VALENCIA. La Ciudad de la Luz es uno de los mayores fracasos de la Generalitat valenciana y el mejor ejemplo de cómo una errática gestión sin una estrategia adecuada hundió una inversión de 265 millones de euros. El sueño de Luis García Berlanga se ha convertido en una pesadilla. Estas diez claves explican el porqué de su fracaso.
1. UBICACIÓN.
La elección de la ciudad de Alicante fue una decisión personal del expresidente Eduardo Zaplana y ha sido uno de los lastres que ha arrastrado el proyecto. La propuesta inicial de Berlanga pasaba por ubicar los estudios en Sagunto para aprovechar tanto los profesionales valencianos como beneficiarse de la relativa cercanía de técnicos y artistas de Barcelona y Madrid.
Al desplazarla al sur prácticamente se descartó la presencia de profesionales de estas ciudades y se encarecieron los costes de producción de los filmes. Salvo contadas excepciones, los profesionales del audiovisual que vivían en la capital alicantina tenían todos trabajo. Y los que no, carecían de experiencia.
"Hasta 2010 no tuvimos técnicos de Alicante. Los primeros años el coste de cualquier película era más alto porque teníamos que pagar dietas y alojamientos para todo tipo de técnicos" relata un productor que filmó más de una decena de largometrajes en el complejo alicantino. "No era atractivo para rodar películas, costaba demasiado", dice.
2. TAMAÑO.
Otro ejemplo para los profesionales de la mala gestión realizada por la administración autonómica es el elevado coste del complejo. "Unos estudios así no tienen porqué tener un coste superior a 70 u 80 millones de euros", relata un productor. Se hicieron cientos de contratos y aunque en apariencia se cumplió el presupuesto, se hablaba de 270 millones y supuestamente costó 265, la realidad es que ha sido siempre imposible saber con certeza cómo se desarrollaron los expedientes de contratación.
La desviación presupuestaria fue de un 7%. Según explica un técnico que participó en la construcción de los estudios, "el problema es que se empezó a lo grande". "Cualquier empresario privado habría realizado una quinta parte. ¿Qué funciona? Construimos más. Pero allí se hizo una obra enorme, miles de metros cuadrados de instalaciones muy especializadas, demasiado grande", dice... De hecho el informe de la Comisión Europea sobre los estudios, el que acabó dictaminando la sanción por competencia desleal, dejaba bien claro este punto: un inversor privado jamás habría construido unos estudios así.
3. AGUAMARGA.
Los más malos de una película llena de malos para la inmensa mayoría de las fuentes consultadas. Aguamarga fracasó en su gestión porque no consiguió prácticamente ningún rodaje atractivo internacional. "Recuerdo que prometían traer cosas interesantísimas, Ridley Scott, grandes producciones de esas estupendas, pero al final no lo lograron", dice una persona vinculada al proyecto. "Nunca sabré si no sabían o no podían", añade.
"No tuvo sentido aquello de ceder la gestión directamente", relata un cineasta valenciano. "El contrato se les dio directamente, sin concurso, sin objetivos, sin cláusula de rescisión", recuerda. Así lo criticó la Sindicatura de Cuentas en numerosas ocasiones. En un informe en el año 2000 ya se señalaba que no estaba debidamente justificado "que tan solo pueda encomendarse el objeto del contrato a esta única empresa, por lo que debería haberse efectuado la contratación mediante el sistema de concurso", e igualmente que no constaba en el contrato "la forma de acreditar la prestación del servicio".
Las relaciones entre Aguamarga y la Generalitat fueron a peor con la llegada de Elsa Martínez a Ciudad de la Luz. Fue precisamente Martínez quien demandó a la entidad de gestión por incumplimiento de contrato. La empresa se había desprendido de dos de los antiguos socios de Luis García Berlanga (Olaizola y Saiz de Vicuña). Ese detalle fue fundamental. El juzgado de Primera Instancia número 7 de Alicante condenó a la empresa a pagar 1,2 millones de euros a Ciudad de la Luz y dio la razón a la Generalitat. "No perdemos todos los juicios", bromea una fuente del Consell.
4. SIN ALIANZAS.
Ni Aguamarga ni ninguno de los responsables políticos se planteó seriamente la posibilidad de establecer alianzas internacionales. El caso más evidente es el de los Babelsberg Studios de Alemania que hasta en tres ocasiones intentaron acercarse a Valencia para llegar a acuerdos. "A los alemanes les interesaba porque ellos tienen seis meses de invierno, pero aquí no hicieron ni caso", relata una persona próxima a las negociaciones.
La Ciudad de la Luz fue de hecho denunciada por los estudios Pinewood de Londres, que en 2007 elevaron ante la Comisión Europea sus quejas por lo que consideraban competencia desleal. Si hubieran establecido contactos previos, si se hubieran acordado convenios, nunca habría habido esa hostilidad por parte británica. La Dirección General de Competencia de la Unión Europea les dio la razón a los ingleses y ha obligado a la Ciudad de la Luz a devolver a la Generalitat las ayudas a los rodajes y la construcción de los estudios. El montante total, 265 millones de euros.
Como quiera que las regiones no pueden elevar recursos ante la Comisión Europea, sólo los estados, la Comunidad Valenciana solicitó al Gobierno de España que recurriera. Y así lo hizo. Todavía no hay respuesta, según confirmaron este jueves fuentes de la Generalitat.
La solución pasa por la subasta de los estudios, cuyos términos se están negociando ahora. Se ha hablado de inversores de todo el mundo. "Es el proyecto de la Generalitat por el que más interés hay", apuntaban las mismas fuentes, "pero es como la Casa Real; no se anuncian noviazgos, se anuncian compromisos".
Una persona cercana al complejo establece su listado de posibles candidatos. "Teniendo en cuenta que será por subasta yo apostaría por los británicos, lo cual no dejaría de tener su gracia que fueran los que denunciaron los estudios y los que se los quedaran; sería lo mejor", comenta. "No descartaría a los americanos ni incluso a inversores locales, a un grupo alicantino", añade.
Los alemanes de Babelsberg no cuentan. "Sólo querían alquilar", concluye. Hay otras opciones más exóticas, pero nadie las toma en cuenta. Los estudios se venderán por una cantidad inferior a su coste. Eso es lo único seguro.
5. DIRECTORES ERRÁTICOS.
Los diferentes directores de la Ciudad de la Luz no contribuyeron a que el proyecto funcionara. Especialmente criticado ha sido el primero, José María Rodríguez Galant, quien en la actualidad posee un restaurante japonés en la ciudad de Alicante. El ex concejal, sin ninguna vinculación con el mundo del cine, es recordado por algunos grandes errores como no permitir la entrada al complejo a Quentin Tarantino o aceptar pagar medio millón de euros a Francis Ford Coppola por dar una conferencia. Fue consejero del Lucentum, equipo de baloncesto que recibió un patrocinio de 300.000 euros de la Ciudad de la Luz, según la información que facilita la Sindicatura de Cuentas.
No menos polémica fue la actuación de Elsa Martínez, quien venía del mundo de la publicidad y apenas conocía el sector cinematográfico. En la Conselleria de Economía se le llamaba 'porque-yo-lo-valgo', en alusión a un anuncio de cosmética. Realizó grandes y costosas campañas de imagen y se atrevió a cesar el contrato con Aguamarga, pero apenas cerró rodajes importantes. Fue siempre por libre.
"Hasta que ha llegado José Antonio Escrivá ninguno de los directores que ha tenido Ciudad de la Luz sabía nada de cine", comentaba una de las fuentes consultadas. Y Escrivá tampoco se libra de las críticas. Viajó a República Dominicana para asesorar a los estudios Pinewood en este país... cuando ya estaba cobrando de Ciudad de la Luz. Es decir, asesoró a la competencia.
6. UNA ESCUELA DE LA NADA.
Se habló de la necesidad de que el proyecto Ciudad de la Luz tuviera un carácter formativo, de la escuela, pero la realidad es que la propuesta de poner en marcha el Centro de Estudios carecía de fundamentos y pilares sólidos. "No existían casi rodajes; entonces, ¿cómo se iban a hacer prácticas?", apunta un productor valenciano.
Se creó un centro de estudios que impartía formación más propia de Comunicación Audiovisual, cuando esta es una carrera que ya imparten cuatro universidades valencianas. "Se podía haber creado una escuela de cine como Madrid o Barcelona, pero no; se hizo sin pensar", comentan.
De las cuatro titulaciones que ofrecía ahora sólo se imparten dos. Han sido eliminadas Dirección de Fotografía y Arte Dramático y sólo se dan clases de Dirección Cinematográfica y Edición y Montaje.
7. ESTRATEGIAS EQUIVOCADAS.
Fueron muchos los que advirtieron a los responsables de la Generalitat que traer estrellas sin un proyecto serio no serviría de nada. Desde el Palau de Manises, felices en su cueva, desoyeron cualquier consejo. La presencia de cineastas de la talla de Jean-Jacques Annaud pasaba desapercibida para los políticos que no querían cine. Querían famosos. "Querían salir en el ¡Hola!" resume un exasesor del Consell.
Un buen ejemplo de la estrategia política de Francisco Camps y su equipo se encuentra en el apoyo a producciones comerciales intrascendentes como Astérix en los Juegos Olímpicos, una comedia al uso que será olvidada con el tiempo. La foto de Camps con Gérard Depardieu es una metáfora de una legislatura, de una forma de hacer política. "Ya tienen todos su bonito álbum", ironizaba este jueves un cineasta.
La estrategia fue absurda hasta en el mismo nombre del complejo que nunca nadie lo entendió. Bautizar Ciudad de la Luz a unos estudios cinematográficos era un sinsentido. A Luis García Berlanga, por ejemplo, nunca le gustó pero, a estas alturas les quedará claro, a quien menos caso se hizo nunca fue a él. El cineasta valenciano tuvo una idea. Los políticos y sus asesores de confianza se encargaron de arruinarla. "Decían: la gente vendrá aquí porque hace buen tiempo, el aeropuerto está cerca y se come muy bien", recuerda un productor; "yo no me lo podía creer".
8. ESTUDIOS DEL SIGLO XX EN EL SIGLO XXI.
La adecuación de la Ciudad de la Luz a las realidades del cine en el siglo XXI ha sido más que cuestionable. No tanto por la calidad de la construcción, que nadie puso en duda, de hecho Coppola llegó a decir que eran "técnicamente perfectos", sino porque se construyeron pensando en modos de rodaje más convencionales, sin tener en cuenta las necesidades del mundo digital.
Un productor lamentaba que por ejemplo la Ciudad de la Luz no estuviera preparada para acoger rodajes de películas en 3D. "Nos hacía falta un ciclorama", comenta; "no estaba previsto". También se lamenta del parque de proveedores que tenía el complejo. "No existía; eran unas oficinas donde tú encargabas cosas que te traían desde Madrid", comenta.
9. UN PROYECTO LOCAL.
Uno de los detalles más significativos de la Ciudad de la Luz es que se construyó de espaldas a los productores españoles. No se acudió al Gobierno nunca. No se planteó como una apuesta del cine nacional. Aunque en las presentaciones se invitaba a productores, la realidad es que, salvo el ventajoso contrato que firmó Gerardo Herrero, la presencia de producciones patrias era esporádica.
Las intenciones eran otras, se decía entonces desde la Generalitat, donde no se midieron las consecuencias de la desafección de Madrid y Barcelona hacia los estudios, que se veían como una isla. Nadie pensaba en Valencia como un destino para las grandes superproducciones y películas como Ágora se tuvieron que rodar en Malta.
Al final se consiguieron algunos acuerdos, pero no sin problemas. Cuando la Generalitat logró que se filmara Lo imposible de Juan Antonio Bayona en Alicante, una de las pocas superproducciones españolas premiadas que han pisado los estudios, Aguamarga protestó porque se quedaba fuera Torrente 4.
10. SIN DINERO NO HAY INCENTIVOS.
Las ayudas fueron un desastre hasta que llegó Eusebio Monzó a la dirección general del IVAC-La Filmoteca. Hasta entonces se concedían desde la Conselleria de Economía y Hacienda o desde Presidencia. Con Monzó se recuperó un poco la normalidad, se estableció que fueran incentivos a rodajes y que se concedieran desde el IVAC a partir de estudios encargados a técnicos independientes. No bastaba sólo con el aparente interés comercial. Se estudiaban también las posibilidades de proyección del filme, su relevancia, la de sus artífices...
Las nuevas ayudas se presentaron en el Festival de San Sebastián en 2009. Asistieron cineastas de toda España. Se prometieron incentivos a rodajes en una fórmula que fue bien recibida. A los tres meses Monzó fue cambiado de Conselleria y para 2010 se redujo la asignación prevista. Jamás se dotaron las ayudas con las cantidades previstas. Se prometió pero nunca se cumplió. Ya lo que quedó fue una agonía hasta que finalmente la Comisión Europea le dio la puntilla. Ahora sólo queda vender los restos.
Por favor, firmar la petición para que Francis Ford Coppola compre la Ciudad de la Luz: https://www.change.org/p/francis-ford-coppola-buy-ciudad-de-la-luz-film-studio
Estoy de acuerdo con Francisco. El artículo está hecho desde Valencia y se nota. Bien documentado, pero creo que se hace poco hincapié en el absurdo sistema de incentivos a las películas que provocó la denuncia de Pinewood y el principio del fin de esta estupidez de dimensiones épicas.
Pues claro que ha sido un éxito rotundo: macroinversión pública en hormigón (con la que se forran los "amiguitos" constructores), que sirve para colocar a "amiguitos" directores (con opíparos sueldos) que enchufan a otros "amiguitos" y subcontratan también con otros "amiguitos"..., y el personal alucinando durante años con los albumes de fotos de los que lucen trajes con los famosos...( Ya se sabe "La Comunitat lidera...") ¡Y todo a cargo de los contribuyentes y ahorradores valencianos en las cajas saqueadas... (¡por otros "amiguitos" naturalmente!)
Estoy con Francisco Davó, es un articulo que dice verdades a medias y con información sesgada, En Ciudad de la Luz se han producido bastantes más peliculas de las que se dan a entender, y además de gran calado. Y tambien varias españolas. 2 años trabajando allí me dan para poder afirmarlo.
uN BUEN ARTÍCULO, PERO CON INFORMACIÓN SESGADA Y PARCIAL QUE LE RESTA CREDIBILIDAD.
¿Un fracaso?. En absoluto. Os voy a iluminar: la ciudad de la luz se construyó para uqe cuatro gatos se llevasen unas buenas comisiones. Y se las llevaron. Así que ha sido un éxito. Ha cumplido con su objetivo. Creo que aún no entendeis como gobierna el PP. Pero ya aprendereis... cuando os vacíen los bolsillos.
Juan Antonio Bayona, no Juan José. Resta credibilidad a un artículo interesante cometer ese error!
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