deshizo en elogios y agradecimientos a Mariano Rajoy. No se le escuchó ninguna petición especial, ninguna reivindicación. El jefe del Consell cumplió el clasico guión y practicó la oda al líder, tal vez para amarrar aquello que más puede preocuparle: ser candidato en 2015.

Una vez más, y aunque en un tono de menor intensidad que en otras ocasiones, el destacado en los discursos fue el presidente provincial, Alfonso Rus. Vehemente, a veces demagógico, pero empático con el público del PP. Pidió la mejora de la financiación, como ya es habitual, y repartió deberes valencianos para los representantes europeos, Miguel Arias Cañete y Esteban González Pons. Dedicó uno a uno, elogios a todos los protagonistas del acto... y se dejó a Fabra, para luego mencionarlo de soslayo. Arrancó los mayores aplausos.

Previamente, la alcaldesa de Valencia, Rita Barberáhabía inaugurado las intervenciones con menciones a los participantes y una crítica a la "fábrica de parados" socialistas. También quiso dejar constancia del poder del PPCV: "Mariano, siempre debes confiar en Valencia y mimarla, porque somos un baluarte".

 

El número dos de la lista europea, el exconseller González Pons, volvió a demostrar que es un orador hábil. Desgranó sus razones para votar al PP: evitar los intentos anexionistas de ERC, apoyar la salida de la crisis y no respaldar al causante -el PSOE- de la misma, defender la agricultura valenciana y el orgullo de sentirse valenciano frente al autoodio. Además, aportó una novedad: el ataque a la líder de UPyD, Rosa Díez. Un indicativo de que la formación magenta preocupa en estos comicios.

Por su parte, el cabeza de lista del PP, Miguel Arias Cañete, desplegó su artillería de campaña: crítica a la gestión socialista, la irrelevancia de España en la UE durante los mandatos de Zapatero y elogios a Rajoy por haber evitado el rescate, además de acentuar la importancia de la marca PP: "Reconstruímos países", aseguró. Cañete, quien por la mañana había pedido disculpas por su desliz machista de la pasada semana, se revolvió no obstante contra la candidata socialista: "¿Dónde estabas, Elena Valenciano, cuando 900 mujeres se iban al paro con Zapatero como presidente del Gobierno?", subrayó. 

 

El presidente nacional del PP, Mariano Rajoy, clausuró el acto con un discurso en el que mostró su prioridad de plasmar un mensaje en el que los 'populares' vienen trabajando en los últimos meses: la recuperación económica. A pocos días de acudir a las urnas, las interferencias han sido altas: el debate sobre igualdad promovido por el PSOE a raíz de las declaraciones desafortunadas de Cañete o la supuesta gran alianza PP-PSOE, han supuesto un ruido que no han permitido a los 'populares' desarrollar su estrategia. Recordó la promesa de bajar los impuestos y aseguró que en mayo los datos del parto serían "magníficos", al igual que en los próximos meses, subrayó. 

En definitiva, un mitin en el que la intención fue ofrecer pleitesía al presidente del Gobierno y en el que la palabra más repetida fue "ganar". Mucha, tal vez demasiada, interacción entre los 'pesos pesados' y tal vez poca con los militantes de base (menos aún con los ciudadanos de a pie). Un encuentro en el que el PPCV demostró que sigue manteniendo cierto músculo pero que le falta relato. 

No obstante, el acto en sí fue correcto. Una vez descartada la Plaza de Toros, el Ágora era un recinto minimalista para el PPCV en comparación con gestas pasadas. De cualquier manera, no se arriesgó: nada de gradas elevadas ni experimentos similares. Hileras de sillas y más sillas hasta ocupar todo el suelo posible. Se escuchó la cifra de 6.000 asistentes, incluso 7.000, afirmó el presidente Alberto Fabra, más 500 personas en el exterior siguiendo el acto ante una pantalla, añadió. No tantos, seguramente, pero se consiguió el objetivo de llenar el recinto. 

Noticias relacionadas

Comparte esta noticia

2 comentarios

Cesc escribió
22/05/2014 15:03

El PP té 2.958 regidors. Si a cadascun d'ells l'acompanya la seua parella, ja tenim els 6.000 assistents. I si comencem a parlar dels milers d'enxufats que té el PP i que tenen un lloc de treball que depén directament del PP... Podríem dir que el gat pepero està en les últimes

claramunt escribió
22/05/2014 14:49

Ei, el de l'oli ja està ací! Per un moment pensàvem que havia aparegut Pon Pío. Quan el PPCV vol exercir de valencià trau a passejar a Don Pío, vull dir a Alfonso Rus que per al cas és el mateix: La falsificació, la mistificació de la parla i les maneres valencianes, feta i exhibida per uns senyorets -Pons, Barberà i Fabra- que en cada una de les seues polítiques pugnen per distanciar-se del seu poble però que utilitzen un rústec i illetrat com a marca del valencià rural de qui senten vergonya.

Escribe un comentario

Tu email nunca será publicado o compartido. Los campos con * son obligatorios. Los comentarios deben ser aprobados por el administrador antes de ser publicados.

publicidad