VALENCIA. El próximo 14 de mayo comienza una nueva edición del Festival de Cannes, la 67ª. Durante doce días, la ciudad francesa se convertirá en el epicentro de la actividad cinematográfica mundial. No hay más que echar un vistazo a la sección a competición para constatar el nivel cualitativo de este año.
Olivier Assayas, David Cronenberg, Nuri Bilge Ceylan, Michel Hazanavicius, los hermanos Dardenne, Mike Leigh, Atom Egoyan, Jean-Luc Godard, Abderrahmane Sissako, Tommy Lee Jones, Xavier Dolan, Naomi Kawase o Ken Loach son algunos de los directores que darán a conocer sus nuevos trabajos en el marco de un certamen anegado de estrellas hasta en la composición del jurado, en el que destacan nombres como los de Sofia Coppola, Gael García Bernal, Willem Dafoe o Nicolas Winding Refn. Las secciones paralelas y las proyecciones especiales terminan de dar una idea de la magnitud de un encuentro sin parangón en el planeta cine.
Pero como en todo gran festival, también en Cannes suceden infinidad de cosas más allá de los focos y la alfombra roja. Le Marché du Film, por ejemplo, es un gigantesco zoco en el que cada día se cierran importantes acuerdos de producción y distribución, que no solo afectan a los grandes títulos firmados por cineastas de prestigio, sino que pueden significar importantes oportunidades de negocio para pequeñas compañías de muy diverso perfil.
Todas encuentran su hueco de un modo u otro, aunque entre sus objetivos pueda mediar el mismo abismo que separa el posible estreno de una superproducción en las principales salas de Estados Unidos de la venta de una serie de bajo presupuesto a un canal televisivo del sudeste asiático. Como dicen los americanos, business is business. Y en TomCat Films lo saben muy bien.
NO DIGA MUGRE, DIGA TOMCAT
Ninguna de sus películas se ha proyectado nunca en el marco de la programación oficial del festival, pero el stand de la productora y distribuidora con sede en Arizona nunca falta en las instalaciones del Mercado del Film. Son conscientes de que es una excelente ocasión para colocar sus productos, y Ted Chalmers, el presidente de la empresa, invierte las semanas previas a su llegada a la Riviera francesa en dar a conocer a sus clientes potenciales sus propuestas de esta temporada. Una serie de títulos adscritos a géneros como la ciencia ficción o el terror que dan un nuevo sentido al concepto de "cine de explotación".
Para muestra, un botón: Aliens vs. Titanic, una película en fase de producción en la que unas criaturas inspiradas en las creadas por H. R. Giger para el film de Ridley Scott se enfrenta a la tripulación de un transatlántico espacial llamado Titan 1C. ¿Lo pillan? El director tras el engendro es Lewis Schoenbrun, que ya demostró su capacidad para pervertir taquillazos en The amazing Bulk (2010), rodada directamente en video a rebufo del Hulk de Ang Lee y a base de croma (aunque cualquier parecido de los resultados con los de Sin City es pura coincidencia).
Este año, TomCat Films se trae hasta Cannes un puñado de proyectos a cual más delirante. Entre ellos, Panda-Saurus, Monster-Zilla o Atomic Shark, cuyos títulos no necesitan de mayor explicación y recuerdan otros intentos de híbridos entre dos o más títulos de éxito, como la mítica Pollo Jurásico (Chicken Park, Jerry Calà, 1994), una serie Z de origen italiano, o Sharknado (Anthony C. Ferrante, 2013), una TVmovie que generó tanta expectación que acabó por ser proyectada en algunos cines de Estados Unidos. Lógico: Nadie quería perderse lo que ocurre cuando un tornado pasa por el mar y recoge a unos cuantos tiburones que lleva hasta tierra firme para que siembren el pánico.
Lo crean o no, ya se ha rodado una segunda parte, Sharknado 2, The Second One (Anthony C. Ferrante, 2014), que llegará a la pequeña pantalla en julio y que, a tenor de su avance, puede batir récords en el ranking de la caspa cinematográfica.
Lejos quedan los tiempos de las producciones de bajo presupuesto con regusto camp. Las tecnologías digitales han abaratado los costes y ampliado las posibilidades, ya que permiten mostrar en imágenes (aunque sean espantosamente cutres) cualquier cosa que se le ocurra a un guionista. Así que ya no hay límites, y el catálogo de TomCat ofrece una inusitada variedad de posibilidades, que van desde películas de corte familiar hasta dramas eróticos softcore, aunque el cine de género se lleve la parte del león con films como Moontrap (Robert Dyke, 1989), una de sus primeras producciones, que contaba con Walter Koenig (Star Trek) y Bruce Campbell (Posesión infernal) entre sus protagonistas e incluso llegó al mercado videográfico español. De entre sus títulos más recientes, no podemos dejar de destacar Nazi Dawn (Denis Devine, 2014), que combina a un puñado de chicas encerradas en una vieja mansión con el espiritismo y las sectas nazis. Hay que verla para creerla.
DE LA "B" A LA "Z"
De algún modo, y salvando todas las distancias, TomCat Films es la heredera actual de las productoras de ínfimo presupuesto que desde tiempo inmemorial se han dedicado a explotar con subproductos las tendencias de moda en el cine mainstream. El titán por excelencia en ese terreno siempre ha sido Roger Corman, un ingenioso productor con más de cuatrocientas películas a la espalda, que comenzó a mediados de los años cincuenta y dio su primera oportunidad a cinestas hoy reconocidos como Francis Coppola, Martin Scorsese, Jonathan Demme o Monte Hellman, y a actores del calibre de Jack Nicholson.
En su divertida biografía, titulada Cómo hice cien films en Hollywood y nunca perdí un céntimo (Laertes, 1992) explica su peculiar manera de trabajar, siempre rentable. Y aunque es el responsable de una ingente cantidad de bodrios, justo es reconocer que su nombre también está detrás de un puñado de apreciables clásicos de serie B, que abarcan desde su magnífico ciclo de adaptaciones de relatos de Edgar Allan Poe hasta la primera versión de La pequeña tienda de los horrores (1960).
En 1974, recogieron su testigo Lloyd Kaufman y Michael Herz, fundadores de Troma Entertainment, productora que con el tiempo se fue centrando en las comedias gore y que logró hacer mundialmente famoso al personaje del Vengador Tóxico (The Toxic Avenger, 1984). Kaufman escribió con ayuda de James Gunn una biografía titulada All I Need To Know About Filmmaking I Learned from The Toxic Avenger, en la que pidió el prólogo a Corman, reconociendo su herencia.
Como en su caso, muchas futuras estrellas pasaron antes por las pequeñas oficinas que Troma tiene en Nueva York. Entre ellos, Kevin Costner, Trey Parker y Matt Stone (creadores de South Park) o Samuel L. Jackson, del mismo modo que entre la ingente cantidad de films de usar y tirar que ha producido a lo largo del tiempo, también se pueden encontrar algunas pequeñas joyas en su historial. Screamplay (Rufus Butler Seder, 1985) y Un monstruo en el armario (Monster in the Closet, Bob Dahlin, 1986) son dos buenos ejemplos.
Quizá los productos de TomCat Films no sean comparables a los de sus ilustres predecesoras, y la serie B de antaño haya derivado irremisiblemente en la actual serie Z, pero aunque el cine de explotación ya no sea lo que era, siempre habrá un hueco para las disparatadas películas que genera en un estante olvidado de cualquier videoclub de barrio. Al fin y al cabo, aunque su primer destino fueran los autocines y después engrosaran las programaciones de los cines de periferia en programas dobles de sesión continua, se trata de películas que siempre han sabido encontrar a su público. No todos los productores pueden decir lo mismo.
Actualmente no hay comentarios para esta noticia.
Si quieres dejarnos un comentario rellena el siguiente formulario con tu nombre, tu dirección de correo electrónico y tu comentario.
Tu email nunca será publicado o compartido. Los campos con * son obligatorios. Los comentarios deben ser aprobados por el administrador antes de ser publicados.