X AVISO DE COOKIES: Este sitio web hace uso de cookies con la finalidad de recopilar datos estadísticos anónimos de uso de la web, así como la mejora del funcionamiento y personalización de la experiencia de navegación del usuario. Aceptar Más información
GRUPO PLAZA
LA OPINIÓN PUBLICADA

Contra ETA y el aborto:
el regreso al pasado del PP

GUILLERMO LÓPEZ GARCÍA. 12/01/2014

LA OPINIÓN PUBLICADA

Guillermo López García

Profesor titular de Periodismo de la Universitat de València
Artículos anteriores

Comparte esta noticia

VALENCIA. En las últimas semanas, si por algo se ha caracterizado la agenda gubernamental de Mariano Rajoy ha sido por su radicalización. Por la adopción de iniciativas y planteamientos que alejan al PP y al Gobierno español del centro político, ubicándolo en posiciones extremistas o nítidamente reaccionarias, en las que se han puesto por delante razones ideológicas, o un determinado sistema de creencias, respecto de los criterios políticos, jurídicos e incluso sociales que deberían animar a cualquier gobierno.

El PP, que dice estar superando la crisis económica, y que incluso parece recibir algún refrendo en los sondeos en premio por esta recuperación (hasta el momento, más teórica que real), ha fijado su atención en dos cuestiones que, sin duda, pertenecen a su ADN ideológico: por un lado, una nueva ley del aborto que proviene, muy claramente, del afán por congraciarse con un sector del público católico y con la jerarquía del episcopado español.

Y, por otro lado, una serie de medidas, pronunciamientos y presiones al sistema judicial, en todo lo que tiene que ver con el terrorismo de ETA, que a menudo soslayan la razón legal y las garantías jurídicas para alcanzar determinados objetivos. Dos temas muy distintos, pero que nos muestran, desde perspectivas distintas, un resultado común: el afán del Gobierno por tomar atajos de diverso tipo para congraciarse con su electorado... a costa de llevarse por delante derechos, libertades y garantías jurídicas en absoluto menores.

SIEMPRE ETA

ETA se rindió hace ahora poco más de dos años. La principal cuestión que queda por dilucidar es cómo proceder a su disolución. En relación con ello, subyace (aunque ciertamente muy amortiguada) una disyuntiva sobre si la disolución de ETA debería producirse sin ningún tipo de intervención por parte del Estado, o si debería haber alguna clase de negociación para facilitarla, que incluso pudiera beneficiar a los actuales presos de la banda terrorista. Este último aspecto, hoy por hoy, parece muy poco probable.

Porque es una línea roja para la Asociación de Víctimas del Terrorismo y para muchos apoyos sociales y mediáticos del partido en el Gobierno. Porque todo lo que tiene que ver con el terrorismo de ETA es, por razones más que obvias, una cuestión sensible para muchos cargos y militantes del PP. Y porque puede argumentarse, con toda razón, que no es justo (aunque en determinadas circunstancias pudiera resultar conveniente) relativizar la gravedad de los delitos cometidos, y ofrecer alguna contraprestación en "premio" a la desaparición de la banda terrorista.

El problema con este asunto es que el PP español no se ha limitado a no hacer nada, es decir: a no negociar con ETA ni ofrecer beneficios penitenciarios o contraprestaciones de ninguna clase. Además de no hacer nada en ese sentido, también se está afanando, presionado por una parte de su electorado, por recortar determinados derechos a los integrantes de la banda terrorista y de su entorno social.

Y en el recorte, por exceso, el PP puede estar consiguiendo un efecto contraproducente: otorgarle a ETA y a su entorno determinadas victorias ante la opinión pública, con casos como la imposible Doctrina Parot, tumbada por el TEDH, o los procedimientos -sumamente irregulares- con los que se prohíben manifestaciones o se llevan a cabo detenciones como si fuesen actos propagandísticos (en las que se informa a la prensa de los hechos antes de que éstos se lleven a cabo, en un inopinado homenaje a Hermann Tertsch). Un proceso en el que se aprecia el escaso pudor con el que el Gobierno retuerce las leyes, si así le conviene, para perjudicar a sus enemigos.

Se trata de un modelo de justicia partisana que se extiende a la aplicación de las leyes y también a algunos de los que las aplican, como es el caso de Eloy Velasco, el juez de la Audiencia Nacional encargado de prohibir la manifestación de familiares de presos que se había convocado en Bilbao ayer sábado, inicialmente autorizada por el juez Ruz. Velasco fue durante ocho años director general de Justicia en la Generalitat Valenciana con los gobiernos de Zaplana y Camps. Una figura obviamente cercana al Partido Popular.

Es evidente que una parte del electorado del PP sigue con suma atención todos estos asuntos, y es proclive a castigar a su partido si demuestra falta de firmeza en la política antiterrorista. La cuestión es si el interés electoral, o incluso las convicciones, justifican retorcer las leyes como se están retorciendo.

Porque el resultado a medio plazo tal vez sea provocar que ETA, como el Cid Campeador, gane batallas (en la opinión pública) después de muerta: después de perder la guerra y rendirse. El Gobierno español haría bien en no dejarse llevar por tanto atajo jurídico y procesal. Aunque sólo sea porque, como la mujer del César, en la observancia de la ley, además de ser demócrata, hay que parecerlo.

Aborto: la ley que pulveriza todos los consensos

La secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, ha solicitado que se establezca un debate en torno a la ley del aborto que permita "volver al consenso" con el que parece creer que se aprobó la primera ley de 1985. Un consenso que, para refrescarnos la memoria, consistió en que el partido de María Dolores de Cospedal, Alianza Popular, votó en contra de la Ley, la recurrió ante el Tribunal Constitucional, y cuando, tras adaptar la ley a las recomendaciones de dicho tribunal, se aprobó definitivamente en el Parlamento, AP votó nuevamente en contra.

Alberto Ruiz gallrdón y Soraya Sáez de SantamaríaLas palabras de Cospedal, como ocurre a menudo con los olvidos, son reveladoras: para ella, la Ley del Aborto de 1985 suscitaba un consenso social considerable. Y, en efecto, así era. Tras veinticinco años de aplicación, sus detractores eran una clara minoría. De hecho, el Gobierno de Rodríguez Zapatero aprobó una nueva ley en 2010, considerablemente más permisiva. Algunos aspectos de esta ley fueron muy criticados por parte de los conservadores.

Y, aunque su aplicación no parece que haya generado tantos problemas, tanta alarma social, como se decía que provocaría este asunto (suele pasar con las cuestiones que tienen que ver con los valores morales: la sociedad está muy por delante de quienes pretenden que ésta se ajuste a sus criterios), indudablemente había una parte de la nueva ley que suscitaba bastante rechazo entre el electorado del PP, razón por la cual este partido se comprometió a reformarla.

Ha llegado la reforma y ha sido... una Contrarreforma en toda regla. Una ley extraordinariamente regresiva, que sitúa las cosas en un escenario muy anterior a 1985. Que aboca a muchas españolas a abortar en otros países; aunque ahora, como bien explica Enrique Gimbernat, en una situación que dista mucho de parecerse a la de los años 70, cuando abortar fuera de España era un trastorno y un sacrificio económico muy superiores. Pero que también obliga a algunas a hacerlo en España ilegalmente, poniendo en riesgo su salud, e incluso su vida.

Dada la enorme divergencia entre los planteamientos que se adivinan detrás de esta ley, y los que defiende una mayoría de españoles, parece razonable suponer que no sería esta una reforma que contribuiría a reducir el numero de abortos en España (no significativamente, en todo caso), sino una ley que pondría todo tipo de dificultades a la mujer para que pudieran abortar; que, en definitiva, les castigaría por abortar, en un sentido no sólo legal, sino también moral, pero sin evitar que se produjesen los abortos.

Nadie ha sabido explicar, exactamente, cómo es posible que una ley así haya llegado siquiera a plantearse. La desmesura absoluta de sus postulados ha provocado tensiones internas en el propio PP, pues son muchas las personas en este partido que perciben claramente el coste electoral, y el sinsentido político y social, que conlleva una ley de estas características. Muchas las que, también dentro del PP, consideran que esta ley pone sobre la mesa un debate superado hace mucho tiempo; y que legisla para preservar las convicciones de una minoría, en detrimento de los derechos de la mayoría.

Uno puede entender las razones (políticas) que se encuentran detrás de las medidas contra ETA, aunque jurídicamente sean muy discutibles. En cambio, resulta incomprensible la razón por la que Mariano Rajoy (pues él es el responsable, en última instancia, de que esta ley se presente, se apruebe y aplique) considera oportuno promulgar una reforma de la ley del aborto de estas características, abriendo debates ya superados en España y provocando problemas añadidos, e innecesarios, en torno a una cuestión ya de por sí suficientemente difícil para las directamente afectadas.

#prayfor... Pedraz y Oyarzabal en Twitter

Últimamente twitter se está convirtiendo en vía de expresión de los jueces españoles, en unos términos que a veces chirrían considerablemente, como hemos podido observar en determinados postulados del juez Elpidio Silva, cuya cuenta sirve a menudo como mecanismo de protesta y agitación políticas.

No es este el caso de otro juez, el magistrado de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz, que habitualmente se mantenía en silencio en su cuenta de Twitter. Sin embargo, Pedraz resucitó su cuenta la semana pasada para responder a las críticas del secretario general del PP vasco Iñaki Oyarzábal, que se lamentaba por la celebración de un acto de ex presos de ETA en Durango, que en su opinión debería haberse prohibido preventivamente.

Fueron tres los tuits en los que Pedraz, respondiendo directamente a Oyarzábal, explicaba sus motivos para no prohibir el acto. El mecanismo escogido fue peculiar, pero muestra el tipo de problemas que provoca someter a las instituciones judiciales a mecanismos de presión, y a requerimientos políticos, que no siempre casan bien con la observancia de un sistema jurídico garantista.

LA OPINIÓN PUBLICADA

Guillermo López García

Profesor titular de Periodismo de la Universitat de València
Artículos anteriores

Comparte esta noticia

14 comentarios

galaico67 escribió
17/01/2014 14:18

No te preocupes por Guillermo , todos los gobiernos, pero especialmente los hispanos, son generosos proveedores de material para articulos periodisticos.

generador mantiel escribió
16/01/2014 21:58

Don Guillermo, cuando pierda las elecciones el PP de que vas a escribir?. Como sucede en el mundo empresarial, es bueno pensar en diversificar para no depender de un mismo mercado o materia a tratar. Un saludo, y endavant

Pacou escribió
15/01/2014 17:23

Me alegra que cites lo de Eloy Velasco y que fue el "hombre" de Zaplana en la justicia valenciana, porque aquí sembla que ja ningú no ho recorda

galaico67 escribió
13/01/2014 15:14

Pues como no nos hagan pagar por NO ir a misa, ya no se lo que les queda Llevan diez años apropiandose de propiedades comunales - Gracias,ZP..-, no les recortan una coma del concordato y tiene barra libre en la educación, como no sea el monopolio de la venta de preservativos, poco más pueden pedir

karbt escribió
13/01/2014 12:41

Marc, el PP simplemente tiene como brazo de agit-prop a la AVT, que son parientes y amigos con carnet del PP, de víctimas de alguna manera de ETA (muchos se consideran víctimas cuando simplemente, les miran mal). No es que "esté al lado de las víctimas". De hecho la AVT es una asociación bastante bajo sospecha por cualquier filiación política diferente a la de la derecha. En cuanto a la ley de aborto, si realmente el PP fuera el único "a favor de los bebés no nacidos", actuaría en consecuencia y prohibiría el aborto en cualquier caso. No lo hace y ha transigido cuando ha hecho falta ya que utiliza el aborto con calculado tratamiento electoral. Ahora tiene que pagar un cheque expedido con la Conferencia Episcopal y ya veremos cómo termina esto (si el retroceso en las encuestas es grande, se la enfundará. Ya compensará a la Iglesia con algún chequecito más o alguna exención por aquí y por allá).

Latro escribió
13/01/2014 10:56

No se, pero a mi me huele a que al menos parte de los dirigentes del PP estan claramente apostando por "empeorar" la situación en los temas de ETA, aborto, independentismo, etc. Porque si la situación económica no mejora, y por mucho que nos vendan la recuperación, por ahora se limita a "ya no nos hundimos tan rápido como ayer", lo que les queda para mantener a sus votantes fidelizados es radicalizar lo mas posible todos esos otros asuntos. Una ETA en proceso de desaparecer por irrelevante no sirve para radicalizar el "siempreconlasvictimas". Un conflicto con el independentismo catalán y vasco siempre viene bien para mantener a los "unionistas" atados y bien atados. Igual el aborto y otras prendas al catolicismo militante En general, tratar de huir de la pregunta clara en las proximas elecciones, "¿vas a votar por mas de lo mismo que nos llevó hasta aqui?" por un "vale, seguiremos jodiendo en lo económico, pero cuidado con las hordas rojas separatistas que ..." Y asi, ganar por presentar a los fans frente a una abstención mayúscula de todos los demás.

Pablo Ortega escribió
13/01/2014 01:19

Hey, ¿por qué yo soy invocado en todo esto, galaico67? Yo solo doy mi opinión y ya xD. De hecho, me atrevería a decir que por cuestiones culturales, el País Vasco tiene más derecho (aunque no lo tiene en definitiva) a pedir la autodeterminación que Cataluña. Si fuera por romper España bien, y conforme a la historia, debería restaurarse la Corona de Aragón y el reino de Navarra -eso sí, ésta última incluyendo al País Vasco-. Eso sí sería una ruptura acorde a la Historia de España. Total, yo soy venezolano, tampoco es que me duelan prendas personales en la ruptura de la madre patria, aunque sería una pena y un desastre para todos, obviamente.

PPerplejo escribió
13/01/2014 00:05

Gracias por su respuesta, Sr. López Garcia. Ahora sí discrepo. Ser correcto en las formas, o moderado en la expresión formal, no impide ser incendiario en los resultados. Si en un sistema político teóricamente participativo, niegas la posibilidad misma del diálogo –y dialogar no implica acordar- , estás provocando la confrontación. En este y en cualquier otro tema. En nuestro ordenamiento jurídico las Administraciones Públicas están obligadas a escuchar a los administrados. E insisto, escuchar no es aceptar lo que te proponen. Si ni tan siquiera aceptas la posibilidad de escuchar, estás cargando de razones a la otra parte. Este problema, que lleva 500 años arrastrandose, no va a desparecer por arte de magia.

Marc escribió
13/01/2014 00:03

Yo no veo ningún regreso al pasado, el PP es el único que ha actuado siempre en defensa de las víctimas del terrorismo y a favor de los bebés no nacidos. Se ve que a ValenciaPlaza ambos grupos de personas les da igual.

galaico67 escribió
12/01/2014 22:14

Izaskun, el PP es una maquina de crear independentista. Lo lleva demostrando desde que con los votos catalanes perdió las elecciones del 2004 y lo demuestra ahora en el País Vasco. Une a los partidos vascos y pinta, salpicando, a todos los partidos nacionales como unos cabrones - si, cabrones- intransigentes y obtusos que se saltan sus propias leyes cuando les conviene. Y cada medida que aprueban acercan la situación del Pais Vasco a uno de los objetivos de ETA: la independencia. Porque lo de socialista y autogestionaria se lo creían cuatro... Guillermo, cuelgalo en el lado oscuro, que con Mauri y Pablo esto promete...

botella escribió
12/01/2014 19:59

No confundamos análisis con interpretación manida. De ETA se limita a repetir el tantra progre y buenista. Respecto al aborto reprduce lo que es opinión generalizada sobre la cacicada de Gallardón para devolver el favor a los q le ha llevado al ministerio.

Guillermo López García escribió
12/01/2014 19:43

PPerpeplejo, estoy de acuerdo. Es otro elemento central para "tensionar" la cuerda. Aunque en este particular me parece que Rajoy, en sí, está siendo bastante moderado (otra cosa es otros líderes del PP y, desde luego, el entorno mediático). Izaskun, no creo haberme pronunciado sobre la política más conveniente en lo que concierne a la negociación (o ausencia de tal) con ETA. Sí que creo que ETA se rindió hace dos años, y que debería ser motivo de celebración que lo haya hecho sin recibir nada a cambio por parte del Gobierno español. De lo que sí que soy claramente partidario, y por eso me centraba en eso en el artículo, es de que el Gobierno, con independencia de cuál sea la política antiterroristas por la que se decante, la aplique con arreglo a la legalidad. Que no tome atajos ni apaños para conseguir sus objetivos. Porque es impresentable, antidemocrático y, además, contraproducente. Sinceramente, no creo que aplicar la ley tenga como consecuencia ser "blando" o "complaciente" con el terrorismo. Son cuestiones muy distintas.

PPerpeplejo escribió
12/01/2014 12:46

Muy acertado análisis. Sin embargo añadiría otro objetivo táctico cortoplazista, que también perjudica –sigue perjudicando- el futuro de esta España en la que nos ha tocado vivir. La provocación para radicalizar el problema catalán (en general cualquier visión de España distinta de la castellanista). Si se puede discutir aquello de que “hablando se entiende la gente”, al menos se puede afirmar que “dialogando la gente no se crispa”. Si se impide la conversación, no quedan demasiadas opciones. Nuestros políticos buscan permanente capotes que distraigan a la opinión pública de los verdaderos problemas (la corrupción y el mal gobierno, que nos han llevado a esta crisis, y sobre los que no se ha reformado nada).

izaskun Garcia Azcarraga escribió
12/01/2014 09:23

Respeto que el autor del artículo sea partidario de la negociación con ETA, excarcelación de presos ect. ect. ect., pero creo que no es necesario para ello que tome a la gente por tonta. Afirma que “ETA se ha rendido”, “ha sido derrotada”, en un intento de procurar que la gente empatice con su posición política, y claro como dice el refrán “lo que no puede ser, no puede ser y además es imposible”. Históricamente nadie ha visto que tras una derrota el bando perdedor siga armado y salga con más poder que antes del conflicto, como es el caso actual, ni que se organicen manifestaciones a favor de los perdedores, ni que se excarcelen con artimañas legales verdugos de tiro en la nuca y de bombas en hipermercados, ni que se recoloquen en administraciones públicas a gentuza cuyo único merito y experiencia profesional ha sido la práctica de la extorsión y el chantaje a sus conciudadanos. Extraña derrota la vista por D. Guillermo en la que los “vencedores” siguen saliendo a la calle con escoltas y los policías con el rostro tapado…… por si acaso los “perdedores” cambian de opinión y siguen sin darse por satisfechos. Demasiado para mí, en un Domingo por la mañana.

Escribe un comentario

Tu email nunca será publicado o compartido. Los campos con * son obligatorios. Los comentarios deben ser aprobados por el administrador antes de ser publicados.

publicidad